La disposición de los deportistas (2)
La disposición de los deportistas... (2)
Dr. Francisco Enrique García Ucha.
Continuación del anterior...
10. La evidencia de su forma desorganizada de actuar en el entrenamiento resultará probada por simple observación. Por ejemplo:
- No son puntuales, llegando más tarde a las actividades.
- Descuidan la vestimenta y los equipos puestos a su disposición.
- Tienen dificultades para regirse por un plan de entrenamiento.
- Tienen una fuerte tendencia a "dejarse caer" cuando se cuenta mucho con ellos en las tareas del deporte.
11. Estos deportistas no sólo tendrán problemas con el entrenador sino de igual forma con sus ayudantes, por ejemplo, el preparador físico o el medico del equipo y el resto de los deportistas, sobre todo aquellos de mayor status por su experiencia, por muestra, el capitán del equipo o incluso aquellos que tienen más bajo status debido a su pobre experiencia en el deporte.
Lo planteado con anterioridad se circunscribe a los patrones de comportamiento de los deportistas con baja disposición a rendir en el entrenamiento y competencia.
En nuestro trabajo, se pudo verificar que los deportistas que de manera estable presentan una disposición baja a rendir en los entrenamientos y competencias muestran una configuración psicológica que es fruto de su propia concepción del mundo lo que hace mucho más difícil el cambio hacia un grado elevado de disposición a rendir.
Así, por ejemplo, los deportistas con baja disposición para rendir se muestran distraídos con frecuencia, no tienen un sentido de responsabilidad y pertenencia al equipo del cual forman parte. Los aspectos organizativos de las distintas actividades relacionadas al régimen de entrenamiento y competencia pueden resultarles indiferentes hasta el punto de estar "despistados" en medio de una competencia.
Los deportistas con una elevada disposición a rendir expresan más sentimientos positivos, emociones sanas, concentración y sirven de apoyo en casi todos los momentos de la actividad, sea esta el entrenamiento o la competencia.
Los deportistas con una pobre actitud para entregarse a las tareas deportivas en entrenamiento y competencia no son felices y son victimas de ellos mismos, aunque rápidamente culpen a otros o a las circunstancias cuando se le habla sobre su inaceptable comportamiento.
Abandonan su libertad.
Esperan que el mundo los haga felices y esto no sucede con frecuencia y cuando sucede no dura mucho.
Ellos piensan que se lo merecen todo.
No tienen la fuerza y la auto disciplina para tratar de cambiar.
Por tanto, también sufren como consecuencia de sus malos hábitos.
Las mejores actitudes aparecen en los deportistas que se auto comprenden y entienden el deporte.
Ellos son desinteresados en lugar de egoístas, se concentran en su propio comportamiento en lugar de "en que le pasa a ellos".
En la solución de este problema el entrenador debe jugar el papel de motivador.
En nuestro análisis de la disposición a rendir en entrenamiento y competencia se impone llevar una determinada metodología en las acciones a realizar, donde la ayuda del psicólogo del deporte es fundamental en la posible solución de estos problemas y se requiere conocer los aspectos siguientes:
- Identificar las características psicológicas del deportista. Intensidad de los motivos para la participación deportiva. Grado de aspiración. Autovaloración de su condición como deportista. Desarrollo de su voluntad.
- Evaluación de la relación entrenador deportista. Evaluación de las condiciones del deportista. Grado de entrenamiento. Estado de salud. Capacidad de recuperación y régimen de descanso. Alimentación.
- Impacto del contexto social y natural sobre el deportista.
La influencia del entrenador sobre el deportista en las sesiones de entrenamiento debe ir dirigidas a:
- Reducir los efectos negativos de la carga de entrenamiento.
- 2. Acrecentar las cualidades psicológicas del deportista para que logre alcanzar los rendimientos propuestos dentro del plan de preparación.
- 3. Perfeccionar el grado de entrenamiento incrementando las capacidades físicas, técnicas y tácticas del deportista.
Para llevar a cabo esta influencia debe tener en consideración:
- Los objetivos, contenidos e importancia del entrenamiento a realizar.
- El grado de entrenamiento y desarrollo de las cualidades psicológicas del deportista.
- El estado psicológico que presenta el deportista.
Es necesario comprenden que a veces la falta de disposición para rendir puede deberse a:
La disposición del deportista depende de los obstáculos que tiene para comprender la situación, la tarea deportiva y las dificultades que tiene en hacer un plan de acción.
Para algunos deportistas, cuanto mayor complejidad y problemas encuentran en la tarea y en las condiciones de su realización existe mayor probabilidad de fracaso, por tanto su grado de esfuerzo puede disminuir. Mientras que si la situación permite accesibilidad con objetivos simples y claros, se tiende al éxito.
Si el deportista no comprende la tarea deportiva o no sabe elaborar un plan de acción para su abordaje, la tendencia es hacia la ineficacia resolutiva; mientras que, si interpreta coherentemente la actividad y planifica su conducta, logra un mayor control de sí mismo y de resultados apetecidos.
Si la tarea deportiva es muy difícil de ejecutar y no se tiene el repertorio físico, técnico y táctica, la probabilidad de resolución positiva es mínima. Al contrario, si esta entrenado para ejecutar cierto tipos de operaciones y acciones, complejas o no, así como disponer de un repertorio flexible y polifacético, propicia resoluciones más adaptativas.
No todos los deportistas tienen condiciones para que se logre modificar su disposición a rendir en entrenamientos y competencias.
Los mejores resultados se presentan en aquellos que se caracterizan por:
- Grado de Educación.
- Responsabilidad personal y social.
- Capacidad para tomar relaciones internacionales.
- Motivación para cambiar.
De las intervenciones más empleadas para estimular la disposición a rendir en entrenamiento y competencia se tiene:
- El establecimiento de metas. R. Mark, (2001), y H. K. Hall, (2001)
- Orientación a la acción. J. Kuhl, J. (1989) y J. Kuhl, y J. Beckman, (1992).
- Refuerzo Positivo. H. Valdés. (1996).
- Sugestión indirecta. G. D. Gorbunov. (1988).
- Terapia breve. El uso de directrices. F. García Ucha. (2002).
Muchas de estas técnicas de intervención están exhaustivamente desarrolladas en la literatura en Psicología del Deporte y son de dominio de los psicólogos y hasta de entrenadores.
Aunque ellas no agotan todos los recursos que la creatividad de los especialistas pueden llegar a desarrollar en un problema tan crucial para el correcto desarrollo de muchos deportistas.
A nuestro modo de pensar si las estadísticas fueran utilizadas con más precisión seguramente tendríamos conciencia más clara del gran potencial humano que se pierde en el deporte como consecuencia de la falta de disposición para rendir.
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