La personalidad negativista en el deportista.
Lic. Mario Sánchez
Licenciado en Psicología de la UBA
(ASAPAD)
Esta exposición intentará explicar una personalidad presente en ciertos deportistas y cómo ésta podría afectar negativamente la relación con el entrenador.
La personalidad es "un patrón complejo de características psicológicas profundamente enraizadas, que se expresan de forma automática en todas las áreas de la actividad psicológica" (T. Millon, 2001).
El ámbito deportivo es un ambiente en el cual se hacen evidentes las particularidades psicológicas de cada deportista, sobre todo teniendo en cuenta los factores estresantes que se viven y que de alguna manera afectan el comportamiento de todos los implicados; la actividad deportiva constituye un laboratorio ideal para el estudio de los perfiles de personalidad.
Quizá conozcan algún deportista que más de una vez se resiste a hacer lo que se le pide o a cumplir con las expectativas de los demás, pudiendo a veces ser conflictivo, oponiéndose y enfrentándose con mal humor e irritabilidad: diríamos que tiene una personalidad pasivo-agresiva o negativista.
Esta hostilidad puede no expresarla directamente sino a través de medios encubiertos que incluyen parecer inepto, posponer objetivos, ser impuntual, ausentándose, aparentando ser olvidadizo o indolente, pero que le resulta muy difícil plantear los problemas de forma más abierta y directa.
Puede pedir a los demás que le ayuden, pero al mismo tiempo sabotea y hace caso omiso a las sugerencias, porque le disgusta aceptar indicaciones de las figuras jerárquicas y porque no quiere perder autonomía o libertad.
Si se lo confronta directamente con sus conductas pasivas quizá respondan con resentimiento y justificando sus acciones.
Muchas veces, puede ser él quien tiene la responsabilidad, pero se empeña en construir contraargumentos que anulan cualquier idea positiva, asumiendo en ciertas ocasiones papeles conflictivos, cambiantes y mostrando intolerancia, hasta el punto de que quien trata con él podría terminar sintiéndose culpable y provocando una tremenda frustración en los demás.
Tal vez sea importante que quien trate con estos deportistas no personalice su negativismo ofendiéndose y pueda entender que sus actitudes son mas bien producto de sus rasgos de personalidad, además de pensar que el jugador también pueda sentir una gran incomodidad, angustia y tristeza por lo que le pasa...
Quizá una forma de tratarlo es que el jugador no perciba que se lo manda o se lo presiona, sino incentivándolo a que pueda expresar lo que siente y lo que piensa de forma directa, mostrándole un interés genuino en que su opinión interesa mucho y que sería importante conocerla.
Si realmente nos importa conservar a esa persona es importante que entendamos cómo interactúa con el mundo para que la relación sea constructiva y no intentar cambiarlo, quizá esta podría ser una buena manera de mantener una situación de equilibrio para ambos, en ser flexibles a la hora de dialogar y de entender que mas bien tiene temor al conflicto y que probablemente lo evadirá.
Cada deportista tendrá su personalidad, siendo quizá mucho más importante esforzarnos por entenderla y encontrar formas adaptativas y asertivas de relacionarnos con cada uno que juzgando sus conductas sin resolver los problemas.
PONENCIA PRESENTADA EN EL 1er ENCUENTRO ON LINE DE PSICOLOGÍA DEL DEPORTE (SIPD 2009).
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