Los problemas metodológicos en Psicología del Deporte. 2
A continuación lo planteado sobre los problemas metodológicos en psicología del deporte por García Ucha en 2000.
Una de las alternativas claves de este tema de estudio se refiere a sí en la valoración de la personalidad y la motivación del deportista se deben emplear los mismos criterios y enfoque que se utilizan en otras áreas de la psicología y, en otro caso, bajo que criterios deben ser desarrollados, de esta temática se ocupan una serie de autores: Martens, R. (1987), Tenenbaum, G. (1992) Valdés, H. (1996) y García Ucha. F. (1997).
Para ejemplificar este planteamiento veamos los problemas metodológicos que se refieren a las pruebas psicológicas empleadas en Psicología del Deporte, con especial énfasis en los tests; Tenenbaum, G. (1991) y Tenenbaum, G. y Bar‑Eli, M. (1992), al referirse al empleo de los tests psicológicos en el deporte hace énfasis en algunos aspectos metodológicos específicos que pueden ser causa de las insuficiencias y limitaciones en las investigaciones, a saber:
1. Limitado número de escalas y tests que sean apropiados para un deporte en concreto.
2. Escalas idénticas son usadas con deportistas de diferentes países sin considerar los cambios culturales.
3. Se emplean las conclusiones de deportistas que son generalmente de un mismo grado competitivo como si todos tuvieran el mismo grado de rendimiento, por ejemplo, se seleccionan deportistas Olímpicos y no se esclarecen las características que poseen, tales como el grado de entrenamiento, experiencias, años de práctica, etapa de la preparación deportiva en que se encuentran. Esto conlleva a que se llegue a resultados que se generalizan y más tarde se presentan como contradictorios al relacionarlos con otras investigaciones.
4. Las evaluaciones se realizan sin considerar los aspectos situacionales.
5. Se mantiene un enfoque cuantitativo sin completar los datos obtenidos por medio de otros métodos de investigación, por muestra, las observaciones y entrevistas.
6. Uso de métodos de análisis estadísticos no apropiados, por ejemplo, el estudio de la motivación debe considerar los requerimientos del deporte al participante, esta es una actividad donde el hombre en acción hace tanto de objeto como sujeto de su creación. El resultado deportivo, alcanzar un récord o superarlo, es fruto precisamente de las acciones del deportista y este resultado esta representado por un grado superior de desarrollo de sus cualidades físicas y psíquicas. De manera que el estudio de la motivación, tiene como una de sus vías de valoración los propios resultados de los deportistas. En la medida que el deportista obtiene nuevos éxitos o derrotas es fruto, entre otros factores, del grado de desarrollo de su personalidad y motivación o de modificaciones que sufren las mismas y que pueden afectar sus resultados.
De hecho, se hace necesario los estudios de campo que contemplen los rendimientos del deportista en entrenamientos y competencia
Otra consideración metodológica consiste en controlar la influencia de los factores situacionales, cuya importancia se reconoce en el enfoque interaccionista y tiene un amplio significado en el deporte, por ejemplo, la actividad del deportista cuando compite. La competencia presenta características variadas, el deportista deberá generalmente encontrarse en condiciones para cambiar y redirigir su comportamiento.
La competencia incrementa la sensibilidad del deportista a las influencias situacionales. Esta influencia aparece en factores de rendimiento individual como el grado de motivación, actitudes, activación, destreza, procesos preceptúales motores, etc. Ello establece la necesidad de prever y registrar la influencia de estos factores situacionales.
El problema consiste en definir qué factores situacionales deben incluirse y como nosotros podemos predecir y registrar esta influencia en la valoración de la motivación del deportista. (García Ucha, F. 1997)
Los factores situacionales pueden clasificarse según Hahn (1977) de la forma siguiente:
En primer lugar, las condiciones que son particulares a cada deporte. Su principal característica es su especificidad. Cada deporte influye en el comportamiento de sus participantes de una forma distinta. Estas condiciones específicas son las más estables y fuertemente determinadas por el tipo de deporte.
Segundo, las condiciones del deporte como actividad competitiva introduce estados de esfuerzo, estrés, contactos, la presencia de público y las expectativas de victorias o derrotas. Estas condiciones son relativamente estables. Su intensidad y significado varían de acuerdo con las características de la competencia.
En tercer lugar se van a registrar las condiciones ocasionales o momentáneas que tiene un carácter inestable e imprevisto, esto puede incluir la presentación en la competencia de un oponente desconocido, la contingencia de accidentes, condiciones climatológicas variables, etc. Estas influencias son irregulares y muy difíciles de registrar o predecir.
Este problema, conlleva un reto a la validez de las investigaciones psicológicas, por muestra en la valoración de la motivación del deportista. Se hace necesario adaptar las técnicas y procedimientos de forma que permitan incluir un control más detallado de los factores implicados así como mantener una actitud discreta en la generalización de los resultados.
De estos señalamientos se derivan un grupo de recomendaciones:
- Una de las formas de ganar en objetividad en la valoración del deportista es aislar las influencias momentáneas u ocasionales mediante las observaciones repetidas.
- La modelación de las situaciones deportivas en la valoración cuando las condiciones situacionales típicas en el deporte son introducidas en la situación de investigación.
- Introduciendo consistentes variaciones de diferentes condiciones y grupos de deportistas.
- Validando y seleccionando en la valoración psicológica instrumentos mediante su correspondencia con las manifestaciones reales de las características psicológicas en el deporte.
- Acrecentando la confiabilidad de la observación natural por medio de su repetición y dirigiendo esta al registro de las características estables de comportamiento.
- Transformando los métodos estadísticos de análisis de selección de las manifestaciones y datos de un número limitado de sujetos.
Lo planteado, lleva a considerar en el ejemplo escogido de la valoración de la motivación del deportista la necesidad del empleo del método clínico, expresado en el estudio de cada deportista de manera individual, intensiva y acorde con sus manifestaciones, mediante un conjunto amplio de técnicas, en el que se incluyen el registro de la actividad del sujeto en condiciones naturales, la observación sistemática, empleo de entrevistas y técnicas abiertas, como las composiciones, completar frase, el método de los 10 deseos, de González Serra, D. (1978) y otras que posibilitan la expresión de su conocimiento, de sus reflexiones, vivencias y experiencias personales.
Para González Rey, F. (1996, 1997) en el enfoque clínico, las regularidades generales del funcionamiento de la personalidad y motivación serían determinadas a partir de sus elementos esenciales, lo cual permitirá discriminar lo general esencial de las formas, contenidos y mecanismos psicológicos diversos en que se expresa cada individualidad.
González Rey, F. (1996) considera que el método clínico más que un método, en el sentido de relación necesaria entre un tipo de técnica a utilizar y las formas, pasos y situaciones para la obtención de la información por medio de la misma, se trata de una estrategia.
El autor antes citado puntualiza que el método clínico se caracteriza por la especificidad de su abordaje, más que por los instrumentos, e incluso que por la forma de utilización e interpretación de la información reportada.
Para González Rey, F. (1996) el método clínico se caracteriza por: primero, considerar al individuo como unidad esencial de análisis y segundo, la comunicación sistemática entre el sujeto investigador y el investigado.
Acción intensiva sobre el sujeto investigado, que no se limita a la utilización de ninguna técnica, ni conjunto de técnicas específicas.
La orientación a definir el resultado en síntesis y no en variables analíticas, y aunque esto último se relaciona mucho con la cosmovisión teórica del investigador, esta forma de aproximación al objeto de estudio la facilita.
Tener en cuenta la situación en que el estudio transcurre como un elemento activo que interviene en el sentido del resultado.
Producto, según González Rey, F. (1996), inherente a esta aproximación la unidad esencial entre el diagnóstico, la investigación y la intervención.
No obstante, la utilidad de estos criterios existen algunas características del Método Clínico que requieren ser superadas, por ejemplo, Valdés Casal, H. (1996) plantea:
"El empleo del método clínico presupone, para lograr eficacia en el proceso de conocimiento, una concepción teórica que lo respalde".
Esta concepción permite superar algunos errores esenciales que se asocian a su utilización, como son:
Asociarlo a un tipo específico de técnica.
Concebirlo constreñido sólo al caso individual, sin otra posibilidad de generalización.
Por tanto, es importante como puntualiza González Rey, F. (1996) acercarnos al método clínico con las elaboraciones, hipótesis y expectativas que se derivan de la teoría que asumimos, lo cual implica realizar clasificaciones no a partir de los valores cuantitativos de los datos obtenidos, sino por medio del conocimiento alcanzado sobre lo estudiado, que nos posibilita la ubicación por sus manifestaciones, cualitativamente según el grado de desarrollo que expresan de los distintos sujetos analizados.
A nuestro modo de ver, en la valoración de la motivación el método clínico supone:
Partir de una conceptualización clara de qué es la personalidad y la motivación.
Estudiar intensamente a los deportistas con un conjunto flexible de técnicas o instrumentos congruentes con la concepción teórica que asumimos y que permitan obtener información significativa.
Introducir nuevas técnicas o crear las mismas en el proceso de la valoración, con el objetivo de obtener los elementos necesarios a nuestro objetivo.
No considerar los datos que brindan los métodos y técnicas como una verdad última, sino como información relevante que debe ser interpretada y estructurada por el psicólogo en el proceso de construcción de sus propias hipótesis.
Utilizar la entrevista en la valoración de la personalidad y la motivación como elemento esencial, para ir verificando e integrando y obteniendo información que es resultado de los métodos aplicados.
Al referirnos a las pruebas psicológicas podemos plantearnos dos enfoques:
1. Psicométrico. El cual tiene una larga tradición en psicología basándose en la aplicación de test psicológicos, los cuales pueden resultar útiles también al aplicar el método clínico. 2. El cualitativo, que se centra sobre todo en la utilización de instrumentos abiertos que permiten el análisis del caso individual y que también es muy útil al método clínico de investigación.
Los tests psicológicos empleados en el enfoque psicométrico reciben una serie de criticas por parte de los psicólogos que se adscriben al enfoque cualitativo.
Por ejemplo, González Rey, F. y Mitjanz Martínez, A. (1989), indican que los tests para estudiar la personalidad y la motivación presentan deficiencias metodológicas que sus autores no pueden evitar, a pesar de la lógica empleada en la construcción del test como en los procesos de validación y estandarización de los mismos, de estas deficiencias destacan:
Obtienen de las respuestas de los sujetos sobre todo la auto percepción de sí mismos más que la expresión de los fenómenos reales en estudio.
El test se encuentra estandarizado en su construcción, sin embargo, los sujetos que responden a sus alternativas son diferentes, definiendo más que toda esta situación la respuesta al instrumento.
El concepto de normalidad es una propiedad estadística que no tiene en consideración la forma óptima de los fenómenos estudiados, los que incluso pueden cambiar su forma también fruto de la población en estudio.
No responden a una concepción integral, en sistema de la personalidad atrapando sólo algunos de sus niveles de funcionamiento como por ejemplo, pueden ser los rasgos o motivos de carácter aislado.
El grado de reflexión, valoración y creatividad del sujeto no es captado en estos tests perdiendo así la posibilidad de registrar el proceso activo de regulación de la personalidad.
Los tests están estructurados a partir de la teoría que los diseñó y, a la vez, dado que resultan de un esquema preestablecido no permiten los ajustes o modificaciones necesarios a la propia teoría que los sustenta.
Continuamos en otro post
García Ucha
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