A los directores Técnicos
A los Directores Técnicos, con mucho respeto
Sergio Reinaldo Lauseker. (Paraguay Psicólogo, especializado en deporte
Debo decir que siento admiración y respeto por el trabajo que realizan todos los técnicos que trabajan en el deporte, con esto, no estoy ignorando a los preparadores físicos oportunamente dedicaremos un espacio para los mismos Me centraré en el protagonismo que tienen los técnicos y en especial a los que se dedican al fútbol. Veo y llego a sentir que poseen una trascendencia hasta si se quiere sobrenatural sobre el equipo, un "todo poderoso".
Es oportuno aclarar que no haré referencias particulares, sino que, me referiré a todos por igual. De hecho, el técnico es y debe ser el líder de todo grupo o equipo, de ahí, que todos posean esa cualidad, calidad y actitud para desempeñar el rol... La experiencia "in situ" deja sus dudas. Existen técnicos que por el sólo hecho de haber sido "muy buen jugador", asumen la responsabilidad de dirigir un equipo, es cierto, realizan un curso para entrenadores de 1 o 2 años pero eso no basta. Si pedimos y apuntamos a gritos que los atletas deben tener una formación integral, ¿qué tipo de formación deberíamos pedirle a los técnicos? como mínimo lo mismo. Ellos son gerenciadores de recursos humanos, un entrenador comanda y dirige personas y para el mismo, debe poseer capacidades acorde al rol requerido, es decir: conocer a todo el plantel, manejar las diferencias individuales, saber escuchar, dialogar y explicar, temperamento, carácter y personalidad, nivel escolar-cultural y hasta la familia de los jugadores.
El deportista, y principalmente el futbolista es un ser muy especial, que necesita de constante estímulo positivo y "palmoteo" de su jefe, de su líder, de su director técnico, de quién lo "pone" y lo "quita" del equipo. Más de uno se preguntará, ¿por qué existen técnicos tan exitosos? ¿Qué tiene el que viene de afuera? ¿Es diferente un técnico paraguayo formado fuera de casa? ¿Dónde está el problema? En una mañana cálida de primavera allá por 1986 decía mi padre: "mi hijo, para conocer y saber un poco más deberás salir de tu casa" y esta frase con mis 17 y tantos años de edad, en gran parte marcó el rumbo de mi vida. Traigo a colación esta anécdota porque nuestros técnicos -no todos- se vuelven reacios a seguir formándose. Hagamos una encuesta entre todos los técnicos en actividad y preguntemos: ¿Cuál fue el último curso de especialización o actualización que realizó y en qué año? Qué sería de un psicólogo, de un abogado, de un médico o de un docente si se estancara con su título y no se actualizara, ¿tendrían credibilidad sus trabajos? La respuesta cae de maduro.
En gran parte el fútbol y el futbolista paraguayo sufre aquí dentro como cuando sale afuera, porque todos apuntan a sus piernas y casi nadie apunta a la cabeza, parte importante del cuerpo humano que guía todo el andar de una persona. El técnico es el profesor y los jugadores son los alumnos, con las primeras dos o tres clases el alumno ya quita "sus" conclusiones sobre "su" profesor; los futbolistas lo hacen de la misma forma. Decía el gran Bill Shankly "Juega como si nunca pudieses cometer un error, pero no te sorprendas cuando lo hagas" y "Si estás en el área de penal y no sabes que hacer con la pelota, métela en la red y ya discutiremos las alternativas más tarde".
Un ejemplo de todo lo planteado es Bill Shankly, será recordado más por sus méritos como el hombre que dirigió al Liverpool F C en su periodo de dominio en el fútbol inglés durante los años 60 que como jugador, a pesar de ser un futbolista de talento. Shankly era capaz de obtener lo mejor de sus jugadores, añadiendo al talento el esfuerzo. Hacía creer a sus equipos en sus propias fuerzas para ganar. Cuando sus jugadores se hicieron mayores y se dispersaron, Shankly rehizo un nuevo equipo, logrando el campeonato inglés en 1972/73 así como la Copa de la UEFA.
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