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La Bitácora del Dr. Ucha

VIGOREXIA: APROXIMACION AL PERFÍL PSICOLÓGICO

VIGOREXIA: APROXIMACION AL PERFÍL PSICOLÓGICO

Dr. Cantón, Enrique*

Enrique.Canton@uv.es

Lic. Revert, Francisco**

refefran@alumni.uv.es

* Facultad de Psicología. Universidad de Valencia

** Centro de Psicología Teseo (www.teseocp.com)

Se ha llevado a cabo un estudio empírico de tipo descriptivo-correlacional, para aproximarnos al perfil psicológico del que practica muy intensivamente la musculación con pesas, y que se caracteriza por un elevado número de horas de entrenamiento, una dieta desequilibrada con exceso de proteínas y, muchas veces, el abuso de sustancias dopantes. Esta alteración se conoce como vigorexia. Para aproximarnos a su perfil, se han evaluado en diferentes variables relevantes (tipo de práctica deportiva, uso de sustancias, autoestima, habilidades sociales, hábitos alimenticios, y motivos de inicio o continuidad de su entrenamiento) a 32 hombres, que responden a la definición e imagen de una persona vigoréxica, con una media de edad de 26.7 años.

Los datos muestran que estos practicantes señalan como principales motivos para su entrenamiento intensivo de musculación: mejorar las habilidades físicas y técnicas, mejorar su imagen corporal y aumentar la musculatura, lo que coincide con lo señalado por la literatura especializada. En relación con las habilidades sociales, también hay similitud con otros estudios, obteniendo puntuaciones muy bajas en las siguientes dimensiones: dificultad con las interacciones en diferentes contextos, expresión de conductas no asertivas frente a desconocidos, dificultad para expresar discrepancias, y dificultad para llevar a cabo interacciones con el sexo contrario.

En relación con la conducta alimentaria y comparando nuestros datos con los baremos de dos poblaciones distintas (hombres de población general y pacientes norteamericanos con trastornos de la conducta alimentaria), encontramos que nuestro grupo se situaría entre ambas poblaciones. Se ubicaría al límite de padecer un trastorno de la alimentación, si la comparamos con los datos muestrales de la población general, mientras que si la comparamos con los que padecen trastornos de la alimentación, no alcanzaría por poco las puntuaciones que indican padecer un trastorno.

Otros factores psicológicos que también han caracterizado a nuestro grupo son: desconfianza interpersonal, y miedo a la madurez e inseguridad ante las relaciones sociales. En los factores emocionales, encontramos una relación significativa entre los cambios a peor del estado de ánimo y el hecho de no poder entrenar, una mayor obsesión por la delgadez y falta de seguridad en las relaciones personales. Además, constatamos que el consumo de anabolizantes se asocia con la percepción de tener problemas con el peso, así como con la inmadurez.

Podemos concluir señalando las limitaciones del estudio, especialmente las inherentes al tamaño del grupo y los posibles sesgos a la hora de obtener información, pese a su anonimato. Sin embargo, podemos señalar que en el grupo evaluado hemos encontrado coincidencias con la investigación existente, mostrándose un perfil de sujetos con hábitos inadecuados de entrenamiento y alimentación, al límite de padecer un trastorno de la conducta alimentaria, y que consumen sustancias catalogadas como dopantes. Asimismo, muestran un perfil psicológico caracterizado por su inmadurez, introversión, problemas de integración y seguridad, y una baja autoestima. Presentan pocas habilidades sociales, incapacidad para defender sus propios derechos, controlar adecuadamente las relaciones personales e iniciar interacciones positivas.

 

PONENCIA PRESENTADA EN EL 1er ENCUENTRO ON LINE DE PSICOLOGÍA DEL DEPORTE (SIPD 2009).

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