Notas sobre la preparación psicológica de los deportistas para las competencias deportivas. 1
Con motivo de impartir la asignatura Preparación Psicología del deportista para las competencias deportivas en la Maestría de Psicología del Deporte que se imparte en el I.S.C.F Manuel Fajardo de Cuba, desarrollare un conjunto de reflexiones acerca de este asunto considerando la experiencia en la preparación psicológica de deportistas de muy alto rendimiento de Cuba y otros países donde brindo mi colaboración.
Este es un tema complejo y rico en matices.
En los últimos tiempos estoy focalizado en el tema de los riesgos que pueden estar presente durante la actuación de los deportistas.
Los riesgos podemos analizarlos como resultado de factores externos o de la personalidad del deportista. En cualquiera de los dos casos tiene como consecuencia que exista desviaciones de las acciones y operaciones necesarias para lograra los propósitos trazados para la competencia o se tomen decisiones que sean las mas adecuadas que incluso conlleven una crisis en la actuación y contraigan prejuicios a los resultados de la competencia.
Se requiere un estudio minucioso de los riesgos para lograra un control efectivo por parte del deportista, el entrenador y el propio psicologo involucrado en la preparación psicológica del deportista.
No se trata ahora de hacer una metodología taxonómica de los riesgos que todos pueden elaborar, incluso la revisión de la propia teoría de los riesgos, resulta de conveniencia repasarla.
Cuando las circunstancias de la competencia sé tornan complejas y peligrosas correr riesgo constituye una situación muy trascendente a los rendimientos deportivos. Coloquemos solo un ejemplo centrado en la personalidad del deportista.
Los deportistas con una elevada autoconfianza pueden romper el protocolo de actuación debido a que sienten seguridad en sus capacidades y piensan que estas pueden ser actualizadas en el momento mas critico. Esto constituye un riesgo. Es necesario seguir la programación de las acciones de acuerdo al plan previo que se lleva a cabo para la competencia, seguir con disciplina y tesón cada uno de los momentos de la actuación de lo contrario las cosas pueden complicarse llevar a toma de decisiones que no sean las adecuadas.
Hay que destacar que los sentimientos y estados emocionales en el estado de forma deportiva se relacionan con una gran seguridad en las capacidades propias y la necesidad de emplearlas en cada momento. De manera, que aun cuando no se requiera de un esfuerzo muy elevado o de confiar en las reservas el deportista puede tomar esa decisión.
¿Cómo podemos ilustrar esto?.
Esperar el final para emplearse a fondo.
No valorar a un contrario con capacidades inferiores de manera adecuada.
No velar por la realización adecuada del calentamiento previo a la competencia o incluso de mantener una temperatura corporal adecuada durante el encuentro.
No tomar los tiempos necesarios para recuperarse.
No cumplir con el régimen de descanso y alimentación.
Hay que ser realmente cuidadoso de los que debemos de realizar por encima de nuestras ilusiones de omnipotencia. La realidad puede imponerse por encima de una decisión errada y eliminar la posibilidad de obtener el mejor resultado.
La evaluación de los riesgos facilitara en mucho la confección de una estrategia objetiva de las condiciones que deben ser enfrentadas y de las posible debilidades de nuestras decisiones. El riesgo mayor que se comete es, precisamente, el de evitar la evaluación de los riesgos.
Este es un tema complejo y rico en matices.
En los últimos tiempos estoy focalizado en el tema de los riesgos que pueden estar presente durante la actuación de los deportistas.
Los riesgos podemos analizarlos como resultado de factores externos o de la personalidad del deportista. En cualquiera de los dos casos tiene como consecuencia que exista desviaciones de las acciones y operaciones necesarias para lograra los propósitos trazados para la competencia o se tomen decisiones que sean las mas adecuadas que incluso conlleven una crisis en la actuación y contraigan prejuicios a los resultados de la competencia.
Se requiere un estudio minucioso de los riesgos para lograra un control efectivo por parte del deportista, el entrenador y el propio psicologo involucrado en la preparación psicológica del deportista.
No se trata ahora de hacer una metodología taxonómica de los riesgos que todos pueden elaborar, incluso la revisión de la propia teoría de los riesgos, resulta de conveniencia repasarla.
Cuando las circunstancias de la competencia sé tornan complejas y peligrosas correr riesgo constituye una situación muy trascendente a los rendimientos deportivos. Coloquemos solo un ejemplo centrado en la personalidad del deportista.
Los deportistas con una elevada autoconfianza pueden romper el protocolo de actuación debido a que sienten seguridad en sus capacidades y piensan que estas pueden ser actualizadas en el momento mas critico. Esto constituye un riesgo. Es necesario seguir la programación de las acciones de acuerdo al plan previo que se lleva a cabo para la competencia, seguir con disciplina y tesón cada uno de los momentos de la actuación de lo contrario las cosas pueden complicarse llevar a toma de decisiones que no sean las adecuadas.
Hay que destacar que los sentimientos y estados emocionales en el estado de forma deportiva se relacionan con una gran seguridad en las capacidades propias y la necesidad de emplearlas en cada momento. De manera, que aun cuando no se requiera de un esfuerzo muy elevado o de confiar en las reservas el deportista puede tomar esa decisión.
¿Cómo podemos ilustrar esto?.
Esperar el final para emplearse a fondo.
No valorar a un contrario con capacidades inferiores de manera adecuada.
No velar por la realización adecuada del calentamiento previo a la competencia o incluso de mantener una temperatura corporal adecuada durante el encuentro.
No tomar los tiempos necesarios para recuperarse.
No cumplir con el régimen de descanso y alimentación.
Hay que ser realmente cuidadoso de los que debemos de realizar por encima de nuestras ilusiones de omnipotencia. La realidad puede imponerse por encima de una decisión errada y eliminar la posibilidad de obtener el mejor resultado.
La evaluación de los riesgos facilitara en mucho la confección de una estrategia objetiva de las condiciones que deben ser enfrentadas y de las posible debilidades de nuestras decisiones. El riesgo mayor que se comete es, precisamente, el de evitar la evaluación de los riesgos.
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