Determinismo Táctico (1)
Lo que escribo aquí, lo aprendí con Konzag. Sólo, coloco algunas ideas liminares, relativas a la teoría de sistema, junto a sus enseñanzas, además del significado del principio de la personalidad.
Conocí a Konzag en Brasil. Fuimos al Simposio de Psicología del Deporte que se celebró en Belo Horizonte, en 1990. Demoramos indistintamente, en Río de Janeiro, en el Hotel Playa Leme. Muy próximo a la Playa de Copacabana.
Konzag, forma parte de un grupo de destacados psicólogos alemanes: Schellenberger, Ludwig, Kunath, Machts, Mathesius, Victor, Fobe, Bittorf.
El determinismo táctico se deriva de las características del juego deportivo donde el sistema múltiple de relación jugador, contrario, balón, tiempo, zona de juego debe ser contemplado de manera activa y donde resultan requisitos complejos la recepción y elaboración de las informaciones de los jugadores, las cuales se realizan en condiciones de elevada tensión física y psicológica.
Debido a que las acciones defensivas y ofensivas en la competencia conllevan decisiones a tomar dentro de la situación específica del juego, los procesos de la memoria, análisis de la información, y nitidez de la percepción constituye condición indispensable para el éxito en el juego.
Tomando en consideración, al mismo tiempo el estado psicológico del deportista.
Toda la complejidad de la táctica, nos lleva a la necesidad de analizar de forma diferenciada las exigencias cognoscitivas y afectivas que están presentes en las acciones del jugador.
El análisis de los procesos cognoscitivos tiene que partir del hecho de que en el caso de la táctica se trata de procesos específicos de la misma, donde se presentan aspectos diferentes de selección y acentuación y formas variadas de interrelación entre las funciones psicológicas. Ellas están condicionadas por las leyes de recepción, elaboración y recopilación de la información.
Por medio del análisis de las condiciones de ejecución de las acciones que varían constantemente se llega a la necesidad de dominar las interrelaciones entre la anticipación de dichas condiciones de ejecución y de la situación general del juego, como de sus cambios ulteriores respecto a las condiciones iniciales.
De esta forma, la categoría anticipación toma una especial significación para Konzag. Es gracias a las capacidades de anticipación que el jugador se encuentra en disposición de tomar decisiones e influir activamente sobre el desarrollo del juego.
La anticipación colabora en la posibilidad de la regulación de las acciones. Esta se define como la capacidad de la personalidad de controlar y regular, sobre la base de la reflexión y sus procesos afectivos y formaciones funcionales ante una situación concreta las acciones para alcanzar los objetivos trazados previamente.
Como unidades involucradas de la regulación de las acciones deportivas del juego se pueden diferenciar:
La regulación de la orientación.
La regulación de los impulsos y de la decisión.
La regulación de la ejecución y del control.
Hay que destacar, que los tipos parciales de la regulación de la actividad psicológica se presentan en todas sus formas en las fases de las acciones y transcurren simultáneamente y componen la regulación psicología general de la actividad como una unidad en sistema.
En dependencia de las condiciones objetivas y subjetivas en las diferentes fases del curso de las acciones se producen, sin embargo momentos que un tipo de unidad de regulación le corresponde ordenar el sistema de regulación general de las acciones.
La regulación de la orientación de las acciones como "mecanismo de control del proceso de las acciones" abarca todos aquellos procesos psicológicos que sirven de asimilación de las informaciones "externas" y su comparación con las informaciones que ya se encuentran en la memoria, las cuales es necesaria para la elaboración del programa mental de la acción.
Este programa mental o modelo interno de las acciones puede mostrar subjetivamente diferentes grados de abstracción, diferenciación y toma de conciencia. La calidad del programa mental del deportista posee una influencia decisiva sobre el resultado de las acciones. Ella se regula gracias a este modelo mental. El mismo compara con toda la información que llega al cerebro y aprueba o modifica el curso de las acciones. En el área de la neuropsicología se puede leer la obra de Pribram. En psicología a Hacker.
Esta regulación constituye el punto de partida y la base permanente de relación para todas las fases de desarrollo de la acción técnico-táctica.
Dentro de los componentes de la orientación de la acción se encuentra integrada la representación mental de las acciones, su visualización, la memoria motriz, los procesos, estados y propiedades que cumplen las funciones siguientes:
- - Análisis cognitivo de las decisiones posibles y de las experiencias relevantes de las acciones a desarrollar.
- - Análisis cognitivo de las decisiones posibles para determinados propósitos de las acciones a realizar.
- - Elaboración de los pasos concretos de realización hasta la confección del programa de acciones sobre la base de un análisis de las normas de las mismas, de las condiciones de realización y de las propias posibilidades de llevar a cabo las acciones por el jugador.
- - Elaboración de los fundamentos pedagógicos para los controles relacionados con las tareas de al ejecución de las acciones.
La orientación de de las acciones en el campo de juego exige de parte del deportista múltiples percepciones de la propia actividad en relación son sus objetos circundantes.
Los análisis de las acciones y su valoración colocan en un lugar trascendente las percepciones del espacio y del movimiento del jugador.
Mientras las percepciones del espacio abarca las relaciones espaciales de los diferentes objetos circundantes cercas y lejos del jugadores, las percepciones del movimiento reflejan los cambios de lugar en el tiempo. Ellas se basan en las percepciones del espacio y el tiempo. La percepción del tiempo refleja la duración objetiva, la velocidad y la sucesión de los acontecimientos. En los juegos deportivos las percepciones del tiempo constituyen un elemento integral de las percepciones del movimiento. En los juegos deportivos por equipo se requieren, además de los procesos de percepción de los movimientos propios del jugador, de la misma manera percepciones diferenciadas del movimiento del compañero de juego, del adversario y del balón.
Sobre la base de estas percepciones del espacio y del movimiento se plantean los requisitos espaciales respecto a la capacidad de percepción de los jugadores, en este caso:
- - Mayor campo visual. Esto se refiere a la visión periférica.
- - Cambio constante de la percepción.
A consecuencia de las situaciones de juego que varían constantemente, de la gran multiplicidad del movimiento y las posibilidades de movimiento de los numerosos jugadores resultan constantemente nuevas cantidades de estímulos que hay que elaborar. En este caso es importante la selección correcta de los puntos principales hacia donde dirigir la percepción. Mediante la actividad propia del jugador se hacen más complejas las condiciones, ya que durante la ejecución de sus múltiples acciones de juego tiene que percibirse paralelamente el desarrollo ulterior de la situación de juego.
- - Exactitud de las percepciones.
Elevadas exigencias respecto a la exactitud de las percepciones resultan, en especial, de los cálculos óptimos de los movimientos del balón en condiciones difíciles (elevada velocidad de vuelo del balón, efecto, sol, aire, etc.) de las acciones de juego de los contrarios en relación con los movimientos de engaño y de las propias acciones con el balón bajo el acosamiento del adversario.
- - Percepción bajo presión de tiempo.
En las unidades más breves de tiempo hay que alcanzar un óptimo en las percepciones, el que hace posible garantizar las decisiones tácticas correctas utilizando las experiencias anteriores y los conocimientos tácticos.
Conservación de una elevada calidad de las percepciones a pesar de la elevada cargas físicas y psicológicas. Aquí se incluyen desde luego el ansia por obtener el éxito, la influencia de los contrarios, los espectadores, árbitros, resultados de los fallos y errores en el transcurso del juego, etc. Todo esto durante un tiempo prolongado.
En general, se trata de la capacidad de reconocer la acción de juego como unidad compleja y poderla localizar dentro del sistema total del campo de juego, del compañero de equipo, el contrario y el balón. Al mismo tiempo, el jugador tiene que estar en condiciones de percibir sus propios movimientos para poder regularlos de acuerdo a los diferentes requisitos.
La calidad de las percepciones depende tanto de la cantidad de estímulos externos (intensidad de estímulos, diferenciación, contrate, etc.) como también de la funcionabilidad de los receptores y analizadores. La calidad está determinada esencialmente por la atención en estrecha relación con los procesos afectivos, con los procesos volitivos de control, los emocionales del jugador y sus conocimientos y experiencias.
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