Establecimiento de metas
Un colega me plantea algunas dudas sobre el establecimiento de metas, de lo cual he escrito un capitulo en uno de mis libros.
El establecimiento de metas requiere de pericia en las relaciones interpersonales, para que cada cual comprenda el papel que le toca desempeñar y se llegue a que el deportista se comprometa realmente con el objetivo trazado.
El primer paso es explicarle al entrenador que hay un procedimiento que permite organizar y garantizar que el deportista se comprometa con los fines, objetivos o metas de la preparación. Este es un plan que se basa en dos principios. La evaluación del cumplimiento de las acciones, operaciones y tareas que permiten alcanzar los objetivos y el segundo principio que consiste en el refuerzo de las acciones, ejecuciones, operaciones y tareas que logra realizar el deportista y que lo llevan a alcanzar el objetivo y que además en ocasiones no tiene que ser el refuerzo al éxito sino también al esfuerzo.
Estos e realiza de forma sistemática y allí es donde brilla el procedimiento.
Las metas son propuestas por el entrenador a partir de su evaluación del potencial del deportista. A ello el psicólogo como perito del comportamiento del deportista puede agregar metas que se relacionan con aspectos de su personalidad o con los procesos cognitivos y afectivos. Digamos una mayor concentración de la atención, etc. Esto lo deduce el psicólogo de sus observaciones del deportista, de la valoración de quien es el deportista y del análisis de lo que plantea el propio entrenador y hasta el deportista.
Todo lo que se plasme acerca de qué debe alcanzar el deportista debe ser comunicado al deportista. En este sentido comunicación no es traslado de información es compromiso. Es acompañar lo que se dijo. Aquí el psicólogo es un perito en que la comunicación de esta información se haga con el rigor profesional requerido. De manera que el deportista se comprometa realmente en lo que se le propone. La persona que habla mas en esta reunión con el deportista es el entrenador. El psicólogo evalua las pautas de conducta, los gestos y la posible comprensión o no de las metas. El psicólogo obtiene un criterio como experto y puede aconsejar posteriormente al entrenador y reforzar la autoconfianza en el deportista para llevar a cabo su esfuerzo.
El psicólogo en muchos casos sigue los resultados, acciones y comportamientos del deportista. El propio deportista puede llevar en una libreta el cumplimiento o no de sus metas. En reuniones periódicas, entrenador, psicólogo y deportista se reúnen para conocer los avances, retrocesos o momentos en que permanecen las metas. El psicólogo aconseja al entrenador acerca de los refuerzos que debe dar al deportista. Su magnitud, significado si es material, psicológico o simbólico o las tres cosas juntas.
Nadie pone metas solos, el entrenador y el psicólogo reunidos primeros y después con el deportista. Debe haber un acuerdo mutuo, de todos. Estro es lo perfecto. Es garantía de que las cosas saldrán bien, es un poco el psicólogo como mediador en una negociación y como arbitro posterior que se cumplan los requerimientos de refuerzo.
O sea primero definir metas, difíciles pero alcanzables y después de corto plazo y después reunión con el deportista para su interiorización. Hacer publico el compromiso.
El establecimiento de metas requiere de pericia en las relaciones interpersonales, para que cada cual comprenda el papel que le toca desempeñar y se llegue a que el deportista se comprometa realmente con el objetivo trazado.
El primer paso es explicarle al entrenador que hay un procedimiento que permite organizar y garantizar que el deportista se comprometa con los fines, objetivos o metas de la preparación. Este es un plan que se basa en dos principios. La evaluación del cumplimiento de las acciones, operaciones y tareas que permiten alcanzar los objetivos y el segundo principio que consiste en el refuerzo de las acciones, ejecuciones, operaciones y tareas que logra realizar el deportista y que lo llevan a alcanzar el objetivo y que además en ocasiones no tiene que ser el refuerzo al éxito sino también al esfuerzo.
Estos e realiza de forma sistemática y allí es donde brilla el procedimiento.
Las metas son propuestas por el entrenador a partir de su evaluación del potencial del deportista. A ello el psicólogo como perito del comportamiento del deportista puede agregar metas que se relacionan con aspectos de su personalidad o con los procesos cognitivos y afectivos. Digamos una mayor concentración de la atención, etc. Esto lo deduce el psicólogo de sus observaciones del deportista, de la valoración de quien es el deportista y del análisis de lo que plantea el propio entrenador y hasta el deportista.
Todo lo que se plasme acerca de qué debe alcanzar el deportista debe ser comunicado al deportista. En este sentido comunicación no es traslado de información es compromiso. Es acompañar lo que se dijo. Aquí el psicólogo es un perito en que la comunicación de esta información se haga con el rigor profesional requerido. De manera que el deportista se comprometa realmente en lo que se le propone. La persona que habla mas en esta reunión con el deportista es el entrenador. El psicólogo evalua las pautas de conducta, los gestos y la posible comprensión o no de las metas. El psicólogo obtiene un criterio como experto y puede aconsejar posteriormente al entrenador y reforzar la autoconfianza en el deportista para llevar a cabo su esfuerzo.
El psicólogo en muchos casos sigue los resultados, acciones y comportamientos del deportista. El propio deportista puede llevar en una libreta el cumplimiento o no de sus metas. En reuniones periódicas, entrenador, psicólogo y deportista se reúnen para conocer los avances, retrocesos o momentos en que permanecen las metas. El psicólogo aconseja al entrenador acerca de los refuerzos que debe dar al deportista. Su magnitud, significado si es material, psicológico o simbólico o las tres cosas juntas.
Nadie pone metas solos, el entrenador y el psicólogo reunidos primeros y después con el deportista. Debe haber un acuerdo mutuo, de todos. Estro es lo perfecto. Es garantía de que las cosas saldrán bien, es un poco el psicólogo como mediador en una negociación y como arbitro posterior que se cumplan los requerimientos de refuerzo.
O sea primero definir metas, difíciles pero alcanzables y después de corto plazo y después reunión con el deportista para su interiorización. Hacer publico el compromiso.
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