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La Bitácora del Dr. Ucha

El Deporte y la Inteligencia Cultural

El Deporte y la Inteligencia Cultural

El Deporte y la Inteligencia Cultural

Dr. Francisco Enrique García Ucha

El deporte se desarrolla en el ámbito internacional con organizaciones que tiene un carácter independiente y de igual forma, presentan una estrecha interdependencia. Estas últimas circunstancias demandan de entrenadores y deportistas la capacidad de desarrollar habilidades para la interacción con diferentes culturas que poseen costumbres, hábitos, creencias y valores que pueden ser diferentes a las de la cultura del propio deportista o entrenador, por ejemplo en el espacio de la colaboración de nuestros entrenadores algunos han tenido la oportunidad de brindar sus servicios científicos y técnicos en plena selva latinoamericana o incluso en otros lugares del mundo con una lengua diferente, costumbres novedosas y tradiciones inusuales. Es un motivo de orgullo para nosotros conocer las opiniones favorables del encuentro de nuestros técnicos en lugares donde los habitantes son bastante disímiles a nuestros hábitos. Esta experiencia enriquecedora resalta la capacidad de poseer una inteligencia cultural que en mucho contribuye al carácter de la colaboración cubana. Y lo más importante aun, en muchos casos el proceso de adaptación ha ocurrido de manera intuitiva y por las cualidades volitivas integradas a la disciplina y responsabilidad e nuestros técnicos y deportistas. Inteligencia cultural esta constituida por la habilidad de adaptarnos con rapidez a cualquier nuevo ámbito cultural y se eficaz en él. Se trata de desarrollar un repertorio de habilidades conductuales y ser capaces de seleccionar la actitud adecuada en función de la cultura con la que interactuaremos en un nuevo escenario. Aquí se incluyen las habilidades de comunicación, toma de decisión, conocimiento de las tradiciones y costumbres así como la organización y la motivación de personas distintas desde el punto de vista cultural. La cultura ejerce una influencia sumamente poderosa sobre todo ser humano cumpliendo un papel mediador en la regulación de la personalidad y las motivaciones, por ejemplo palabras que no tienen un significado en nuestro medio pueden ser interpretadas con un sentido poco noble en otro ambiente cultural. Todos hemos sufrido de estos imprevistos. En mi caso, estaba, experimentado en un grupo de excelentes alumnos de un país latinoamericano, los efectos de la música en la relajación de la persona. Para ello, tras colocar una melodía, se debía de registrar la modificación de la frecuencia cardiaca. Sentados por pareja los participantes. Planteo, “cójanle” la frecuencia cardiaca a la persona que esta a su lado. Esta palabra tiene como sentido dentro de su cultura, tener relaciones sexuales y fue motivo de hilaridad por parte de los alumnos. Ya nunca se me ha ocurrido emplear la palabra, en ese medio cultural y la he modificado por “medir” o “evaluar” la frecuencia cardiaca a su compañero.

Este no es un caso crítico, y afortunadamente sin consecuencias, aunque emplear una palabra no adecuada en determinados casos puede llevar a un malentendido, resistencias en las relaciones interpersonales y a bloquear la cooperación entre los miembros de un colectivo que no pertenece a nuestra cultura. La inteligencia cultural se relaciona con la habilidad para descifrar los códigos, reconocer las normas culturales de un grupo y compararla con su propia cultura y hasta con la cultura universal y a partir de este conocimiento tomar las decisiones adecuadas para no ocasionar malestar a aquellos que se encuentran en una posición diferente a la nuestra. Hay quienes son puntuales a la hora de comenzar una reunión de trabajo y otros tienden a llegar muchos minutos después. Cada cultura cuenta con sus propios tabúes y una de las cuestiones que más rápido nos encontramos pueden ser los hábitos alimentarios que pueden estar muy cercanos o excesivamente lejos de los nuestros. Si esto ocurre con la alimentación, también pasa con otras cuestiones. Los especialistas en inteligencia cultural nos hablan que no es suficiente con conocer las costumbres, hábitos, preceptos y formas de actuar de los miembros de una cultura sino que, además y en determinado sentido debemos integrar nuestro proceder a esas normas si queremos realmente obtener la aceptación de nuestros anfitriones. Esto abarca desde la forma que se realiza un saludo cuando te encuentras con ellos a otros patrones sencillos de comportamiento, que al ser seguidos demuestran el interés y la aceptación hacia los interlocutores. Adaptarse a una nueva cultura durante un periodo de trabajo requiere sobre todo de la audacia, la capacidad de observación y el sentido de responsabilidad con la tarea asignada. El sentimiento de la propia eficacia y la disposición a aprender y conducirse resultan de una importancia vital. Hay que tener sobre todo en cuenta que existe la diferencia. El acortamiento de las distancias por medio entre las naciones y la frecuencia con que se realizan intercambios deportivos hace propicio colocar la atención en este tema de la inteligencia cultural que de seguro va a colaborar en el mejor entendimiento entre todos los participantes del deporte.

Tomado en http://www.cubavision.cubaweb.cu/comentarios_

detalles.asp?ID=177

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