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La Bitácora del Dr. Ucha

Jet Lag 1

Jet Lag 1  

LOS DESAJUSTES DE LOS RITMOS CIRCADIANOS DEL DEPORTISTA EN VUELOS DE LARGA DISTANCIA, UN ANÁLISIS IMPORTANTE PARA LA PREPARACIÓN OLÍMPICA.

Dr. C. René Romero Esquivel

 DTM 

El deporte de alto rendimiento, en su conceptualización, encierra el  perfeccionamiento bio-psico-funcional del atleta desde todos los puntos de vista, con otras palabras, exige de ese organismo vivo, clasificado como Talento deportivo el eficiente y eficaz funcionamiento de este, para alcanzar altos niveles de productividad competitiva ó de resultados deportivos. Todo este fenómeno de expresión social trae consigo el perfeccionamiento sostenible de medios, métodos y sistemas con el propósito de optimizar los recursos naturales del ser humano disponibles, con herramientas científico-metodológicas naturales, ó sea el talento de nuestros atletas, con el respaldo de los conocimientos y experiencias de los entrenadores, metodológos, médicos y otros profesionales que giran en torno al apoyo de las ciencias aplicadas a esta actividad competitiva.

En el deporte de alta competición, no solo con el talento humano competitivo,  se alcanzan siempre los mayores éxitos. Para estos fines es sumamente necesario la utilización de diferentes técnicas y proporciones de apoyos tanto en la Logística de Dirección y Gestión del proceso, como también en la organización técnico metodológica de las cargas del entrenamiento sistemático y su control.

Es  conocida por todos los especialistas de esta esfera la importancia que tiene tanto para el entrenador, como para el atleta, tener conocimiento de los escenarios competitivos. Esto brinda la posibilidad de elaborar con una proyección estratégica los ciclos de Modelaje competitivos pertinentes.

Cuando se producen cambios  de horarios bruscos al viajar, se origina una discordancia de las funciones orgánicas y de la capacidad para el trabajo entre los ritmos diarios y los nuevos horarios. Concretamente, el desajuste del ritmo diario natural del desempeño cotidiano, mediante los sincronizadores exteriores (intensidades de la Luz y temperatura del día) durante los vuelos de larga distancia, se manifiesta como una de las causas primordiales del estrés temporal.  

Inmediatamente después del vuelo, los ritmos habituales no se acoplan al cambio de día y noche del lugar nuevo, experimentándose  una falta de sincronización exterior.   Más tarde, debido a la reestructuración de las funciones del organismo en diversos momentos, tiene lugar una discordancia, es decir, una inestabilidad interior (O. P. Panfilov 1986)   Las consecuencias de este síndrome se caracterizan por incomodidad, alteración del sueño, disminución del rendimiento al realizar cargas de distinta orientación metodológica (K. E. Klein et al. 1972; D. W. Hill et al 1993), disminución de los resultados deportivos (J.O. Davis, 1988; M. Ledoux, 1988), etc. Estos efectos psicobiológicos, producidos por la influencia externa de los cambios bruscos de la luz y la temperatura del medio ambiente, provocados por los largos viajes a que se someten  nuestros atletas para participar en los múltiples eventos competitivos que existen, es también conocido como el síndrome del JET-LAG.

Si la diferencia horaria del viaje es de 7 horas, sólo se observa alguna reacción al sexto día como consecuencia del ajuste relativo del organismo a las condiciones del cambio.   En esta situación, los cambios más  importantes suelen ser los que conciernen  a los ritmos de los  procesos fisiológicos y físico-químicos que afectan a los órganos, a las células  y a las estructuras  sub-célulares  y  que son determinantes en la composición de la  sangre y  de los líquidos tisulares se mantienen durante largo tiempo  en el nivel habitual y  su transformación tiene lugar al cabo de un período  de tiempo más prolongado.

Otros especialistas consiguieron resultados análogos. La alteración del ritmo como fruto de un vuelo de más de 6-7  horas (cambio  de huso horario) repercute en una evidente desarmonía  de los ritmos diarios influyendo, a su vez, en las capacidades del rendimiento y en las reacciones fisiológicas a las propias cargas.   La adaptación a las condiciones nuevas exige un tiempo considerable.

Paralelamente, la velocidad en el desarrollo de las reacciones de adaptación se diferencian de la de otros índices y al mismo tiempo, se puede decir que viene determinada en cierto modo por las características particulares de los deportistas y también de las particularidades de cada deporte,  oscilando entre los 2 y 18 días (L.S. Rosenblatt et al. 1973; K.E. Klein et al. 1977).  En el momento de despertarse y de acostarse la actividad psicomotora y mental se normaliza habitualmente según múltiples autores, cuando han transcurrido de 2 a 7 días; la velocidad de reacción a los 2 días; la temperatura interna a los 4 -6 días; la frecuencia cardiaca a los 6-8 días; la capacidad para el trabajo se recupera al cabo de 3-5 días; otros índices se normalizan más tarde, tras 7-10 días o más (T. Sasaki, 1980; J. E. Wright et al. , 1983). Por ejemplo, según  los datos de O.P. Panfilov (1986), con el cambio de 7-8 franjas horarias los valores de VO2 máx. disminuyen bruscamente a lo largo de los 2-3 días posteriores al vuelo, después se van recuperando paulatinamente hasta alcanzar  los resultados iniciales e incluso más elevados a los 7-13 días, produciéndose una normalización total tan sólo al cabo de 18-20 días.

La adaptación al movimiento de varios tipos y las dificultades diversas exigen un período de tiempo diferente. La recuperación de las capacidades coordinativas complejas, se produce más lentamente que la de las simples (K.Klein et al., 1972) Las capacidades de fuerza rápida de los deportistas se ven restablecidas con mayor rapidez que la capacidad para realizar un ejercicio prolongado que exija un elevado nivel de resistencia (V.N.Platonov, 1991). Debido a todo ello, es evidente que los deportistas especializados en aquellas modalidades caracterizadas por una elevada dificultad  de coordinación y por exigencias de los diversos  sistemas funcionales del organismo, se adaptan de un modo diferente a las nuevas condiciones temporales.

En una investigación realizada hace algunos años (D.W.Hill et al. , 1993) se estudió la influencia que ejercían los vuelos en dirección al oriente y a occidente sobre la capacidad de trabajo de los deportistas durante la ejecución de un ejercicio de carácter variado (Juegos con pelota y Combate). Se concluyó que los vuelos de larga distancia casi  no influyen en el nivel de fuerza isométrica de la mano pero, sin embargo, provocan un descenso significativo tanto de la  fuerza rápida como de la fuerza lenta dinámica al día siguiente del vuelo.   En los últimos días la fuerza se recupera hasta alcanzar el nivel inicial e incluso, puede superarse.   En lo concerniente a la calidad del sueño, muy al contrario, el efecto ya se manifiesta con suficiente intensidad desde la primera noche.   Este estado está supeditado al cansancio general, ya que al día siguiente el sueño empeora, o es mayor. se observaron cambios.

Valores promedios del 1951 hasta el Verano del 2007 de temperatura y humedad relativa de la sede olímpica de Beijing 2008

Indicadores estudiados 

Agosto 1-10

Agosto 11-20

Agosto 21-31

Media de 24 hr Temperatura (F/C)

78.4 / 25.8

76.5 / 24.7

75.0 / 23.9

Media de Temperatura Máxima (F/C)

86.7 / 30.4

85.1 / 29.5

84. 6 / 29.2

Temperatura Máxima Excepcional (F/C)

100.9 / 38.3

95.5 / 35.3

96.3 / 35.7

Media de Temperatura Minina (F/C)

71.4 / 21.9

69.3 / 20.7

66.7  / 19.3

Temperatura Minina Excepcional (F/C)

60.1 / 15.6

57.9 / 14.4

52.5  / 11.4

Precipitación (in/mm)

3.6 / 91.2

2.62 / 66.5

1.3 / 32.7

Media de los días de lluvia

5.1

4.1

3.6

Humedad Relativa (%)

81

79

75

Media de la Velocidad del Viento (m/s)

1.7

1.6

1.6

Media de los Dias de Viento Fuerte

0.20

0.27

0.14

Media da Presion de Aire (mm Hg / mbar)

751.3 / 1001.7

752.9 / 1003.8

752.8 / 1003.6


Los vuelos de larga distancia también fomentan una disminución considerable de la capacidad de trabajo: la capacidad  anaeróbica láctica y aláctacida disminuyen a lo largo de los primeros dos días después del vuelo.   La recuperación de la capacidad de trabajo surge al tercer o cuarto día ( ver Grafica 1). La disminución de la fuerza, de la capacidad de trabajo, así como de la calidad del sueño, se comporta con alteraciones en los parámetros psicológicos importantes, tales como empeoramiento del estado de ánimo, aumento de la fatiga, depresión, estados que normalmente aparecen tras los vuelos en dirección hacia el este.

 

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