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La Bitácora del Dr. Ucha

Terapia Activa de, Frester 15

Terapia Activa de, Frester 15  

3.4.3. Análisis de exámenes psíquicos de rendimiento bajo la influencia de la TA.

En varios experimentos se ha podido comprobar una mejora de la capacidad de rendimiento psíquico gracias a la TA. Así, IJENERLICH Y BERNASCH (1970) observaron en un experimento de cálculo Pauli modificado, de una duración de 20 minutos (adelantando el tiempo de perturbación a la segunda parte), que el grupo estudiado (los deportistas iniciaron el experimento inmediatamente después del ejercicio de TA) mostraba frente aI grupo de control un significativo aumento del rendimiento de cantidad en las tres primeras partes ( = 9 min.), una disminución de la disposición a la perturbación en la fase de perturbación (segunda parte) --ello se manifestó en una leve disminución del rendimiento de cantidad y en menos errores en la fase de perturbación por parte del grupo estudiado, frente al grupo de control sin influencia de TA- así como una disminución de errores a lo largo de las tres primeras partes. Sólo después de la tercera parte, el grupo estudiado se fue asimilando al nivel del grupo de control en lo referente a los parámetros «rendimiento de cantidades», «errores» y «disposición a la perturbación».

Estos resultados son confirmados por SCHENKE (1970) en experimentos específicos de modalidades deportivas, realizados con tiradores deportivos y jugadores de tenis de mesa.

Las observaciones de competiciones en diferentes modalidades deportivas, y según criterios escalados de observación (ZILLGITT, 1967; BERNASCII Y KOTALLA, 1968; TAIIKA Y WEIRAUCH, 1969; FRESTER, 1969; SCHENKE, 1970), coinciden en confirmar el siguiente efecto de TA en competición:

-En competición se logra imponer mejor las concepciones tácticas.

-Se fomentan la seguridad y la orientación en la competición, al tiempo que se reduce la cuota de ensayos erróneos en la competición.

-Los movimientos de los deportistas resultan más sueltos, se realizan de forma más económica, al tiempo que se reducen los fenómenos concomitantes nerviosos (vegetativos).

Ahora bien, estas repercusiones del comportamiento, económico y psíquicamente adaptado, del rendimiento sobre las altas exigencias de competición, sólo se alcanzan cuando incluso después del cursillo de aprendizaje se confirma, por lo menos una vez por día, el nivel ya alcanzado en los ejercicios. Si éste no es confirmado, puede producirse la extinción de los reflejos condicionados, no produciéndose así el éxito del ejercicio. Pudimos observar esta situación en algunos deportistas que, en parte por comodidad y en parte por una deficiente actitud frente a la TA, ya no habían seguido los ejercicios, o bien los habían efectuado con grandes intervalos, por lo que no lograron éxitos en competiciones de elevada carga psíquica. La mayor garantía para un buen éxito de la TA la da, por consiguiente, la actuación consecuente y la tenacidad del propio deportista.

4.   Ideas fundamentales sobre la aplicación de la TA al deporte

La TA es una modificación del EA para las necesidades del deporte. Se trata, por ello, de un método que posibilita efectos psicofisiológicos de conmutación por auto activación. Los principios del método no deben buscarse en normalizar las desviaciones fisiopatológicas de las más diversas génesis, sino en eliminar las perturbaciones fisiológicas de regulación psíquicamente condicionadas. Esto sería una aplicación de la TA bajo aspectos preponderantemente psicoterapéuticos. Las siempre crecientes exigencias (psíquicas) del entrenamiento y la competición condicionan, sin embargo, la aplicación cada vez más frecuente de la TA también desde la perspectiva profiláctica. Esto significa que la labialización de los deportistas debe prevenirse mediante la correspondiente profilaxis, puesto que deportistas que hoy todavía son conocidos como psíquicamente estables, pueden mañana mismo no estar ya a la altura de las altas exigencias del entrenamiento y la competición.

Las tantas veces planteada pregunta de si es prematuro introducir métodos programados de autosugestión en el deporte, podría contestarse de esta forma:

-Debe llevarse a cabo una cuidada situación indicativa en la selección de cada uno de los deportistas (exploraciones, tests para el examen de los requisitos intelectuales y de la estabilidad emocional, etcétera).

-Debe hacerse comprender al deportista la obligación y responsabilidad que pesa sobre él al aplicar por sí mismo procedimientos autos sugestivos. Las más mínimas sensaciones negativas o perturbaciones psicosomáticas deben ser comunicadas al médico, al entrenador o al psicólogo.

-Para la selección de los deportistas y para el control de todo el curso y los efectos de los ejercicios, deben consultarse médicos experimentados. La tarea de éstos no habrá de consistir sólo en organizar el proceso de aprendizaje para la adquisición de los ejercicios de relajamiento -cosa que también puede efectuar el responsable de la TA (psicólogo o entrenador de formación psicológicas-, sino, ante todo, en el control médico del comportamiento y de las reacciones de los deportistas.

-El director de los ejercicios (responsable de la TA) debe llevar a cabo continuamente exploraciones de control, que procuran una visión global sobre las diferencias interindividuales dentro del grupo.

Cumplidos todos estos requisitos, no deberían existir razones de rechazo para la introducción del EA o de la TA en el deporte.

Ha quedado demostrado que para un rápido éxito de los ejercicios, resulta ventajoso realizar los ejercicios en grupo (unos 8 a 12 deportistas) (efecto positivo de grupo).

Según nuestras experiencias, la TA no debería aplicarse a niños menores de doce años, dado que por lo general todavía no existe en ellos una comprensión de las relaciones psicofisiológicas.

Con un ejercicio sistemático, el éxito se presentará en cualquier persona psíquica y físicamente normal.

Como conclusión, quisiéramos subrayar, una vez más, que las posibilidades de los procedimientos auto sugestivos en el campo del deporte sólo se aprovecharán al máximo y quedarán bien marcados los límites, cuando tanto los deportistas practicantes como los directores de ejercicios y médicos deportivos aspiren -con alta responsabilidad y dentro de los necesarios límites científicos- a una estabilización y un incremento psicofísico del rendimiento por medio de la autosugestión.

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