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La Bitácora del Dr. Ucha

Comportamiento Agresivo en la Práctica Deportiva (Primera Parte)

Comportamiento Agresivo en la Práctica Deportiva (Primera Parte)  

Comportamiento Agresivo en la Práctica Deportiva

Comportamiento agresivo en la práctica deportiva: una contrastación de las diferentes teorías de la agresión

William René Martín Rosado

Universidad Autónoma de Yucatán

1. Introducción

La actividad deportiva ha adquirido suma importancia en los últimos años debido a la gran cantidad de personas que realizan un deporte de manera organizada o incluso de manera recreativa. Así, los motivos para realizar una disciplina deportiva pueden ser muy variados y se pueden obtener gran diversidad de respuestas a la pregunta ¿por qué realizar un deporte?, respuestas que pueden ir desde el gusto por la realización de la actividad deportiva, hasta la obtención de remuneraciones económicas por hacer deporte.

La actividad deportiva no es solamente lúdica. El deporte es una actividad partícipe en el proceso educativo del niño(a), joven o adulto que lo practica, fomenta valores y principios, puede beneficiar las habilidades sociales (comunicación, trabajo en equipo, tolerancia, entre otras). Es por ello que se debe procurar un ambiente que permita al deporte actuar como un agente benéfico para las personas  y así las manifestaciones agresivas ocurran con menor frecuencia.

Quien observa una competencia deportiva puede darse cuenta de que muchas emociones pueden estar implicadas en la misma, emociones que van desde la felicidad y el orgullo deportivo hasta el enojo, el llanto y otras expresiones de frustración. Dichas emociones se pueden observar tanto en participantes como en el público asistente que apoya a "sus deportistas", ya que ambos roles tienen expectativas que en ocasiones se pueden alcanzar y en otras tantas no.

El deporte es considerado por muchos como una herramienta útil para la adquisición de valores éticos y sociales. Sin embargo, la conducta agresiva ha aparecido de manera importante en las diferentes disciplinas deportivas, resultando notoria la manera en que muchos atletas han dejado de lado las reglas de sus deportes para agredir al contrario con el fin de obtener un resultado o simplemente para ocasionar daños a los adversarios. Mientras unos esperan encontrar integridad en el deporte, existen quienes afirman que el deporte se ha visto degenerado por valores materialistas en el que la lucha tiene él único fin de conseguir una recompensa. Dado que el deporte puede servir como una útil herramienta para promover el desarrollo de niños y jóvenes, resulta necesario comprender de qué manera surgen conductas agresivas en el mismo, con el fin de idear acciones que permitan la disminución de la agresión en la práctica deportiva y se fomente la sana competencia, la convivencia entre las personas y la práctica deportiva por el gusto mismo de hacer deporte.

En los últimos años se han realizado campañas para promover el juego limpio y la deportividad, es decir, el hecho de tener un comportamiento apegado a las reglas del juego. Dichas campañas han surgido debido a las diversas manifestaciones de violencia y agresión que se han presentado en los campos deportivos de diferentes partes del mundo y que, a través de las tecnologías actuales, se pueden observar al momento (o casi al momento) en que están ocurriendo. Pero la conducta agresiva no es exclusiva de la actividad deportiva profesional o de alto rendimiento, también se puede observar en los campos deportivos amateurs en donde no están en juego grandes cantidades de dinero, tal como ocurre en el deporte profesional.

Dada la importancia que tiene el deporte en el mundo actual, los medios de comunicación se han dado a la tarea de difundir el acontecer deportivo, y con ello muchas imágenes de deportistas de elite pueden ser observadas por millones de personas. Las imágenes que se observan son de personas alcanzando metas que parecen imposibles de lograr, personas que se esfuerzan a diario por superarse a sí mismos, hombres y mujeres que vencen las dificultades para conseguir sus sueños. Pero también se pueden observar a deportistas dañando a sus competidores, tirando golpes en deportes que no lo requieren, escupiendo a sus compañeros de profesión, lesionando al rival, usando fuerza excesiva, y más.

Pero la agresión va más allá de los competidores de alto rendimiento. En etapas formativas los niños también pueden presentar conductas agresivas hacia otros niños deportistas. El aumento de conductas agresivas parece ir a la alza en muchos ámbitos; el deporte no es la excepción. Muchos niños y jóvenes practican diferentes disciplinas deportivas y pueden verse influenciados por prácticas violentas que podrían trasladar a los diferentes contextos en los que se encuentren, tales como la familia y la escuela.

Ante tales sucesos, que pudieran considerarse alarmantes, resulta conveniente analizar las posibles causas de la conducta agresiva en el deporte, específicamente de los deportistas que participan en competencias, sean profesionales o amateurs. Para ello, resulta útil realizar una revisión de las diferentes teorías que explican el comportamiento agresivo, tales como: la teoría de la frustración-agresión, los instintivistas y la teoría del aprendizaje social.

2. Antecedentes

Se pueden encontrar diversas formas de agresión y violencia en los diferentes ámbitos de la actividad humana, ya sea en las relaciones personales, laborales, familiares, profesionales, políticas, comerciales, y su aparición también en uno de los fenómenos más característicos e importantes de la sociedad contemporánea: el deporte.

Ruiz (2001) señala que la agresión y la violencia en el deporte y en torno al deporte son aspectos que últimamente vienen ofreciendo gran interés, principalmente por la, cada vez mayor, abundancia de manifestaciones irregulares en la práctica deportiva. De ahí que diversos profesionales, entre los que se encuentran los psicólogos, se encuentran preocupados por analizar sus causas y sus formas de reducirlo.

2.1. Deporte

Para referirse a un tema resulta conveniente hacer una definición o conceptualización que permita contextualizar al lector con respecto al mismo; en lo referente a la actividad deportiva resulta conveniente definir de manera clara el significado de la palabra deporte, ya que en ocasiones existe confusión entre lo que es deporte y lo que es solamente actividad física.

Se puede definir deporte como el conjunto de actividades físicas que el ser humano realiza con intención lúdica o competitiva, siendo que los deportes de competición, que se realizan bajo el respeto de códigos y reglamentos establecidos, implican la superación de un elemento, ya sea humano (el deportista o equipo rival) o físico (la distancia, el tiempo, obstáculos naturales) (Encarta, 2001).

Parlebas (en Cohen, 2004), al referirse al deporte, la considera ante todo una situación motriz sujeta a reglas que definen una competición, lo que descarta las actividades libres e improvisadas. Así aparecen diferentes categorías de actividades también llamadas deporte que Cohen (2004) distingue de la siguiente manera:

Deporte recreativo: tiene una finalidad de diversión y pasatiempo para sus practicantes.

Deporte Educativo: se lleva a cabo dentro del horario y en instalaciones escolares, formando parte de los contenidos de la Educación Física, dirigido por profesionales de la misma.

Deporte competición: donde aparece el componente agonístico, practicado de manera sistemática y organizada, a través de federaciones y clubes, buscando resultados o triunfos como objetivo final.

Deporte competición-espectáculo: donde el componente agonístico va unido a un sinnúmero de factores, ya sean económicos, políticos, sociales, que lo convierten en el centro de atención, desplazando a los anteriormente citados en cuanto a su trascendencia social, e influenciándolos en lo referido a la creación de estereotipos y transmitiendo valores discutidos en cuanto a sus ventajas e inconvenientes.

Así, en el presente trabajo se hará referencia al deporte competición y al deporte competición-espectáculo ya que pueden considerarse como los tipos de deporte en donde las conductas agresivas se hacen presentes de manera constante, o en los que resulta más visible para la sociedad dada la difusión que tienen en los diferentes medios, como la prensa, la televisión y medios electrónicos.

2.2. Agresión

La agresión es definida por Cagigal (1990) como un acto en el cual el objeto de la reacción es lesionar a otro organismo, como una reacción que descarga estímulos nocivos sobre otro organismo. En esta definición se establece a la agresión como una acción, es decir una conducta con la cual se el sujeto busca causar un daño intencional a otro como respuesta de una reacción a una acción previa, y hace referencia a la realización de una lesión sin especificar si la misma puede ser solamente física o también emocional. Por su lado, Berkowitz (1996) indica que la agresión es cualquier forma de conducta que pretende herir física o psicológicamente. Al igual que en la definición de Cagigal se hace referencia a que la conducta agresiva es intencional, es decir, no se hace de manera accidental. Lo relevante en la definición de Berkowitz, es que hace referencia al daño psicológico y no meramente al físico.

Erich Fromm (1991) señala que la agresión son todos aquellos actos que causan, y tienen la intención de causar, daño a otra persona, otro animal u objeto inanimado, y hace una distinción entre lo el que denomina agresión benigna y agresión maligna, indicando que la primera se produce como una respuesta a las amenazas, a los intereses vitales, es común en los animales y en el ser humano, no es espontánea ni es autogeneradora, sino reactiva y defensiva, y tiene como objetivo destruir o eliminar la fuente de la misma. En cambio, la agresión maligna se refiere a la destructividad y crueldad, surge como una respuesta contra una amenaza, es característica solamente del ser humano, resulta dañina por ser socialmente perturbadora, y sus principales manifestaciones (que son el dar muerte y la crueldad) resultan placenteras para quien la lleva a cabo, sin más necesidad.

Para Hernández Mendo (2004) resulta importante diferenciar el concepto de violencia del concepto de agresión. Según el autor mencionado, la violencia aparece como el componente físico de la agresión, y señala que la agresión es definida por LeUnes y Nation como la imposición a un estímulo aversivo, físico, verbal o gestual de una persona a otra y no es una actitud sino un comportamiento que refleja un compromiso con el intento de causar daños.

Lo anterior indicaría que para que un comportamiento pueda ser considerado como agresivo debe estar dirigido contra un ser viviente, debe haber un intento de dañar al mismo. Dada la definición anterior, las conductas destructivas dirigidas hacia objetos, como un implemento deportivo, o cualquier daño no intencionado a otra persona no pueden ser considerados como conducta agresiva. Por ejemplo, en el deporte, el hecho de aporrear un instrumento deportivo no puede ser considerado como una agresión, pero si como un comportamiento violento.

En cuanto a la violencia, como se había mencionado anteriormente, se refiere específicamente al componente físico de la agresión. Para Tenenbaum (en Hernández Mendo, 2004) se puede definirla como un comportamiento para producir daño teniendo en cuenta que no existe una relación directa con la meta, y relacionada, con incidentes de agresión descontrolada. Esto quiere decir que el hecho de insultar una persona a otra o el hecho de maltratarla psicológicamente quedaría dentro de la definición de agresión (en este caso verbal y psicológica), y no dentro de la violencia, que según este autor solamente es el componente físico. Lo anterior significa que la agresión resulta ser un concepto más amplio que la violencia, y que un comportamiento agresivo podría ser definido también como violento, pero un comportamiento violento no necesariamente podría ser definido como agresivo.

En lo referente a la agresión en el deporte, Weinberg y Gould (1996) hacen la diferencia entre agresión "buena" (por ejemplo, en voleibol ir tras una pelota perdida, o en básquetbol cubrir el balón con el hombro en una entrada a canasta) y agresión "mala" (cometer una falta descarada, o en béisbol que el pitcher golpeé de manera intencional al bateador en turno). Estos tipos de agresión pueden ser equiparables a la agresión benigna y maligna de Fromm, siendo la primera aceptada y adaptativa, mientras que la segunda es destructiva y desadaptativa.

Como se ha podido observar, Fromm es el único de los autores citados que, en su definición de agresión, incluye el hecho de dañar objetos inanimados como conductas agresivas. Si se toma en cuenta que la agresión puede ser psicológica, el hecho de dañar un objeto perteneciente a otra persona puede considerarse como agresivo, ya que se está dañando una de sus pertenencias y, aunque no es una agresión dirigida directamente a un ser viviente, dicho ataque a un objeto puede tener repercusiones emocionales (sentirse vulnerable, temor, etc.). Sin embargo, si una persona daña un objeto perteneciente a otra, y lo hace sin la intención de lesionarla, no podría considerarse como una agresión, sino como un comportamiento violento. Es decir, la intención debe estar presente en un comportamiento agresivo para que pueda definirse como tal, de lo contrario se tendría que definir como comportamiento violento.

2.3. Teorías de la Agresión

Para poder explicar el comportamiento agresivo en la actividad deportiva resulta conveniente conocer como se ha estudiado la agresión en ámbitos más generales al deporte. Megargee (1976) señala que la agresión ha sido estudiada desde múltiples perspectivas, y existen tantas teorías de la agresión como individuos han investigado acerca de ella. Lo anterior se debe a que distintos especialistas han estudiado el problema desde el punto de vista de diferentes disciplinas, y los métodos de investigación varían enormemente.

Sin embargo, en base al modelo interpretativo de las determinantes y el control de la conducta agresiva propuesto por Ferry y Jackson, señalado por Ruiz (2001), que en el deporte contempla tres perspectivas fundamentales de la agresión (como instinto, la hipótesis de la frustración-agresión, y la agresión como conducta socialmente aprendida), se hará hincapié en dichas teorías para explicar la conducta agresiva en el ambiente deportivo.

2.3.1. La agresión como instinto

El estudio de la violencia desde una perspectiva innatista y biológica es una labor que se realiza desde varios siglos atrás. Para los seguidores de esta corriente, la violencia y la agresión proceden de las cualidades innatas en los individuos. En este sentido, Hernández Mendo (2004) señala que el criminalista italiano Cesare Lombroso que trabajó en la década de 1870, creía que se podían identificar tipos criminales a partir de ciertos rasgos anatómicos. Investigó características físicas como la forma del cráneo y de la frente, el tamaño de las mandíbulas y la longitud de los brazos, y llegó a la conclusión de que presentaban rasgos que se habían mantenido desde estadios evolutivos anteriores. Lombroso pensaba que estos individuos al no haberse desarrollado del todo como seres humanos tendían a actuar de forma discordante con la sociedad.

3 comentarios

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y violencia en el fútbol