Aniversario de la caída en combate de José Martí
19 de mayo se cumple un aniversario más de la muerte en combate de José Julián Martí Pérez, el apóstol de la independencia de Cuba y el autor intelectual del asalto al Cuartel Moncada.
Hoy esta más vivo que nunca, su verbo es eterno.
Es un Sol que surgió en los cinco lugares donde enterraron su cuerpo, la primera ocasión sin ataúd en tierra pura, un 20 de mayo de 1895, y por quinta y última ocasión el 31 de mayo de 1951, en acto solemne en el cementerio de Santa Ifigenia.
No deja de sorprendernos, hace días pude leer que en su primer destierro, aun en Madrid y con casi 18 años de edad daba clases en las noches para reunir dinero para los niños pobres. Aquel que dijo: que su único placer de su vida era acariciar cabecitas de niños.
Que su carta a Manuel Mercado, no fue la primera en que hablará del norte revuelto y brutal, lo había advertido antes a un prócer dominicano.
De Martí supe, en el año 1967, en la Fragua Martiana, en un seminario que impartía el hijo de su secretario personal, Gonzalo de Quesada, del cual fui participante, que había una estatua ecuestre del apóstol en el parque central de New York, colocada allí desde 1965.
Próximo a la estatua de su padre espiritual, Simón Bolívar, hacia el norte de la Avenida de las Américas. En el otro extremo, la estatua de. José de San Martín.
Anhele desde ese momento ver la estatua.
Hace unos meses que un amigo encontró en Internet el sitio web donde esta la foto de la estatua del apóstol, en bronce, sobre un corcel con fuego.
Hay algo peculiar en la obra de la escultora. Es el único héroe que al ser esculpido representa el momento de su muerte. No hay otra. La mano derecha hacia el pecho, una de las heridas mortales. El cuerpo ya ladeado. El rostro de los predestinados a la muerte.
¿Habrá inspirado a la escultora Anna Vaughn Hyatt Huntington, su pasión a la verdad, hasta el punto de representar su muerte?
Mucho se ha escrito sobre los últimos momentos de su vida y sobre su propia muerte.
Sin embargo, la estatua lo refleja todo. Fue consistente en todos sus actos y salió al combate no para legalizar sus responsabilidades que ya la tenía, sino además, para darle legitimidad a su misión.
¡Autor intelectual del Moncada! Vives en el corazón de todos los cubanos dignos.
Francisco García Ucha
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