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La Bitácora del Dr. Ucha

EL DEPORTE ESCOLAR. UNA MIRADA DESDE LA PSICOLOGIA APLICADA.

EL DEPORTE ESCOLAR. UNA MIRADA DESDE LA PSICOLOGIA APLICADA.

Dra. C. Marta Cañizares Hernández.

Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte. La Habana. Cuba.

Resumen.

El presente artículo aborda algunas consideraciones de la autora acerca de la implicación de la psicología en el deporte escolar. Valora la importancia de la práctica del deporte y el ejercicio físico desde tempranas edades así como la repercusión psicología de la iniciación deportiva en el niño y adolescente. se analiza la influencia PSICOLOGICA del ENTRENAMIENTO DEPORTIVO EN EL TRABAJO CON LA ZONA DE DESARROLLO PRÓXIMO, EL TRABAJO CON LOS DEPORTISTAS TALENTOS Y LA REPERCUSION EN SU DESARROLLO POTENCIAL.

La Psicología del Deporte es una ciencia joven y una rama especial de la Psicología Aplicada y también una disciplina de las llamadas Ciencias del Deporte. Describe los fenómenos psicológicos que se suceden en la actividad deportiva y aplica programas metodológicos y de intervención, científicamente fundamentados, teniendo en cuenta los adelantos actuales de la ciencia psicológica.

En nuestros días la práctica deportiva en las edades escolares se ha hecho necesaria por su contribución no sólo a la educación motriz de los niños sino también al fortalecimiento de su salud. Por lo general el período comprendido entre los 7 y 10 años es idóneo para iniciarla adaptándola a las características propias de esta edad que se le denominado «la edad de lujo del movimiento» ya que el niño posee capacidades de aprendizaje y de rendimiento muy elevadas en el aspecto motor. (Existen deportes que se inician desde edades más tempranas, como natación, gimnasia artística y otros por sus características y exigencias).

En nuestro país el deporte escolar es la base del alto rendimiento, que se materializa en la llamada pirámide que va desde la iniciación deportiva basada en la Educación Física hasta el rendimiento en las selecciones nacionales.

En el deporte escolar también se incluyen los adolescentes, (deportistas desde 11 hasta 16 años aproximadamente), que luego, en dependencia de lo reglamentado por el tipo de deporte, a partir de estas últimas edades y de los resultados de su rendimiento, pasan a formar parte de los equipos deportivos juveniles.

LA Etapa escolar. EN EL DEPORTE.

En este período el  niño posee una elevada capacidad de aprendizaje y rendimiento  en el  aspecto motor, su capacidad de diferenciación motriz mejora y la percepción y la respuesta a los estímulos sensoriales se ejerce con mayor precisión. Su coordinación motriz fina se encuentra en alto desarrollo.

Durante esta etapa el niño desea obtener el reconocimiento del adulto. Es una característica de su situación social de desarrollo, que se convierte en necesidad. Por eso el escolar pone especial interés en las indicaciones del adulto con lo que facilita el aprendizaje; además, al integrarse a las actividades colectivas, va logrando la aceptación de sus pares, de sus compañeros, lo que favorece la práctica de deportes de conjunto.

En esta edad las adquisiciones motrices se dan con mucha facilidad, pero lleva cierto tiempo consolidarlas, por lo que su automatización requerirá de muchas repeticiones.

El profesor tiene gran responsabilidad pedagógica, pues es cuando el niño consolidará ciertos movimientos básicos y, a la vez, afirmará y desarrollará la confianza en sí mismo.

La práctica deportiva en estos años proporciona una serie de beneficios, como:

 Las actividades físicas, tanto lúdicas como deportivas, ocupan un lugar importante en la vida del niño y estimulan su desarrollo integral.

 El juego primero y el deporte después, constituyen la compensación natural del sedentarismo al que está sometido el niño durante las horas escolares.

 La práctica deportiva, realizada en forma regular, ayuda al niño a desarrollar su voluntad, su carácter e integrarse al grupo donde obtiene reconocimiento.

A lo largo de este período los cambios más importantes en esta edad son: Anatomofisiológicos: Se presenta un aumento de la talla y se modifica la longitud de algunos segmentos corporales. Hay crecimiento de la masa muscular y disminución del tejido adiposo.

Físicos: Los componentes de la: fuerza, resistencia, flexibilidad y velocidad, deben empezar a trabajarse respetando el desarrollo del niño y manejando adecuadamente las cargas.

Psicológicos: Desarrolla la reflexión y el control voluntario que aparecen al  final de la etapa, incluyendo la concentración voluntaria de la atención y la capacidad de observación las que posibilitan el aprendizaje del movimiento por imitación.

En este lapso se desarrollan los sentimientos y valores morales, por lo que el amor al deporte, la ética deportiva, la responsabilidad, el «amor a la camiseta», son valores que pueden ser estimulados en el escolar bajo la guía y dirección del  entrenador.

LA Iniciación deportiva. ALGUNOS Aspectos psicológicos.

La iniciación deportiva constituye un tema de necesario tratamiento científico y metodológico por especialistas, entrenadores e investigadores del deporte sin olvidar la necesaria continuidad de su análisis e investigación.

Los aspectos psicológicos de la iniciación deportiva constituyen indicadores que deben tomarse en cuenta la planificación y organización de este importante proceso. Por eso el niño o el adolescente que se inicia debe ser valorado como sujeto activo y como personalidad en desarrollo teniendo en cuenta sus potencialidades físicas y psicológicas junto con las manifestaciones inherentes a la etapa evolutiva en que se encuentra, el desarrollo de su situación social y su zona de desarrollo potencial.

La práctica sistemática de un deporte influye de forma distinta en cada uno de los practicantes. Este conocimiento permite enfocar adecuadamente la iniciación deportiva.

Debe tenerse en cuenta el planteamiento de Molnar (2001) que indica: "El deporte es un medio donde el niño, al practicar en él aprende formas de comportamiento actitudes, maneras de ser, relaciones con los demás, ideas, conceptos, objetivos, etc. que en parte viene propiciado por el deporte en cuestión pero que, mayoritariamente, se deberán a la orientación que provengan de las personas responsables que intervienen en la organización y desarrollo de la práctica deportiva infantil y juvenil. Asumir esto es un primer paso para entender y mejorar los procesos psicológicos que tienen lugar en niños y adolescentes que realizan deportes".

La iniciación deportiva en niños no debe estar dirigida exclusivamente a crear campeones. El campeón se forma en el proceso de la actividad en la que intervienen múltiples variables psicopedagógicas, y por supuesto, las aptitudes innatas del deportista y cómo éstas se desarrollan bajo las influencias del proceso de entrenamiento en su calidad deportiva. Si se piensa en obtener rendimiento deportivo, sobre todo a corto plazo, se atenta contra la ampliación del acervo motor. Sólo una iniciación sobre bases multilaterales permite obtener resultados deportivos sólidos y a largo plazo. Obviar esto conduciría a una especialización temprana con toda su carga de inconvenientes: el estancamiento, «la quema de etapas», y las frustraciones que trae como consecuencia para el practicante por el inadecuado manejo de este proceso.

Conviene reiterar el valor que adquiere la categoría zona de desarrollo próximo de L. S Vigostky (1996). Es decir, es necesario tener en cuenta las potencialidades, las reservas del desarrollo del sujeto que se inicia en la práctica de la actividad deportiva.

La enseñanza aquí "no debe estar orientada hacia aquellas funciones que ya han madurado, hacia ciclos concluidos del desarrollo, sino por el contrario debe dirigirse a las funciones que están en proceso de maduración"...como dijera. L. S. Vygostky. (1984). Esto permitirá un buen aprendizaje, una enseñanza desarrolladora a tono con las exigencias de la práctica de ejercicios correspondientes y ajustados a las categorías deportivas.

En la iniciación deportiva el profesor o entrenador debe organizar su labor de acuerdo con las reales posibilidades de su alumno, la planificación de las cargas y el tipo de ejercicio, pues como señala Vigostky (1984)  "...Lo importante es precisar si en el sujeto existen las posibilidades para este aprendizaje". Esta organización se hará teniendo en cuenta las características del deporte, el grupo, las particularidades del período de desarrollo de sus alumnos, las condiciones de vida  y educación en que estos se desenvuelven, las características etáreas de su madurez biológica, física, maduración sexual, y otras que complejizan su  quehacer pedagógico. Un profesor de experiencia, o aquel que tenga en cuenta estas condiciones podrá dirigir satisfactoriamente esta actividad y tendrá mayores posibilidades de éxito en su labor.

En este sentido la categoría definida por L. S .Vygostky (1984)  como situación social del desarrollo sirve de guía y orientación metodológica para esta importante labor pues se refiere a la combinación especial de las peculiaridades externas e internas que distinguen una determinada etapa y que condicionan la aparición al final de ella de una formación psicológica nueva y cualitativamente superior.

La aceleración del proceso de enseñanza aprendizaje y la aplicación de métodos de entrenamiento para adultos en escolares y juveniles, son fenómenos que se presentan con frecuencia en la iniciación deportiva, pues al enfocarse solamente desde el punto de vista de la alta competición, trae como consecuencia resultados negativos. El afán por la victoria y el culto excesivo a la misma provocan que los adultos se acerquen con frecuencia a métodos como estos sin pensar en su factibilidad, ni valorar la etapa del desarrollo en que se encuentra el sujeto. El resultado de lo expuesto anteriormente podría ser la aversión, el rechazo, el abandono, la frustración, resultados deportivos a corto plazo, etc.

Ahora bien, resultan indudables los beneficios del deporte en general y en particular en el aspecto psicológico del que se inicia. Señala, Molnar (2001) que "Cualquier manifestación psicomotriz llevada a cabo de forma placentera constituye uno de los mejores agentes en la prevención y tratamiento de ciertas alteraciones psíquicas presentes en los jóvenes y en las personas mayores".

Entre las posibles áreas de influencia se puede mencionar las siguientes:

Intelectual

En los primeros años de vida del niño el deporte puede constituir un medio eficaz para el desarrollo de la inteligencia. El aspecto senso-perceptual se ve favorecido y enriquece las vivencias del niño. Pese a que la especialización puede atentar contra el rendimiento intelectual, plantea Molnar que se han realizado estudios que avalan una mejoría del mismo a partir de la práctica sistemática de ejercicios físicos.

También el entrenamiento de la táctica estimula el desarrollo del pensamiento operativo y particularidades del pensamiento como rapidez, flexibilidad, independencia.

 Actitudes

En la formación del sistema de valores que se empieza formar en la infancia el profesor desempeña un importante papel, el niño incorpora actitudes, modos de conducta, etc., es común que idealice al profesor de ahí la gran responsabilidad que asume éste. A veces escuchan al tanto profesor como a sus propios padres.

Este profesional debe tener alta calificación para posibilitar un adecuado enfoque del proceso.

3 Autoimagen

Señala Molnar (2001) que aquí podemos considerar "el auto concepto, o imagen que la persona se va forjando de sí misma a lo largo de su vida, la autoestima, entendida como la valoración que un individuo hace y tiene de sí mismo, y la autoconfianza, que puede considerarse como la creencia de un sujeto en sus propias posibilidades y / o capacidad para realizar algo". Favorecen a estos aspectos la condición física que va adquiriendo el practicante así como su imagen física; también el logro de resultados en toda su amplitud influye positivamente en el desarrollo de su autoconfianza.

4- Emociones

La actividad física bien orientada debe contribuir a un equilibrio emocional. Establecer metas graduales y accesibles repercute favorablemente, sin embargo, pensar desde edades tempranas en la alta competición significa someterse a grandes presiones y estrés en la búsqueda del éxito. La competencia debe ser una actividad que contribuya al disfrute y al sentimiento de placer hacia la actividad deportiva.

 Relaciones sociales

El deporte es un medio de enorme valor para la socialización del niño, algunas de las directrices sugeridas son:

Propiciar conductas de cooperación, colaboración, altruismo, sentimiento de pertenencia al equipo, «amor a la camiseta» y otros.

Establecer objetivos en los que el beneficio común prime sobre los intereses particulares.

Articular normas y actividades para la convivencia.

Planificar tareas de entrenamiento que resulten interesantes y divertidas.

 Voluntad.

Se ha demostrado en diferentes investigaciones que la actividad física y la práctica sistemática del deporte desarrolla los procesos volitivos de la personalidad y sus rasgos tales como valentía perseverancia, decisión, independencia, autocontrol, entre otras.

Motivación

Según Rudik (1974) los motivos en esta etapa se caracterizan por:

Carácter difuso de los intereses por los ejercicios físicos.

Espontaneidad.

Están relacionados con las condiciones del medio que favorecen la práctica de un determinado deporte.

Los niños por lo general se sienten atraídos por varios deportes de ahí que prueben en más de uno, siendo la elección espontánea o casual. También el medio puede favorecer una u otra elección, el tipo de instalación, deportes más arraigados, tradiciones locales, presión de los padres, tradición familiar, entre otras.

Cuando el niño se acerca a un deporte lo puede buscar la posibilidad de obtener logros, auto realizarse, divertirse, la necesidad de interrelacionarse, entre otras razones.

Además de ver qué motiva a niños y jóvenes a iniciarse en un deporte, es importante valorar si la actividad se hace motivada en general. En este caso el niño puede desarrollar algunos hábitos y habilidades.

En estas etapas es necesario motivar las clases alejando la monotonía de los entrenamientos. Debe propiciarse la creatividad en cada sesión realizando actividades que estimulen la participación activa del alumno. El deportista debe ser sujeto y objeto de este proceso pedagógico.

Disciplina:

Para lograr óptimos resultados deportivos es necesario que el deportista concientice, desde su iniciación, el valor de esta categoría, que debe convertirse en rasgo de su personalidad, en un valor. "Sin disciplina no hay nada", afirman los entrenadores de experiencia y éxito en el deporte. Un deportista que asiste con puntualidad al entrenamiento, que entrena y compite con disciplina y responsabilidad, tendrá grandes posibilidades de éxito.

Responsabilidad:

Categoría muy relacionada con la disciplina; al convertirse en un valor del deportista, actúa como motivo de su conducta. De esta manera se garantizan las metas y se logran las aspiraciones. La conducta responsable favorece el clima psicológico en el entrenamiento y la competencia.

 Ética:

La consecución del éxito respetando las reglas y árbitros, adhiriéndose al «Fair Play» o juego limpio, favorece la incorporación de formas de comportamiento éticas. En cambio, obtener la victoria a cualquier precio lleva a recurrir a métodos como la violencia, el doping y, por tanto, a comportamientos no éticos.

Salud:

En esta área siempre se piensa en los aportes desde el punto de vista físico abordando poco la salud psicológica. La contribución a la formación de rasgos positivos de la personalidad, el equilibrio emocional, la formación de un sistema de valores y el tratamiento de desajustes psicológicos son algunos de sus beneficios.

Una concepción estrecha de la iniciación deportiva no redundaría en la aprehensión de muchos de estos beneficios, provocando rechazo, abandono e incluso marcando negativamente al niño por lo desagradable de la experiencia.

Entre las razones que se presentan para abandonar la práctica del deporte se encuentran: conflictos de intereses, la inconstancia propia del niño, el carácter demasiado serio de los entrenamientos, el lugar preponderante de la competición, el sentimiento de no progresar, las relaciones conflictivas con el entrenador, etc.

Todas estas situaciones se pueden modelar o atenuar a partir de la calificación y actitud del entrenador; por eso, para evitar el abandono y la desmotivación en la iniciación escolar se recomienda   lo siguiente:

Hacer énfasis en la ejecución como tarea pedagógica y no en el resultado.

 Reforzar frecuentemente la destreza, habilidad y el esfuerzo desarrollado por cada niño.

Animar, estimular, cuando no se ha logrado lo previsto o se han cometido fallos. Hacer ver al niño que el mundo no se hunde por ello y ayudarle a mantener su estado de ánimo.

Dar instrucciones técnicas de manera positiva para subsanar y corregir acciones inadecuadas o incorrectas.

El castigo se empleará en aquellas contadas ocasiones en que sea absolutamente imprescindible y posea una marcada influencia educativa.

Finalmente enunciaremos algunos de los derechos de niño en el deporte, (UNESCO) que deben tenerse en cuenta en la iniciación deportiva. Estos son:

La diversión y juego.

Hacer deporte.

Disfrutar de un ambiente sano.

Ser tratado con dignidad.

Practicar deporte con absoluta seguridad, guiados por personas competentes.

Entrenar de acuerdo a sus ritmos.

Medirse con jóvenes que tengan la misma posibilidad de triunfo.

Realizar competencias adaptadas a su edad.

Tener tiempo para su reposo.

No ser necesariamente un campeón.

El entrenamiento deportivo y el trabajo con la zona de desarrollo próximo.

En el afán de los entrenadores por lograr un adecuado desarrollo en sus atletas, sobre la base de los conocimientos adquiridos, cometen errores inconscientes que perjudican el proceso del entrenamiento a corto o largo plazo. Lo anterior se puede definir como "quemar o saltar etapas" en el proceso de enseñanza, y se puede presentar por exceso o por defecto.

Cuando un entrenador no tiene en cuenta sistemática, y consecuentemente en su entrenamiento las capacidades reales del atleta (en cuanto a sus capacidades condicionales, desde el punto de vista morfofuncional y psicológico) y no respeta las etapas por las que debe transitar el proceso de enseñanza - aprendizaje, puede suceder que sus atletas no logren el dominio adecuado de determinados ejercicios o movimientos especializados, debido a la carencia evidente de una base multilateral que condicione al niño para esfuerzos superiores. De esta manera puede llegarse a períodos de estancamiento del desarrollo. Cañizares, M  (2009)

En otro caso, cuando el atleta evidencia gran potencial de desarrollo, muchas veces el entrenador desea resultados superiores, y comienza a atiborrarlo con ejercicios de alta complejidad que lejos de ayudarlo entorpecen su aprendizaje y tienden a retrasar su desarrollo.

El afán por la victoria y el culto excesivo a la misma provocan que los adultos se acerquen con frecuencia a métodos como estos para lograrla sin pensar en la factibilidad, ni valorar la etapa del desarrollo en que se encuentra el sujeto. El resultado de lo expuesto anteriormente podría ser la aversión, el rechazo, el abandono, la frustración, resultados deportivos a corto plazo, etc. Cañizares, M  (2009) este complejo proceso pueden observarse alumnos con gran potencial de desarrollo, que aún no están preparados para asimilar acciones más complejas, en ello influyen aspectos naturales psicofísicos y morfofuncionales de la edad que imposibilitan una asimilación correcta y saludable, pues sus organismos todavía no tienen la madurez necesaria para asimilar las nuevas acciones.

 Por ejemplo, un profesor de la categoría 11 y 12 años se plantea enseñar un elemento técnico que no es posible realizar por el atleta. Ante el fracaso el alumno experimenta   emociones negativas en detrimento de su autoestima y puede pasar a categorías superiores con limitaciones físicas, técnicas y psicológicas.

Existe la posibilidad de que el entrenador adiestre a un alumno que está por encima del nivel del grupo y no es capaz de reajustar el plan de entrenamiento para incentivar sus posibilidades de desarrollo. Como consecuencia, puede quedar estancado el desarrollo del atleta pues no se estimularon sus potencialidades.

Lo antes analizado indica que un atleta pueda ver limitadas sus posibilidades reales de desarrollo por exceso o deficiente estimulación por la escasa correspondencia entre la enseñanza de hábitos y habilidades motrices y el trabajo con la zona de desarrollo próximo.

Es necesario definir el grado y tipo de ayuda necesarios en los alumnos para garantizar un adecuado proceso de asimilación de las acciones motrices.

La selección de talentos  Y LA ZONA DE  desarrollo próximo.

 El trabajo con la zona de desarrollo potencial, las posibilidades que el niño posee, permite valorar y aportar algunos indicadores para la selección del talento que, unido a otros indicadores de tipo físico, cognitivo y características del deporte (exigencias) completarán el proceso de preselección.

 Cuando un niño es capaz de realizar las tareas orientadas por el adulto y se destaca en ejercicios de conjunto, en las habilidades de interacción y acciones de cooperación con otros compañeros de juego, puede valorarse su inclinación a los llamados deportes colectivos, como baloncesto, fútbol, béisbol, etc. En  el caso en que el niño se destaque en tareas que solo dependan de él y se observe determinado potencial de desarrollo  que le permita  desenvolverse en un deporte individual y sus aptitudes anatomofisiológicas así lo declaren, estas  características pueden ser un importante indicador para su inclusión en la práctica de esos deportes.

 Existen niños que se destacan en una y otra prueba física (velocidad, resistencia a la fuerza, entre otras), por sus características físicas, su somatotipo, características psicológicas, (perseverancia, independencia operatividad de su pensamiento, etc.). Sin lugar a dudas estamos en presencia de indicadores de su zona actual de desarrollo. Esto permitirá al entrenador o profesor de Educación Física valorar con mayor facilidad su inclusión en cada tipo de deporte, pues estos indicadores complementarán los criterios de selección para determinada disciplina, contribuirá a la potencialización de las aptitudes del llamado talento y a una mejor utilización de sus habilidades ilimitadas para llegar, el día del mañana, al desarrollo próximo.

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1 comentario

reinier -

teniendo encuenta todo lo expuesto se puede observar ,n anilisi general de las diferentes etapas del niño o futuro atlta ,donde aroja una mejor comprencion de la misma ,de manera que tien es un mejor enfoque en la preparacion psicologica del niño en los diferentes periodos asi como herramienta para la confeccion de planes de enseñanza con una orientacion mas cientifica del mismo