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La Bitácora del Dr. Ucha

Los problemas metodológicos en Psicología del Deporte. 3

Los problemas metodológicos en Psicología del Deporte. 3

El enfoque cualitativo no está exento de críticas. Sobre el mismo se plantean el carácter subjetivo de la interpretación de los resultados por el investigador y, además, se reconocen en ocasiones insuficiencias en la sustentación teórica como en los indicadores empleados en la interpretación de dichos instrumentos.

A nuestro modo de ver, un enfoque puede completar el otro. El enfoque psicométrico puede resultar muy útil cuando se trabaja con poblaciones o muestras muy grandes, cosa difícil en el deporte y, permite un determinado acercamiento a los fenómenos en estudio mientras que el enfoque cualitativo puede dar lugar a una profundización mayor del sujeto en particular. Por ello, más que señalar las bondades de un enfoque u otro debemos considerar la complejidad del problema a investigar. Atendiendo al  señalamiento de la complejidad se hace necesaria la utilización de un variado número de métodos que permitan tanto la generalización, como la explicación exhaustiva en el proceso de construcción del conocimiento, tanto en lo general, como en lo particular y lo singular. Al respectos se puede ver el trabajo, de Arias Beatón, G. (1999).

En nuestros trabajos hacemos uso de ambos enfoques aunque la preponderancia estará en el cualitativo, el cual domina, a nuestro juicio, la investigación de la motivación.

Existen razones para ocupar esta posición intermedia ya que la misma permite actuar con mayor flexibilidad en la obtención de la información significativa a los propósitos de esta obra.

Siguiendo este modo de pensar gran parte de las técnicas empleadas tienen un carácter abierto ya que permiten captar las elaboraciones del sujeto.

A partir de un grupo de autores que representan la corriente de pensamiento cubana acerca del estudio de la motivación, los cuales hemos citados en varias partes de este trabajo, como lo son González Rey, F., (1996),González Serra, D., (1996), Valdés Casal, H., (1996) García Ucha, F., (1996) Calviño Valdés-Fauly, C. (1986, 1987),  y otros, nos propusimos, estudiar la motivación, sobre todo, por medio de técnicas abiertas.

Estas técnicas cumplen con ciertos requerimientos metodológicos que facilitan la comprobación de los supuestos teóricos y, además brindan el conocimiento necesario para el estudio de los sujetos.

Las exigencias relativas a las técnicas  se relacionan con que:

Permitan lograr una estrecha comunicación con el psicólogo. Debemos destacar que un instrumento de primer orden en nuestro enfoque radica en la entrevista.

Las técnicas para el estudio de la personalidad y la motivación al ser abiertas o semiabiertas, implican de forma activa al sujeto estudiado. En este caso no se trata de preguntas que pueden responderse de forma mecánica o que van a reflejar la capacidad de auto percepción del sujeto más que la propia trama de su subjetividad.

Las técnicas abiertas demandan de la necesaria construcción y elaboración de la información que expresan los sujetos, esta tiene su origen en la propia personalidad y motivación del sujeto, a la cual él debe recurrir en su creación. De esta forma, se revela no sólo lo personológico sino las operaciones cognitivo afectivas desarrolladas por la personalidad, reflejando cómo regula el comportamiento. En este proceso expresan indicadores que nos permiten representarnos las configuraciones personológicas relevantes.

Al respecto, González Rey, F. (1996) nos indica que si la personalidad integra los procesos cognitivos y afectivos, y es el pensamiento una de las funciones esenciales de la regulación personológica, las técnicas para su estudio deben implicar operaciones pensantes del sujeto, ya que, las categorías mediante las cuales se expresa su elaboración son de indiscutible valor personológico, así como el proceso de pensamiento en sí mismo.

Se persigue con ello un instrumento que sea el inductor adecuado para la implicación del sujeto.

Las técnicas abiertas se basan en determinados inductores, bien sea una frase incompleta como ocurre en el método de los 10 deseos de, González Serra, D. (1978) o en un tema sobre el cual, el sujeto debe desarrollar la construcción de un discurso.

El discurso desarrollado a partir del tema inductor se denomina con mucha frecuencia por González Rey, F. (1989), elaboración. Creado por el sujeto sobre la base de su propia reflexión la cual es resultado de su personalidad y motivación.

El proceso de evaluación de estas elaboraciones, bien sean verbales o escritas, es el análisis de contenido. Bardín, L. (1979), lo define como un conjunto de técnicas de análisis de comunicaciones tendente a obtener indicadores (cuantitativos o no) por procedimientos sistemáticos y objetivos de descripción del contenido de los mensajes, permitiendo la inferencia de conocimientos relativos a las condiciones de producción/recepción (variables inferidas) de estos mensajes.

El análisis permite la identificación y explicación de las representaciones cognitivo-afectivas que otorgan un sentido a lo comunicado, de manera que se pueda identificar la estructura de lo comunicado con otra estructura, en nuestro caso las concepciones teóricas acerca de la motivación y la personalidad.

Las técnicas del análisis de contenido clasifican, miden y descubren el procedimiento mediante el cual en cada relato comunicativo se relacionan los conceptos e intenciones con las formaciones de la personalidad y motivación, explicando con una base empírica que mediadores y formaciones de la personalidad y motivación regulan el comportamiento del sujeto.

El análisis de contenido no es un instrumento sino un abanico de útiles metodológico aplicados al tratamiento de la información.

Bardín, L. (1979) señala que no se trata de atravesar por los significantes para captar los significados, como en el descubrimiento normal sino de alcanzar otros "significados" de naturaleza psicológica.

Los orígenes del análisis de contenido se remontan en la historia antigua con la hermenéutica, que es el arte de interpretar los textos sagrados o misteriosos y la búsqueda de un significado mediante la exégesis religiosa de la Biblia.

Esta actitud interpretativa perdura  a través del tiempo, volvemos a encontrarla en la interpretación de los sueños y en el psicoanálisis como en todo un conjunto de corrientes del conocimiento como lo es la retórica y la lógica.

Desde el punto de vista psicológico un hito importante lo constituye el análisis de las cartas de Jenny (Jenny Gove Masterson) un total de 165 cartas que fueron analizadas en su contenido por Baldwin, A. l. (1942) y dieron lugar a que Allport, G. W. (1971) se interesara por el análisis de contenido y  manifiesta que en el mismo radica un procedimiento para el estudio de la personalidad.

El análisis de las cartas realizado por Baldwin, A. I. (1942) fue también retomado por Piaget, J. (1966) quien resaltó la importancia del análisis en los estudios psicológicos.

El procedimiento empleado en el análisis de contenido de las cartas de Jenny, Baldwin, A. I. (1942) sentó las bases para la metodología del análisis de contingencia mediante el cual dos o más palabras o temas se asocian o se excluyen y que desarrollaría años más tarde Osgood, C. E. (1959).

Un conjunto de estudiosos entre los que se destaca Berelson, B. y Lazarsfeld (1952), Osgood, C. E. (1957), y Stone, P. J. (1966) desarrollaron los principales problemas en el plano metodológico y epistemológico del análisis de contenido.

El análisis de contenido entre sus ventajas se revela como capaz de llevar a cabo el análisis cuantitativo mediante el registro y descripción de la frecuencia de ciertas características del contenido y como cualitativo por medio de la constatación de la presencia o ausencia de una característica de contenido dado, o de un conjunto de características, en un cierto fragmento de mensaje que es tomado en consideración.

Se le atribuyen dos funciones, una heurística que consiste en darle solución a la exploración del contenido y cuyo propósito es "para ver" y otra como prueba que permite el desarrollo de hipótesis.

Las hipótesis son afirmaciones provisionales que se pretenden verificar recurriendo a otros procedimientos de forma sistemática hasta lograr o no su confirmación y en este sentido tiene como propósito "para probar".

Por medio de este encuadre metodológico el análisis de contenido pasa de ser descriptivo para por medio de la inferencia alcanzar la interpretación de lo dicho o escrito por el sujeto de la experiencia.

Es comprensible considerar que el análisis de contenido cuenta con su teoría, técnicas, hipótesis, interpretaciones y métodos de análisis que le resultan propios.

El análisis de contenido que se aplica a las diferentes técnicas abiertas o semi-abiertas expuestas en esta obra tiene un devenir histórico en el cual transcurren diferentes momentos en los cuales fue modificado a tono con los avances en las teorías que impulsaron la construcción de dichas técnicas. Este proceso ocurre como consecuencia de las relaciones entre lo teórico y lo metodológico en la investigación de la personalidad y la motivación. Lo teórico define las categorías empleadas en la descripción del contenido elaborado por el sujeto y las formas de su interpretación del contenido expuesto. Las categorías para describir el contenido y la interpretación constituyen un modelo de la teoría definiendo en cada momento de su utilización la confirmación o no de la teoría. El proceso de conocimiento desencadenado mediante el análisis de contenido permite la aparición de nuevos indicadores que aún no contemplados en la teoría pueden dar lugar a cambios en su estructura, a veces enriqueciéndola y otras invalidándola.

Este movimiento de enriquecimiento y refinamiento en lo teórico y metodológico está presente en los aportes realizados por González Serra, D. (1974,), González Rey, F. (1989,1996), Valdés Casal, H. (1989, 1996),  Domínguez García, L.(1990), García Ucha, F. (1987, 1989,1996).

Lo más avanzado en el análisis de contenido de las técnicas abiertas podemos encontrarlo en la obra de González Rey, F. (1997), quien nos lleva hasta el análisis de la estructura de los contenidos.

El análisis de contenido no culmina con los aspectos cuantitativos o cualitativos de los indicadores que facilita la teoría que sustenta el investigador sino que, además, debe mostrar la existencia de un modelo que permita captar la dimensión sistémica del contenido, o sea, en su organización y estructura. La forma en que se relacionan los elementos del contenido en dependencia de las regularidades que los unen y le confieren propiedades de sistema de manera invariable e independiente de estos mismos elementos.

Por ejemplo, si tomamos una técnica como el completar frases e intentamos valorar la agresividad o la timidez por una frase u otra, se estaría en la misma situación en que se colocan los test psicológicos dentro del enfoque psicométrico.

La agresividad o la timidez no se expresan de la misma forma ante inductores idénticos en sujetos diferentes, sino como una expresión parcial dentro del cuadro dinámico de la expresión de la personalidad. Esto implica no centrarnos en las partes, sino en el todo, dentro del cual tendremos una noción exacta del sentido de los elementos que lo integran.

González Rey, F. (1997) para el análisis del material obtenido por las técnicas abiertas se plantea tres categorías:

1.   Contenido.

2.   Vinculo afectivo con el contenido expresado.

3.   Elaboración personal.

Continúa en otro post

Saludos

García Ucha

1 comentario

angel -

De acuerdo a la metodologia utilizada, empleando tecnicas abiertas y semiabiertas, en la entrevista como se podria hacer para analizar el contenido de la tecnica del autodibujo, se en que consiste, pero desearia que me ayude a saber como interpretar el contenido y los indicadores funcionales de la personalidad y que aspectos debo de tomar en cuenta. Gracias y saludos