Blogia
La Bitácora del Dr. Ucha

"PROCESO DE COMUNICACIÓN EN LOS ENTRENADORES DEPORTIVOS"

"PROCESO DE COMUNICACIÓN EN LOS ENTRENADORES DEPORTIVOS"

Presentado  en SIMPOSIO del III CONGRESO SOCIEDAD IBEROAMERICANA DE PSICOLOGÍA DEL DEPORTE BOGOTÁ – COLOMBIA, 2010

Autor: LIC. SERGIO REINALDO LAUSEKER BAREIRO (PARAGUAY)

Licenciado en Psicología, Facultad de Filosofía, de la Universidad Nacional del Este. 2001.

Post Grado: Especializado en Didáctica e Investigación Universitaria, por el Rectorado, de la Universidad Nacional del Este. 2002.

Especializado en Psicología Deportiva en  Alto Rendimiento, por la Facultad de Psicología, de la Universidad de Buenos Aires. (UBA). 2005

Máster en Gestión Educativa, por la Universidad Nacional del Este. 2010.

Docente de la Facultad de Filosofía en la carrera de Psicología, desde el 2001.

Actualmente, Psicólogo Deportivo de la Selección Juvenil Paraguay de Fútbol, división Sub 13 NOVIEMBRE 2010

Resumen

Primordialmente somos seres “sociales”, en el sentido de que pasamos la mayor parte de nuestras vidas con otras personas. Por lo tanto, es importante que los entrenadores aprendan y tengan la habilidad de entenderse y entenderle a los atletas-deportistas y a funcionar adecuadamente en situaciones sociales-deportivas. La comunicación es el acto por el cual el entrenador establece con el jugador un contacto que le permite transmitir una información, en la que intervienen diversos elementos que pueden facilitar o dificultar el proceso. El entrenador está solo. Piensa, siente molestias en el cuerpo, no puede dormir, lo asaltan temores, tiene que tomar decisiones, se demora, sufre. ¿Con quién conversa? ¿De qué forma disminuye su ansiedad? ¿Cómo se pone nuevamente creativo y comunicativo?

Palabras Claves: Comunicación, entrenador, comunicación verbal, comunicación no verbal, atleta-deportista.  

Desarrollo

Quién no posea la capacidad de conocer en profundidad a los seres humanos y saber comunicarse eficazmente con ellos, tendrá menos herramientas al alcance de su mano para manejarse en esta nueva realidad de cambios permanentes. Pascal (2004)

La Comunicación es la forma más importante de interacción social, Dorsch (1996). Es el proceso mediante el cual se transmite información de una entidad a otra, son interacciones mediadas por signos entre al menos dos agentes que comparten un mismo repertorio de signos y tienen unas reglas semióticas comunes. Wiki (2010)

Tradicionalmente, la comunicación se ha definido como "el intercambio de sentimientos, opiniones, o cualquier otro tipo de información mediante habla, escritura u otro tipo de señales". Todas las formas de comunicación requieren un emisor, un mensaje y un receptor. En el proceso comunicativo, la información es incluida por el emisor en un paquete y canalizada hacia el receptor a través del medio. Una vez recibido, el receptor decodifica el mensaje y proporciona una respuesta.

El Comunicador (entrenado o técnico) y el Comunicante (deportista)

Tanto el comunicador y el comunicante, pueden actuar unilateralmente o recíprocamente, donde:

Los medios:

que pueden ser signos lingüísticos o no lingüísticos, y

Los canales:

que pueden ser acústicos, ópticos, de persona a persona, a través de la prensa, la radio, la televisión u otros contenidos

La comunicación unilateral y bilateral  “face to face” tiene lugar mediante:

El lenguaje

La mirada

La mímica

Los gestos

Los escritos

Ya lo decía Watzlawick, (1974) “El hombre en interacción no puede menos de comunicarse”, el funcionamiento de las sociedades humanas es posible gracias a la comunicación, en el intercambio de mensajes entre los individuos.

Es decir que toda conducta puede servir de “señal” con la posibilidad de malentendidos entre el comunicador y el comunicante, a lo que Dorsch (1996) cita a Aronson (1972) que denominaba trastorno de la comunicación.

En el contexto social humano se comunican contenidos ideológicos en forma digital mientras que las relaciones actuales entre los comunicantes se definen por la comunicación analógica, Watzlawick, y otros (1967). Dado que el hombre es capaz de utilizar uno u otro modo de comunicación, o ambos a la vez, puede emitir simultáneamente mensajes contradictorios, hasta dificultar e incluso imposibilitar al receptor una reacción unívoca (relacionada o particular).

El saber se transmite en gran parte por vía digital: signos, símbolos o números y poseen una compleja sintaxis lógica que posibilita la comunicación precisa y unívoca, pero muchas veces carecen de una semántica suficiente en el ámbito de las relaciones sociales. Esta deficiencia queda subsanada en la comunicación analógica, que a cambio, y a causa de su sintaxis primitiva, es relativamente equívoca, es decir virtualmente todo lo que sea comunicación no verbal.

La comunicación, una condición sine qua non

Resulta evidente que la comunicación es una condición sine qua non de la vida humana y el orden social. También es obvio que desde el comienzo de su existencia, un ser humano participa en el complejo proceso de adquirir las reglas de la comunicación, Watzlawick (1997).

La pragmática de la comunicación humana, apena es capaz de leer y escribir su propio nombre, su integración con muchos otros campos del esfuerzo científico es una esperanza para el futuro.  

La comunicación humana es un fenómeno estratificado, donde además del lenguaje, existen una serie de conductas comunicativas, que se resumen en la “comunicación no verbal”, Dorsch (1996), cuyos elementos comunicativos son:

El contacto corporal

Los movimientos corporales y la actitud corporal (tales como los gestos, la expresión del rostro, la mímica y la mirada)

La apariencia externa (como la ropa o los vestidos)

Aspectos no verbales del habla (como el acento, titubeos, risa)

Factores espaciales (como la distancia, posición del asiento, el ambiente)

Tipos de Comunicación

Las formas de comunicación humana pueden agruparse en dos grandes categorías: la comunicación verbal y la comunicación no verbal:

La comunicación verbal se refiere a las palabras que utilizamos y a las inflexiones de nuestra voz (tono de voz).

La comunicación no verbal hace referencia a un gran número de canales, entre los que se podrían citar como los más importantes el contacto visual, los gestos faciales, los movimientos de brazos y manos o la postura y la distancia corporal.

                                                                          

                                    

Comunicación verbal

 Comunicación no verbal

Palabras (lo que decimos)    

* Contacto visual

Tono de nuestra voz    

* Gestos faciales (expresión de la cara)

Movimientos de brazos y manos

* Postura y distancia corporal

 

Pese a la importancia que le solemos atribuir a la comunicación verbal, entre un 65 % y un 80 % del total de nuestra comunicación con los demás la realizamos a través de canales no verbales. Para comunicarse eficazmente, los mensajes verbales y no verbales deben coincidir entre sí. Muchas dificultades en la comunicación se producen cuando nuestras palabras se contradicen con nuestra conducta no verbal. Ejemplos:

Un jugador o atleta hace exactamente lo que el entrenador le pidió y éste, con una expresión de decepción, dice: “Bien, es justo lo que quería que hagas”.

Un jugador o atleta se encuentra con el entrenador (puede ser en situación deportiva o fuera de la misma) y, cuando le saluda, el entrenador le devuelve el saludo con un frío y seco “hola” y desvía la mirada.

Marc (1992) sostenía que “El comportamiento es una función de la experiencia y la experiencia y el comportamiento están siempre relacionados con algo o alguna cosa diferente del Yo”

La comunicación no verbal o el face-to-face

La comunicación se concibe como un proceso en el que participa todo el cuerpo. Se producen así puntos de contacto con la etología y la antropología cultural. De este modo en su contexto comunicativo muchos fenómenos se investigan y se entienden desde la psicología de la expresión.

Allport (1986) habla de la teoría fisiognómica como el arte de descubrir las características de la personalidad basándose en el aspecto físico del individuo y especialmente en la configuración y expresión de la cara, es decir, en la fisionomía de rasgos móviles de:

la expresión del rostro  - los movimientos     -y los gestos.

En el proceso de la comunicación sería un error confiar en un solo signo, ya lo decía el suizo, Johann Kaspar Lavater (1741-1801) que todos los rasgos del cuerpo concordaban entre sí. No hay unos ojos alegres, decía, sin que también sea alegre la boca, y si somos suficientemente hábiles para saber observarlo, nos daremos cuenta de que en un entrenador con tal característica, el modo de andar, y las actitudes del cuerpo pueden reflejar también la disposición a la alegría.

Es sumamente interesante para la psicología deportiva la insistencia con que afirmaba Lavater la concordancia de la personalidad en sus aspectos interiores, y su expresión exterior, “un mismo espíritu se manifiesta en todo”  agregaba él mismo.

Funciones de la conducta no verbal

La producción lingüística: es una conducta no verbal ligada estrechamente con el habla; por ejemplo cuando el entrenador acompaña a ésta rítmicamente o ilustrándola.

Como regulador para el curso de la interacción: por ejemplo en el intercambio de papeles hablante-oyente.

Función interpersonal para la determinación de las relaciones entre las partes comunicantes: por ejemplo en el grado de intimidad.

Función expresiva para la expresión de efectos y cualidades personales: por ejemplo cuando el entrenador quiere comunicar algunas virtudes del atleta.

            La habilidad para transmitir... para comunicar

            El entrenador o entrenadora sabe que, a través de la comunicación, se conecta técnica y humanamente con sus deportistas, de Diego y Sagredo (1997). Inclusive por ser una función aparentemente muy simple, se descuida.

            Un entrenador dependiendo de su habilidad comunicativa puede utilizar este medio para:

Motivar   -ejercer una dirección,   -enseñar,   -y apoyar al atleta.

            Convengamos que COMUNICAR es “hacer a otro participe de lo que uno tiene”, “transmitir señales mediante un código común al emisor y al receptor”, de Diego y Sagredo (1997).

Mancuello García. (www.psicologia-online.com)

Emisor: La persona (el entrenador) que emite un mensaje.

Receptor: La persona (el jugador o atleta) que recibe el mensaje.

Mensaje: Contenido de la información que se envía.

Canal: Medio por el que se envía el mensaje.

Código: Signos y reglas empleadas para enviar el mensaje.

Contexto: Situación en la que se produce la comunicación.

La comunicación eficaz entre dos personas se produce cuando el deportista o jugador interpreta el mensaje en el sentido que pretende el entrenador.

            El que la comunicación simbolice la necesidad de la persona de mantenerse en contacto con el entorno, es lo que le hace ser uno de los aspectos básicos en al labor del entrenador, que no tendría sentido si no tratase de relacionarse con otros para enseñar y guiar una práctica deportiva. Y yendo mucha más allá, si no pretendiera ayudar al deportista en su desarrollo como persona, de Diego y Sagredo (1997)

            En este aspecto se debe entender a la comunicación como una habilidad más que se puede mejorar y potenciar hasta sus propios límites. Admitir que un entrenador es parco en palabras y que no va a cambiar es admitir que la comunicación es un proceso fijo y rígido. La comunicación es un acto flexible con multitud de posibilidades y aspectos que se pueden mejorar para conseguir las metas propuestas.

            Cómo mejorar la comunicación entre los atletas y el entrenador

A través de:

¡Error! Marcador no definido.        El uso de sociometrías.

¡Error! Marcador no definido.        Técnicas grupales.

¡Error! Marcador no definido.        Aplicación de pruebas.

¡Error! Marcador no definido.        Consulta individual.

Éste aspecto del sistema deportivo integral, es fundamental dentro de la estructura y proceso del entrenamiento.

El psicólogo del deporte debe ser sensible para escuchar y entender a ambas partes y poder solucionar y conciliar todas las partes de manera eficiente y ética.

Desde la Psicología del Deporte se deben enseñar los principios de un enfoque positivo del entrenamiento (Cruz, 1994, Simon y Smith, 1987, Thompson 1993) para mejorar el estilo de comunicación de los entrenadores con los jugadores y, de esta forma, mejorar, además de su rendimiento deportivo, la autoconfianza, el clima motivacional (Alonso, Boixadós y Cruz, 1995) y la deportividad de éstos últimos.

El Dr. Ucha explica cuanto sigue: “La comunicación la entendemos como un sistema abierto de interacciones, en donde lo que sucede entre los inter actuantes no se desarrolla nunca en un encuentro a solas, cerrado, en un vacío social, sino que se inscribe en un contexto donde se precisan los niveles de significación. Como sistema abierto la comunicación obedece a determinados principios, tales como:

Principio de totalidad. Esto crea procesos de grupos reconocibles en situaciones diferentes e independientes de los individuos que componen uno u otro grupo particular. Con esta concepción, la interacción no puede entenderse como la acción mecánica de un sujeto sobre otro sujeto (la relación entrenador- jugador; jugador- jugador; jugador- institución), no puede entenderse como la influencia del entrenador sobre el jugador; del jugador con el otro jugador o de la institución con el jugador, sino como un ajuste recíproco situado en el contexto deportivo; es decir, en el conjunto de interacciones entre los miembros del equipo o institución.

Principio de causalidad circular. Lo comprenderemos a través de la siguiente situación: El comportamiento del entrenador no puede explicar por sí solo el del jugador. Significa que en un escenario deportivo, el comportamiento de cada persona inter actuante, forma parte de un juego complejo de implicaciones mutuas, de acciones y retroacciones. Cuando el entrenador o la institución intenta comprender la dialéctica significativa de los mensajes en los  jugadores, o sus conductas, debe colocarlos en el juego y por lo tanto, situarse dentro del sistema y su conjunto, la aproximación debe ser sincrónica más que secuencial, buscando siempre la dialéctica de la génesis para aclarar el estado actual del sistema comunicativo.

Principio de regulación. No existe un proceso comunicativo por fuera de reglas, normas y códigos, sean estos semióticos, conversacionales y rituales socioculturales. Tales reglas, buscan estabilizar la interacción y favorecer las situaciones de equilibrio. Los entrenadores y las instituciones deportivas, poseen y manejan esta entramada red regulativa, ignorando en la mayoría de los casos, las que posee el jugador. El equilibrio interactivo muchas veces se busca por la vía de la subordinación, lo cual implica callar o negar los códigos del otro. El principio de autonomía comunicativa, es ignorado y violado, en la búsqueda de un equilibrio aparente, (manuales de convivencia, reglamentos, entre otros)” Material facilitado por el Dr. Francisco García Ucha.

Carl Rogers dedujo una especie de principio general, que vale la pena considerarlo en esta reflexión sobre la comunicación:

“Cuanto más grande sea la congruencia de la experiencia, de la conciencia y de la comunicación por parte de un individuo, más la relación dará lugar a una tendencia de la comunicación recíproca con una congruencia incrementada; una tendencia a la comprensión mutua de las comunicaciones más exactas; un ajuste y un funcionamiento psicológico incrementado en los dos; una satisfacción mutua.”

Premisas y condiciones psicológicas para una dirección exitosa

Una programación óptima de los procesos de interacción entre entrenadores y atletas constituye parte esencial de la preparación mental de competencia.  Los procesos de interacción incluyen además de las formas de comunicación verbal también las no verbales como la música, los gestos, el trabajo con el lenguaje de las señales.  La comunicación a través de los estados emocionales en el sentido de un efecto de resonancia entre humanos  presenta una especial importancia en la última fase de la preparación mental de competencia. 

Los deportistas reaccionan en esta fase, especialmente ante las formas de expresión mímicas y gestuales de los entrenadores de una manera emocional extremadamente sensible y se motivan fuertemente mediante las manifestaciones de alegría  o pierden la motivación   al igual que en todos los periodos anteriores del entrenamiento.  En este momento hay que tener presentes las premisas y condiciones psicológicas para una exitosa dirección, que esté a la altura de las expectativas de los deportistas.

Jiménez (2002) menciona que según Hahn (1989) y Horz (1994) la dirección recoge todas las medidas de un entrenador sobre la conducción pedagógico – psicológica, asesoramiento, evaluación y consejo especializado con el objetivo de apoyar el comportamiento fomentador de los rendimientos y el desarrollo de las reservas de los rendimientos individuales en la competencia, es decir, capacitar a los deportistas en la autorregulación de su estado actual (en especial en lo emocional), su esfuerzo (volitivo) y la ejecución de sus movimientos.

La dirección exitosa sólo es posible cuando al entrenador les son conocidas las expectativas de los deportistas y ellas son tenidas en cuenta por parte del entrenador.  Una variable de influencia para la interacción óptima atleta - entrenador está dada por el conocimiento especializado del entrenador, es decir, la competencia específica especializada como pudieron demostrar Hanke y Woermann (1993), señala Jiménez (2002).  Una elevada competencia, que también incluye la capacidad del entrenador de insertar las informaciones correctas en el momento oportuno, no basta, sin embargo, para una exitosa dirección.

La dirección efectiva presupone un conocimiento, lo más exactamente posible, de las formas de reacción y comportamiento psíquicos individuales  de los deportistas, en especial después del éxito o el fracaso en la competencia, exige del entrenador conocimientos sobre las medidas de preparación mental empleadas y dominadas por los deportistas, da por sentado una concordancia de las medidas de asesoramiento entre el entrenador de base y el entrenador que asiste a la competencia y exige niveles de responsabilidad claramente definidos en el equipo a donde es confinado.  Los análisis realizados en 120 deportistas de elite procedentes de 8 deportes olímpicos sobre el grupo de problemas realización de conversatorios ( Frester 1995), permitieron reconocer diferentes problemas de comunicación con los entrenadores.

Más del 80% de los deportistas cuestionados presentan un  flujo de información: unilateral: Aproximadamente el 82% de las informaciones (indicaciones correctivas, reglamentaciones, reglas sobre el comportamiento, explicaciones sobre el decurso de los movimientos, exigencias sobre el comportamiento de acuerdo con las normas) son comunicadas frecuentemente al deportista por el entrenador a partir de un comportamiento autoritario.   Sólo el 18% de las retroinformaciones tienen lugar del deportista a los entrenadores sobre situaciones de actualidad, preocupaciones, miedos, causas de errores sufridos, deseos de comportamiento y otras más.  Estos desbalances en el comportamiento comunicativo de los deportistas se experimentan como insatisfactorios y cargantes.  Exigen mayor derecho de conversación a la hora de la toma de las decisiones y en la programación de las relaciones interpersonales durante la organización de los rendimientos de la competencia. Jiménez (2002)

La escucha empática.

Entre “Los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva", uno de los “bestseller” más populares de los últimos años, S. Covey (1998) incluye: Procure primero comprender, y después ser comprendido. Como subtítulo, Covey plantea los "Principios de comunicación empática" sobre lo que expresa:

“Tenemos tendencia a precipitarnos, a arreglar las cosas con un buen consejo. Pero a menudo no nos tomamos el tiempo necesario para diagnosticar, para empezar a comprender profunda y realmente el problema.... Si yo tuviera que resumir en una sola frase el principio más importante que he aprendido en el campo de las relaciones interpersonales, diría: procure primero comprender, y después ser comprendido. Este principio es la clave de la comunicación interpersonal efectiva... La aptitud para la comunicación es la más importante de la vida. Dedicamos a la comunicación la mayor parte de nuestras horas de vigilia... pasamos años aprendiendo a leer y a escribir, a aprender a hablar. ¿Y a escuchar? ¿Qué adiestramiento o educación nos permite escuchar de tal modo que comprendamos real y profundamente a otro ser humano en los términos de su propio marco de referencia individual?...”.

Según Covey, cuando otra persona habla, por lo general, la “escuchamos” en uno de los cuatro niveles siguientes:

Podemos estar  ignorándola, no escucharla en absoluto.

Podemos fingir. “Sí. Ya, Correcto”.

Podemos practicar la escucha selectiva, oyendo sólo ciertas partes de la conversación.

Finalmente, podemos brindar una escucha atenta, prestando atención y centrando toda nuestra energía en las palabras que se pronuncian.

Pero, muy pocos nos situamos en el quinto nivel, la forma más alta de escuchar, la escucha empática, que Covey identifica como “escuchar con la intención de comprender”.

Para este autor, la escucha empática debe entrar en el marco de referencia de la otra persona, ver las cosas a través de ese mundo, como lo ve la otra persona, comprender su "paradigma", identificar lo que siente.

Covey nos aclara que “empatía no es simpatía”, precisando que la simpatía es una forma de acuerdo, una forma de juicio, que a veces es la emoción y la respuesta más apropiada. Pero, “a menudo la gente se nutre de la simpatía, lo cual la hace dependiente”.

La esencia de la escucha empática no consiste en estar de acuerdo; consiste en comprender profunda y completamente a la otra persona, tanto emocional como intelectualmente, incluye mucho más que registrar, reflejar e incluso comprender las palabras pronunciadas.

Los expertos en comunicación estiman que, en realidad, sólo el 10% de lo que comunicamos está representado por palabras; otro 30% a través de sonidos y entonación y el 60% restante es lenguaje corporal. En la escucha empática- afirma Covey- uno escucha con los oídos, pero también (y esto es más importante) con los ojos y con el corazón. Se escuchan los sentimientos, los significados.

El “arte de escuchar” también está en el centro de la teoría de la “Inteligencia Emocional”, que ha revolucionado el concepto de inteligencia que ha prevalecido durante años. En la parte dedicada a “Ser hábil con la gente”, D. Goleman (1999) incluye, entre las principales habilidades que caracterizan la inteligencia emocional, la de Comprender a los demás, expresando como sub-título Percibir los sentimientos y perspectivas ajenas, e interesarse activamente por sus preocupaciones.

Cuando se refiere a “El Arte de Escuchar”, Goleman expresa:

“Cuando estás desesperado por hacer una venta no escuchas con la misma atención.. Para escuchar en el lugar de trabajo es esencial escuchar bien... Quienes no pueden o no saben escuchar dan la impresión de ser indiferentes o insensibles, lo cual a su vez, torna al otro menos comunicativo. Escuchar es un arte. El primer paso consiste en dar la sensación de que uno está dispuesto a escuchar; esta aptitud se corporiza en los gerentes que observan una política de “puertas abiertas”, que se muestran abordables y que se esmeran en escuchar lo que su gente tiene que decir. Y, a los oídos de quienes se muestran abordables, llega más material...”.

¿Qué conductas o técnicas podemos aplicar?

En la bibliografía especializada se describen numerosas técnicas para desarrollar y aplicar la habilidad de “Saber Escuchar”, o para la “Escucha Activa” o “Empática”, como le llaman algunos especialistas. Es imposible referirse a todas ellas en un artículo de este tipo, por lo que se presentará en forma resumida algunas de las más difundidas.

En la mayoría de los textos de Administración (Management en los de habla inglesa) o de Comportamiento Organizacional (Organizational Behaviour) cuando se trata este tema, se citan las “10 Reglas de la Buena Escucha de Keith Davis” (1985), que son las siguientes: 

 

1- Deje de hablar.

Ud. no puede escuchar si está hablando.

2- Hacer que el que habla se sienta  cómodo.

Ayúdelo a sentirse que es libre de hablar.

 

3- Demuéstrele que desea escucharlo.

 

Parezca y actúe como si estuviera sinceramente interesado. No lea la correspondencia mientras le hablan.

4- Elimine y evite las distracciones.

 

No se distraiga jugando con pedazos de papel, escribiendo, etc.

5- Trate de ser empático con el otro.

 

Trate de ponerse en su lugar, de manera que Ud. pueda comprender su punto de vista.

6- Sea paciente.

Dedíquele el tiempo necesario, no interrumpa.

7- Mantenga la calma y su humor.

 

Una persona colérica toma el peor sentido de las palabras.

8- Evite discusiones y críticas, sea

    prudente con sus argumentos.

Esto pone al otro “a la defensiva”, tiende a predisponerlo.

9- Haga preguntas.

 

 

Esto estimula al otro y muestra que Ud. está escuchando, además de ayudar a desarrollar otros temas.

10- Pare de hablar.

 

Esto es lo primero y lo último. Todas las otras reglas dependen de esto. Ud. no puede ser un buen escucha mientras esté hablando.

          

La escucha activa

Uno de los principios más importantes y difíciles de todo el proceso comunicativo es el saber escuchar. La falta de comunicación que se sufre hoy día se debe en gran parte a que no se sabe escuchar a los demás. La escucha activa significa escuchar y entender la comunicación desde el punto de vista del que habla. ¿Cuál es la diferencia entre el oír y el escuchar?. Existen grandes diferencias. El oír es simplemente percibir vibraciones de sonido. Mientras que escuchar es entender, comprender o dar sentido a lo que se oye.

Elementos que facilitan la escucha activa

Disposición psicológica: prepararse interiormente para escuchar. Observar al otro: identificar el contenido de lo que dice, los objetivos y los sentimientos.

Expresar al otro que le escuchas con comunicación verbal (ya veo, umm, uh, etc.) y no verbal (contacto visual, gestos, inclinación del cuerpo, etc.).

Elementos a evitar en la escucha activa

No distraernos. La curva de la atención se inicia en un punto muy alto, disminuye a medida que el mensaje continúa y vuelve a ascender hacia el final del mensaje,

No interrumpir al que habla.

No juzgar.

No ofrecer ayuda o soluciones prematuras.

No rechazar lo que el otro esté sintiendo, por ejemplo: "no te preocupes, eso no es nada".

No contar "tu historia" cuando el otro necesita hablarte.

No contra-argumentar. Por ejemplo: el otro dice "me siento mal" y tú respondes "y yo también".

Evitar el "síndrome del experto": ya tienes las respuestas al problema de la otra persona, antes incluso de que te haya contado la mitad.

Habilidades para la escucha activa

Mostrar empatía: Escuchar activamente las emociones de los demás es tratar de "meternos en su pellejo" y entender sus motivos. Es escuchar sus sentimientos y hacerle saber que "nos hacemos cargo", intentar entender lo que siente esa persona. No se trata de mostrar alegría, si siquiera de ser simpáticos.

Parafrasear. Este concepto significa verificar o decir con las propias palabras lo que parece que el emisor acaba de decir. Es muy importante en el proceso de escucha ya que ayuda a comprender lo que el otro está diciendo y permite verificar si realmente se está entendiendo y no malinterpretando lo que se dice. Un ejemplo de parafrasear puede ser: “Entonces, según veo, lo que pasaba era que...”, “¿Quieres decir que te sentiste...?”.

Emitir palabras de refuerzo o cumplidos. Pueden definirse como verbalizaciones que suponen un halago para la otra persona o refuerzan su discurso al transmitir que uno aprueba, está de acuerdo o comprende lo que se acaba de decir. Algunos ejemplos serían: "Esto es muy divertido"; "Me encanta hablar contigo" o "Debes ser muy bueno jugando al tenis". Otro tipo de frases menos directas sirven también para transmitir el interés por la conversación: "Bien", "umm" o "¡Estupendo!".

Resumir: Mediante esta habilidad informamos a la otra persona de nuestro grado de comprensión o de la necesidad de mayor aclaración. Expresiones de resumen serían:

"Si no te he entendido mal..."

"O sea, que lo que me estás diciendo es..."

"A ver si te he entendido bien...."

Expresiones de aclaración serían: "¿Es correcto?"  "¿Estoy en lo cierto?"

Algunos aspectos que mejoran la comunicación

Al criticar a otra persona, hablar de lo que hace, no de lo que es. Hablar de lo que es un jugador sería: "te has vuelto a olvidar de ir al ataque… Eres un desastre"; mientras que hablar de lo que hace sería: "te has vuelto a olvidar de ir al ataque. Últimamente te olvidas mucho de las cosas".

Discutir los temas de uno en uno, no "aprovechar" que se está discutiendo, por ejemplo sobre “la impuntualidad de las llegadas al entrenamiento”, para reprocharle de paso que es un despistado, un olvidadizo y que es poco afectivo.

No ir acumulando emociones negativas sin comunicarlas, ya que producirían un estallido que conduciría a una hostilidad destructiva.

No hablar del pasado. Rememorar antiguas ventajas, o sacar a relucir los “trapos sucios” del pasado, no sólo no aporta nada provechoso, sino que despierta malos sentimientos. El pasado sólo debe sacarse a colación constructivamente, para utilizarlo de modelo cuando ha sido bueno e intentamos volver a poner en marcha conductas positivas quizá algo olvidadas.

Ser específico. Ser específico, concreto, preciso, es una de las normas principales de la comunicación. Tras una comunicación específica, hay cambios; es una forma concreta de avanzar.

Evitar las generalizaciones. Los términos "siempre" y "nunca" raras veces son ciertos y tienden a formar etiquetas. Es diferente decir: "últimamente te veo algo ausente" que "siempre estás en las nubes".

Ser breve. Repetir varias veces lo mismo con distintas palabras, o alargar excesivamente el planteamiento, no es agradable para quién escucha. Produce la sensación de ser tratado como alguien de pocas luces o como un niño. En todo caso, corre el peligro de que le rehúyan por pesado cuando empiece a hablar. Hay que recordar que: “Lo bueno, si es breve, es dos veces bueno”.

Cuidar la comunicación no verbal. Para ello, tendremos en cuenta lo siguiente:

La comunicación no verbal debe de ir acorde con la verbal. Decir " ya sabes que sé que juegas bien" con cara de fastidio dejará a la otra persona peor que si no se hubiera dicho nada.

Contacto visual. Es el porcentaje de tiempo que se está mirando a los ojos de la otra persona. El contacto visual debe ser frecuente, pero no exagerado.

Afecto. Es el tono emocional adecuado para la situación en la que se está interactuando. Se basa en índices como el tono de voz, la expresión facial y el volumen de voz (ni muy alto ni muy bajo).

Elegir el lugar y el momento adecuados. En ocasiones, un buen estilo comunicativo, un modelo coherente o un contenido adecuado pueden irse al “tacho” si no hemos elegido el momento adecuado para transmitirlo. Es importante cuidar algunos aspectos que se refieren al momento en el que se quiere establecer la comunicación:

El ambiente: el lugar, el ruido que exista, el nivel de intimidad...

Si vamos a criticar o pedir explicaciones deberíamos esperar a estar a solas con nuestro interlocutor.

Si vamos a elogiarlo, será bueno que esté con su grupo u otras personas significativas.

Si ha comenzado una discusión y vemos que se nos escapa de las manos o que no es el momento apropiado utilizaremos frases como: “si no te importa podemos seguir discutiendo esto en... más tarde”.

Casos prácticos del disertante.

Vivencias y experiencias a lo largo de ocho años de práctica deportiva con entrenadores.

Conclusiones

Según los principios de la comunicación "siempre estamos comunicando"; si estamos en silencio esto puede significar que no deseamos comunicarnos, que estamos distraídos, que estamos concentrados en nuestros pensamientos, etc. Vemos así que los entrenadores no escapan a este proceso. Deben ser capaces de comunicarse efectivamente en incontables situaciones

La comunicación entre el entrenador y todas “las sensaciones” que lo rodea en gran parte favorece a un buen entendimiento, lo cual es un factor de motivación y una inagotable fuente de energía.  

Es asombrosa la cantidad de energía que se pierde diariamente en el mundo deportivo debido a errores de comunicación.

Los entrenadores al estar frente a deportistas se comunican mediante palabras, tonos de voz, y con todo el cuerpo.

La comunicación es la más básica y vital necesidad de los seres humanos, después de la supervivencia.

La relación entrenador-deportista se realiza siempre bajo premisas psicopedagógicas, por lo que los entrenadores no pueden perder esta mentalidad humanista y centrarse exclusivamente en aspectos meramente técnicos o deportivos buscando resultados a corto plazo, donde la comunicación juega un papel importante.

Entre las principales características que debe poseer el entrenador podemos destacar: formación específica en su deporte, respeto por los valores éticos y profesionales, vocación para enseñar  y capacidad de comunicación con éstos. Para que su actuación sea adecuada se necesita una correcta formación, donde lo más importante será no sólo adquirir conocimientos y competencias de tipo exclusivamente técnico, sino también poseer cualidades como educador, motivando y transmitiendo los conocimientos.

Referencias

Allport, Gordon. La Personalidad, su configuración y desarrollo. Editorial Herder. Barcelona. 1986

Alonso, C.; Boixados, M.; Cruz, J. Asesoramiento a entrenadores de baloncesto: efectos en la motivación deportiva de los jugadores. Revista de Psicología del Deporte, 1995)

Covey, Steven. Los Siete Hábitos de la Gente Altamente Efectiva, Editorial Paidós, Buenos Aires, 1998

CRUZ, J. Factores motivacionales en el deporte infantil y asesoramiento psicológico a entrenadores y padres. Ed. Psicología del deporte. Síntesis Psicología. Madrid. 1994.

Davis, Keith.; Comportamiento Organizacional, Mc Graw Hi8ll, México, 1985

De Diego, Salomé & Sagredo, Cristina. Jugar con ventaja-Las claves psicológicas del éxito deportivo- Editorial Alianza Deportes. Madrid, 1997

Dorsch, Friedrich. Diccionario de Psicología. Editorial Herder. Barcelona 1996

García Ucha, Francisco Enrique. Bitácora del Dr. Ucha. Material facilitado gentilmente con fines académico al redactor de este tema. Cuba, 2010

Goleman, D.; La Inteligencia Emocional en la Empresa. Editorial Vergara, Barcelona, 1999

http://es.wikipedia.org/wiki/Comunicacion. 2010

Jiménez, Alexis Codina. www.gestiondelconocimiento.com, Cuba, 2002.

Marc, Edmond “La interacción social: Cultura, instituciones y comunicación. Ediciones Paidós. Barcelona. 1992

Marcuello García, Angel.,  www.psicologia-online.com

Pascal, Sergio., Trabajo en Equipo. PNL en el deporte, una aliada para el cambio de los equipos http://www.gestiopolis.com. Marzo, 2004

Watzlawick, P y otros Pragmatis of human communication Editorial Norton Nueva York 1967

Watzlawick, P., Teoría de la comunicación humana. Editorial Herder. Barcelona  1974

 Watzlawick, P., Teoría de la comunicación humana. Editorial Herder. Barcelona  1997

0 comentarios