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La Bitácora del Dr. Ucha

MEDITACION Y PSICOLOGIA DEL DEPORTE (2)

MEDITACION Y PSICOLOGIA DEL DEPORTE (2)

Debe recordarse que se trata de lograr la unidad y el contacto con uno mismo, y esto sólo es posible si se acepta y se observa, porque se vuelve imposible si se reprime y se juzga la experiencia que se vive, cualquiera que fuese su naturaleza.

e) Observación sobre los sentidos. Se observa la aparición de las sensaciones corporales manteniendo una actitud ecuánime hasta que desaparezcan nuestras sensaciones. Voy a poner un ejemplo de lo que hacen algunos sistemas de meditación.

La expansión de la conciencia implica una inclusión cada vez mayor de contenidos percibidos en el acto mismo de la observación o introspección. Así, después del fortalecimiento de la atención mediante la concentración, es la observación del propio cuerpo el paso siguiente en la práctica.

La persona que medita, concentra su atención en la zona de su cabeza localizada en la parte central y superior de su cráneo, en la superficie del mismo. Detecta cualquier sensación que espontáneamente aparezca, no importando sus características. Puede ser un cosquilleo, una sensación de presión, de hormigueo o de temperatura. El sujeto no juzga la sensación ni la analiza, simplemente la siente y la observa aceptándola sin restricciones. Una vez logrado lo anterior, dirige su atención a las zonas aledañas en la parte superior de la cabeza. De la misma manera que con la zona central, ahora siente toda la superficie superior de su cráneo, observando las sensaciones espontáneas que allí acontecen. Más adelante, observa la sensación de su frente, de las zonas laterales de su cabeza y nuca. Termina la observación de las sensaciones corporales de su cabeza con su mandíbula inferior y su cuello y garganta. En este punto realiza su primer ejercicio de unificación intentando sentir toda su cabeza en forma simultánea, sin perder u olvidar la sensación de todas y cada una de las partes que previamente ha recorrido. Esto mismo lo hará con los hombros, el tórax, caderas, con todo su cuerpo. Esta observación, para todas y cada una de las partes corporales, debe efectuarse en forma ecuánime y tranquila, sin hacer juicios, análisis intelectuales o valoraciones. Toda sensación que aparezca se acepta y se observa desde una plataforma de ecuanimidad.

Esta técnica no es novedosa. Su origen se remonta a Buda, que la dio a conocer en su famoso discurso llamado "Satipatthana". En la actualidad esta técnica se práctica en Birmania y es un tipo particular de Vipassana.

f) Observación de las emociones. En la observación de las sensaciones corporales, pueden surgir emociones tales como el enojo, la ira, la alegría, la tristeza, etc. No debemos limitarnos y obstruir el camino hacia la unidad. Debemos aceptar cualquier experiencia como parte de la meditación. Por ello cuando aparece una moción en la práctica de la meditación debe ser aceptada y observada como parte del ser que somos y no reprimirla o negarla como si fuera ajena a nosotros. De esta manera, la emoción, también pasa a ser parte o incluida dentro del acto unificado del ser, por medio de su observación y aceptación, con ecuanimidad y desapego como fue observada la respiración y las sensaciones corporales. La emoción, al igual que el pensamiento se desarrolla a través de un proceso de nacimiento, mantenimiento y extinción.  

Este proceso se debe observar sin identificarse con él.

Es recomendable, al aparecer una emoción, realizar un recorrido corporal poniendo atención a los componentes de sensaciones que se asocian con la emoción. Una vez hecho este recorrido, se aconseja, volver a observar la emoción tal cual, sin "disecar" sus componentes. Se puede repetir la observación de la emoción en sí y de sus componentes varias veces, hasta lograr una observación ecuánime y una identificación con el contenido ‑ y no con los componentes de la misma - esto no quiere decir que se recomiende no sentir emociones. Todo lo contrario, la vida emocional sana implica una gran intensidad creativa y riqueza emocional. Las emociones son parte nuestra y como tales deben ser aceptadas y vividas. Lo que debe evitarse es caer en la dependencia emocional o estar sujeto al control de nuestras propias emociones. Uno debe ser dueño de uno mismo en todos y cada uno de sus niveles, cualidades y procesos.

g) Observación de las ideas. La misma situación acontece con los procesos cognitivos. Estos implican pensamientos, ideas, juicios y una serie de análisis que la mente realiza a partir de sus datos de observación y de su historia. Los pensamientos son partes de nosotros mismos y por tanto deben ser aceptados y observados. Tratados con ecuanimidad.

Cuando aparezca un pensamiento, la atención del meditador debe dirigirse hacia la observación de su surgimiento, desarrollo y desaparición.

Tanto la respiración como las sensaciones corporales, las emociones y los pensamientos acontecen al mismo tiempo que las percepciones visuales, auditivas o los movimientos corporales. Existen tantas cosas que no da tiempo para nada más.

En la meditación Auto alusiva, la observación de todos los componentes de la experiencia, ‑ la respiración, sensaciones corporales, emociones y pensamientos ‑ se realiza simultáneamente de forma tal que todos los niveles de la experiencia se unifican en el mismo acto de observación.

Después, de describir estos aspectos comunes voy a exponer brevemente algunos sistemas de meditación para que observen en ellos lo antes planteado, pero analicemos primero cómo se clasifican los sistemas de meditación.

Las meditaciones pueden ser a su vez clasificadas de acuerdo a si utilizan como artificio para sus propósitos un soporte objetivo o subjetivo.

Son soportes objetivos las que están basadas en algo concreto por ejemplo meditar sobre un color, una forma (Yantra), un sonido o una frase (mantra), visualización, recuerdos, sueños, un tema o un texto, o una combinación de alguna de las señaladas.

Son meditaciones sin soporte o subjetivas las que se realizan en busca del vacío, la iluminación, la experiencia trascendental, etc.

Existen un conjunto de reglas que es conveniente considerar por parte de quien se interese en meditar y que señalamos a continuación:

1. No dejarse inquietar por la abundancia del material que se nos ofrece, no debemos leerlo de modo disperso; debemos escoger el sistema que consideremos más afín a nuestras condiciones personales.

2. No empezar si no se pretende continuar; la paciencia es necesaria. Si el esfuerzo es continuo y sincero los resultados son seguros. Meditar primero es un esfuerzo, después es un hábito y al final una gozosa necesidad.

3. Hacer los ejercicios con regularidad (20 minutos diarios) 5 días a la semana o 1 hora 3 veces por semana.

4. De ser posible realizar los ejercicios  al  amanecer o al anochecer. Se considera que estas horas facilitan la  experiencia meditativa.

5. No hacer ningún ejercicio de  manera  superficial,  buscar condi­ciones externas (silencio, postura adecuada, inmovilidad, respiración adecuada, auténtica profundidad.)

6. Mejor repetir muchas veces un ejercicio y su argumento hasta lograrlo cabalmente.

7. Antes de comenzar el ejercicio debe estar perfectamente claro cual va ser el tema, el tipo de soporte a utilizar.

8. En la vida cotidiana mantener una actitud meditativa, en la medida en que lo permita la propia actividad.

9. La meditación debe ser vivida.

  Finalmente queremos señalar algunos fundamentos de la meditación. Como hemos planteado, la meditación como técnica tiene un carácter universal. Fue practicada  en el Antiguo Egipto por la casta sacerdotal y los faraones, así como altos y selectos estratos sociales; en el 3200 a.n.e. y esto lo sabemos mediante los trabajos arqueológicos que se realizan en los asentamientos de esta cultura.

  Aparece también en la Antigua Grecia donde fue practicada por los pitagóricos. En la cultura del Indo, se hicieron más complejos los rituales y los sacrificios y se incrementó el pensamiento especulativo teniendo la meditación dentro de estos fenómenos un papel singular. Se encuentra señalada su práctica en el Rigveda y otros libros sagrados y sobre todo en los Uspanishads.

La doctrina de la reencarnación  aparece como una constante en varias corrientes de pensamiento. Las almas de los muertos vuelven otra vez al mundo trayendo sus avatares. Las técnicas de meditación junto a otras actividades internas preparan el camino para el conocimiento místico del alma lo que tendría como consecuencia la liberación del ciclo de reencarnación sin fin.

Veamos el Budismo. Uno de los problemas claves del budismo, ha concernido a la extinción de las pasiones, porque consideran que este deforme estado de la mente es el origen de todos los males de la vida humana. Es posible extinguir las pasiones humanas, incluso durante la vida, por tanto, la liberación del desorden de la mente es uno de los objetivos  de la cultura budista, y se menciona  también la extinción de pasiones, deseos, sentidos, mente y hasta de la conciencia individual.

Entre los sistemas para alcanzar el estado de "libertad perfecta" Nibbana(pali) o Nirvana (sánscrito) está la meditación.

En el budismo la meditación es doble: 1) Meditación Tathagata (maestro) y 2) Meditación Patriarcal. Buda enseñó la primera, junto con sus otras enseñanzas, mientras que la última fue  desarrollada en Japón, siendo el patriarca fundador Bodhidharma,  un indio que fue a China en 520 n. e. de donde se trasalado a Japón, a través  de Corea; luego de  una larga evolución este segundo sistema es el que denominaron Zen.

Expongamos brevemente esto.

1) La meditación Thatagata. Como se puede analizar en la doctrina budista, la existencia de la meditación suprema de los Tres aprendizajes, la contemplación de las seis perfecciones, y la meditación pura de la Via Octuple de la perspectiva Vital, demuestran que la meditación es uno de los factores más importantes en la enseñanza del Budismo. La meditación es la "base  de la acción". El objeto de la meditación en Buda parece haber sido alcanzar  primero, tranquilidad o calma de la mente y, después, actividad de la visión profunda) Calma (Samatha).Ha de practicarse una quíntuple restricción de la mente: 1. Meditación sobre la impureza de la vida mundana, ajustar la mente con respecto a la pasión y la avaricia. 2. Meditación sobre la misericordia, cultivar la idea de la simpatía por otros y contener la tendencia a la cólera. 3. Meditación sobre la causación, deshacerse de la ignorancia. 4. Meditación sobre la diversidad de los reinos, ver la diferencia de  posiciones y  deshacerse de la perspectiva egoísta. 5. Meditación sobre respiraciones, para ayudar la concentración y curar la tendencia a la dispersión de la mente.

Cuando la defectuosa mente de uno ha sido ajustada y se ha obtenido la calma, entonces pasa a lo siguiente:

b) Visión profunda.

Retención cuádruple de la mente.

1. Se medita y comprende plenamente la impureza del cuerpo.

2. Se meditan y comprenden plenamente los males de las sensaciones.

3. Se medita y comprende plenamente la evanescencia o in permanencia de mente y pensamiento.

4. Se medita y comprende plenamente la transitoriedad de todos los elementos.

La vía ordinaria de meditación es como sigue:

Se arregla el asiento convenientemente, sentado erecto, con las piernas cruzadas, con los ojos no del todo cerrados, no del todo abiertos, con la mirada puesta 10 o 20 pies delante de la persona.

Puedes estar correctamente sentado pero el cuerpo puede moverse a causa de la respiración. Se cuentan las inhalaciones y exhalaciones como uno, y luego se cuenta hasta 10, nunca más allá.

Ahora después que el cuerpo podrá parecer recto y calmado debemos controlar el pensamiento.

Si meditas sobre el agua, el mundo en torno a ti se tornará en sólo agua corriente.

Tal proceso de meditación es común a las Escuelas de las  vertientes Theravada y  Mahayana.

Respecto a la meditación Zen, es un sistema para pensar sin pensamiento ordinario, trascendiendo todos los métodos de argumentación lógica. Pensar sin ningún método para pensar; es dar oportunidad a que despierte el intelecto intuicional o sabiduría. En el Zen se da un proceso peculiar. Para concentrar la mente la meditación es silenciosa, se da al aspirante un koan (tema) para probar su adelanto hacia la iluminación. Al recibir un koan va uno a sentarse en silencio en la sala Zen. Tiene uno que sentarse cómodamente, con las piernas cruzadas, y en buena postura, con el cuerpo erguido, con las manos en signo de meditación, y con los ojos ni muy abiertos ni muy cerrados. A esta actividad se llama Zazen (sentarse ‑ meditar), y puede continuar por varios días y noche. La vida diaria ‑alojamiento, comida, sueño o baño debería regularse apropiadamente. A veces tiene lugar un diálogo público llamado mondo (preguntas y respuestas) y los estudiantes hacen preguntas al maestro quien responde, sugiere o regaña. a veces el "surrealismo" del koan logra su objetivo interrumpiendo la secuencia de concatenaciones lógicas del pensamiento. El Zen plantea la posibilidad de la vida espiritual libre aún estando empeñado en los intereses cotidianos, siendo uno de los motivos de la popularidad del zen entre los samuráis. Mediante la meditación eran capaces de eliminar o controlar entre otras emociones desfavorables el temor a la muerte, a mutilaciones físicas o dolores severos que eran muy frecuentes entre los samuráis. Los guerreros al controlar sus emociones en situaciones críticas podían  emplear una técnica excelente, con rapidez y exactitud imposibles de lograr por personas que no dominaban estas técnicas de meditación.

  Bibliografía que se sugiere consultar:

Humphreys, Ch. Concentración y meditación. Guía del desarrollo mental. Ediciones Martínez Roca. S. A. 1985.

Kharishananda. El Evangelio del señor Buda. Barcelona. A. Roch. 1936.

Kitagawa, J. M. Religion in Japanese history. Columbia. University Press, 1990.

Maurer, H. Lao Tze (El adversario de Confucio). Editorial Juventud Argentina, S. A. 1947.

Brodov, V. Indian Philosophy in Modern Times. Progress Publishers. Moscow. 1984.

Oldurberg, H. Buda: su vida, su comunidad. Editorial Kier. 1946.

Solana Valdez, M. C. El budismo temprano y las escuelas no brahmánicas. Estudio comparativo. Tesis de Maestría en Filosofía.

Sociedad Asiáciatica. Calcuta. India. 1987.

Suzuki, D. T. Collected writings on Shin Buddhism. Edited by

The Eastern buddhist Society. The Kawata Press Tokyo. 1973.

Vivekananda. S. Raja‑Yoga. Ramakrishna‑Vivekananda Center. New York. 2da  Edition 1982.

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