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La Bitácora del Dr. Ucha

PROBLEMAS Y RESULTADOS DE LOS ENSAYOS PARA EL EXAMEN Y DESARROLLO DE LA CAPACIDAD DE CARGA PSÍQUICA EN NADADORES JÓVENES

Autor: W. Doil. En: Aportes a la Psicología deportiva. Dirección de Paul Kunath Editorial Orbe La habana 1976

1. Necesidad del desarrollo de la capacidad de carga psíquica del nadador joven.

Tanto en el curso de los entrenamientos como durante las competiciones el deportista está expuesto, junto a la carga física del sistema muscular y circulatorio, a otras cargas de diversa índole, cuya superación depende, entre otras cosas, del grado de manifestación individual de su capacidad de carga psíquica. El desarrollo de ésta constituye un aspecto esencial de la preparación a largo plazo que en todo el proceso de entrenamiento así como en la preparación inmediata de competiciones y campeonatos requiere una constante observación y una consecuente labor de dirección pedagógico-psicológica.

Tomando como ejemplo a las jóvenes promesas de la, natación, expondremos algunos problemas y posibilidades para el examen y desarrollo de la capacidad de carga psíquica.

En el entrenamiento, las cargas psíquicas nacen, entre otras, de aquellas exigencias que desembocan en fuertes cargas físicas, conectadas eventualmente con vivencias de monotonía y manifestaciones de saturación psíquica. También pueden ser resultado de las relaciones sociales con el entrenador o los demás compañeros de entrenamiento, de particularidades individuales del nadador en forma de actitud hacia el entrenamiento, intereses, necesidades, etcétera, derivadas de anteriores vivencias de éxito o fracaso, o del estado físico y psíquico actual (estado de ánimo, carga escolar, etcétera).

Durante las competiciones nacen cargas adicionales, derivadas del reflejo subjetivo de su importancia, la fuerza del competidor, las instalaciones deportivas, los espectadores, etcétera. Debido a ello pueden surgir desequilibrios psicofísicos en el deportista que, como consecuencia, perturben considerablemente su actual capacidad de rendimiento hasta el punto de que no logre alcanzar su nivel de rendimiento en la competición.

También en el comportamiento durante él entrenamiento aparecen a menudo síntomas que permiten inferir una capacidad de carga psíquica insuficientemente desarrollada. El nadador joven, por ejemplo, reduce su intensidad de entrenamiento, escoge un tipo de natación «más cómodo» cuando se cree no observado por el entrenador, disminuye la velocidad de sus movimientos de natación; o bien se deja distraer por estímulos visuales. Todo ello puede estar estrechamente vinculado con un empeoramiento de la técnica. Ejecuta de forma deficiente virajes y saltos de salida que domina desde hace tiempo. Si se repiten en varias ocasiones unas situaciones de carga conscientemente vividas, sin que resulten «recompensadas» mediante vivencias de éxito, alabanzas o algo parecido, entonces el deportista intentará, por ejemplo, sustraerse a los entrenamientos, sintiéndose repentinamente enfermo o incapaz de nadar con los demás compañeros. Las consecuencias de las cargas psíquicas sobre el comportamiento y el rendimiento del deportista llevan, de acuerdo con el condicionamiento interno de la personalidad individual, un carácter también individual. Esto es, unas situaciones de carga externamente idénticas pueden llevar a un individuo a un incremento del rendimiento, mientras que a otro le pueden inhibir e impedir plasmar con éxito su capacidad de rendimiento adquirido en los entrenamientos y demostrado ya de forma fehaciente. En el estado actual de los rendimientos internacionales, las marcas máximas en la natación sólo se alcanzan cuando el deportista se ha entrenado, de forma regular e intensiva, durante un mínimo de seis a ocho años. Dado que la edad de máximo rendimiento es relativamente baja, y tanto en los nadadores varones como en las hembras coincide por regla general con la edad escolar, los entrenamientos de natación deben iniciarse lo antes posible -durante los primeros cursos escolares con el fin de poder disponer del suficiente tiempo de entrenamiento para el desarrollo de las necesarias capacidad, habilidad, cualidad y motivación.

Un desarrollo favorable de los rendimientos presupone un entrenamiento regular e intensivo del nadador. Con ello nacen para él unas fuertes cargas físicas y psíquicas en el entrenamiento y en las competiciones, para cuya superación debe recibir la correspondiente preparación. El joven nadador se encuentra todavía en edad escolar, esto es, posee unas características psíquicas que le diferencian de atletas más experimentados, de mayor edad, y que deben ser tenidas en cuenta en la estructuración y configuración de los entrenamientos, así como en la selección de los métodos para el examen de la carga psíquica. A continuación, se tratarán algunas cuestiones fundamentales que se presentaron en la realización de un experimento que tenía por finalidad desarrollar la capacidad de carga psíquica de los ,jóvenes nadadores.

2. Métodos para el examen de la capacidad de carga psíquica de los nadadores jóvenes

Del carácter complejo de la cualidad «capacidad de carga psíquica» resultan dos posibilidades básicas para el examen de su grado de manifestación:

-Aplicación de métodos que de forma compleja examinan la cualidad con ayuda de determinados parámetros que se producen como fenómenos secundarios en el esfuerzo o la carga psíquicas, y que son cuantitativamente medibles.

-Examen de componentes aislados de la capacidad de carga psíquica; esto es, aplicación de métodos apropiados para medir cualidades aisladas o complejos parciales de cualidades que ocupan posiciones dominantes en la estructura de las cualidades que determinan la carga.

La capacidad de carga psíquica resulta de la conjunción de estímulos externos de carga y de la estructura interna de carga del individuo. De aquí se infiere que la carga no puede, ser proporcional a los estímulos que influyen desde fuera, determinados por su tipo, fuerza, frecuencia, campo de actuación, etcétera. Una determinación de la capacidad de carga psíquica limitada exclusivamente a la medición de la cantidad y calidad de los estímulos de carga, .no tendría en consideración los condicionamientos internos del individuo, por lo que no conduciría a ningún resultado útil.

El medir el grado de esfuerzo o carga psíquica presupone la existencia de unos síntomas cualificables de carga que acompañan el proceso de carga y que, a pesar de la variada manifestación de los estímulos de carga, señalizan con cierta constancia el grado del esfuerzo o de carga del deportista. A pesar de numerosos estudios -ante todo en el campo de la psicología laboral, todavía no se han logrado resultados satisfactorios en la búsqueda de tales parámetros de carga.

Por consiguiente, hemos renunciado a ensayos de aplicación de métodos para el examen de la capacidad de carga psíquica como complejo de cualidades, hemos escogido la segunda posibilidad arriba indicada, y hemos intentado obtener datos sobre la transformación de la capacidad de carga psíquica del nadador analizando algunos de sus componentes psíquicos. Además hemos evaluado los rendimientos deportivos en las distintas pruebas de natación, así como sus cambios en el curso de un experimento de desarrollo que duró aproximadamente medio año. Ello se basa en la idea de que una mejora de capacidad de carga psíquica también tenía que quedar reflejada en un incremento de la estabilidad del comportamiento de entrenamiento y, en consecuencia, del rendimiento deportivo.

Ahora bien, no debe pasarse por alto que el rendimiento deportivo está determinado, en primer lugar, por el estado de desarrollo de las cualidades de movimiento, así como de las habilidades motoras del nadador. Su aplicación, sin embargo, siempre se produce con la intervención decisiva de cualidades y funciones psíquicas, entre las que ocupa un lugar destacado la capacidad de carga psíquica.

2.1. CUESTIONES FUNDAMENTALES SOBRE LA SELECCIÓN DE LOS MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN

La selección de los métodos de investigación nos lleva a un problema teórico fundamental, a saber, la relación entre cualidades generales y especiales, y la transmisibilidad de cualidades, respectivamente.

Numerosos ejemplos de la praxis deportiva y de la literatura demuestran rigurosamente que una cualidad sólo actúa en la situación deportiva específica en la cual se ha originado.

Lo mismo cabe decir con relación al nadador. Su nivel de aspiración, su confianza en sí mismo, su capacidad de concentración o su constancia pueden manifestarse de forma distinta en la natación que en las carreras, en la realización de las tareas escolares que en la solución de problemas como los planteados en un test de laboratorio.

El distinto comportamiento del deportista ante situaciones diferentes se explica, por una parte, por el hecho de que ha adquirido en una actividad determinada unas experiencias, habilidades, conocimientos que faltan o no son suficientes para una situación distinta; y por otra parte, porque para la actividad en su modalidad o disciplina deportiva posee unas motivaciones que le impulsan a superar dificultades vividas, mientras que no desempeñan papel alguno en otras situaciones diferentes.

Debe esperarse de toda personalidad deportiva socialista que disponga de unas cualidades generales y especializadas muy desarrolladas; de unas cualidades especiales para la actividad en su modalidad deportiva, siempre que sea necesario para el logro de altos rendimientos deportivos; cualidades generales o generalizadas, ante todo, cualidades de carácter, que expresen las relaciones del individuo consigo mismo, con la sociedad y con el trabajo, entendido aquí como entrenamiento deportivo.

En el comportamiento de rendimientos del nadador se reflejan, primeramente, cualidades específicamente deportivas que determinan la estabilidad del comportamiento de entrenamiento,

así como los rendimientos deportivos. Teniendo en cuenta el grado, probablemente escaso, de generalización de las cualidades psíquicas de los nadadores más jóvenes incluidos en el experimento, resulta como conclusión final que el mejor camino para examinar las cualidades que nos interesan, está estrecha­mente ligado con la praxis deportiva. Por consiguiente, al lado de ensayos de laboratorio ya conocidos, hemos empleado varios métodos de examen recién elaborados para la praxis deportiva, que en parte estaban realizados a partir de conocidos ensayos de laboratorio, como el ensayo éxito-fracaso con ayuda de la prueba de Doil y el ensayo de cálculo de Pauli.

2.2. SELECCIÓN DE LAS CUALIDADES

La selección de las cualidades o grupos de cualidades psíquicas primordiales para el examen, estuvo determinada esencialmente por estudios previos del siguiente tipo:

-Elaboración de representaciones sobre el grado de manifestación, la estructura y las posibilidades de desarrollo de las cualidades psíquicas determinantes del rendimiento de un supuesto nadador «ideal».

-Averiguación del estado de desarrollo de las cualidades psíquicas determinantes del rendimiento, y de su estructura, en nadadores jóvenes.34

-Análisis de la configuración de los entrenamientos para nadadores jóvenes, así como de su comportamiento durante las competiciones, bajo el aspecto de la derivación de medidas pedagógico-psicológicas para el desarrollo de su capacidad de carga psíquica.

Según los conocimientos obtenidos por esta vía, es primordial que en los nadadores jóvenes se desarrollen, entre otras, las siguientes cualidades:

Consecuencia, independencia, confianza en sí mismo, capacidad de superación, capacidad de concentración, necesidad de rendimiento, constancia y sensación del tiempo.

34. Los valores de partida necesarios para ello fueron elaborados con ayuda de cuestionarios escritos, en forma de escalas estimativas.

35. Para ese fin se tomaron en cuenta los controles de entrenamiento y los resultados de entrevistas obtenidas inmediatamente antes de una competición importante.

2.3. MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN PARA EL EXAMEN DE COMPONENTES AISLADOS, DE LA CAPACIDAD DE CARGA PSÍQUICA EN LOS NADADORES JÓVENES

Para el examen del grado de manifestación de cualidades aisladas o grupos de cualidades se han empleado, entre otros, los procedimientos diagnósticos expuestos a continuación.

2.3.1. Ensayos de éxito-fracaso.

Según las experiencias reunidas, el ensayo éxito-fracaso con anuda de la prueba de Doil es apropiado para determinar de forma experimental el nivel de aspiración y la confianza en sí mismo en los deportistas.

Considerando que el ensayo de laboratorio ya es suficientemente conocido, sólo daremos aquí una descripción del ensayo bajo los condicionamientos de la praxis deportiva.

En el ensayo de campo se encomendó al deportista que nadase a la mayor velocidad posible 8 x 100 m libres. Antes de iniciar cada uno de los ensayos, se le preguntó cuáles eran sus esperanzas de rendimiento para el inminente ensayo. Este valor se compara luego con el rendimiento realmente obtenido, lográndose así vivencias de éxito y fracaso, al igual que en la prueba (Einsteck-probe).

Con la constante comunicación de los tiempos obtenidos se pretendía evitar una posible arbitrariedad en el proceso de los ensayos. Por otro lado, la evaluación general de los rendimientos obtenidos por parte del director del ensayo -usual en las pruebas de laboratorio, evita el desarrollo de la sensación de tiempo, que precisamente en la natación cobra una importancia tan grande.

Este ensayo permite examinar el nivel de aspiración de los nadadores, así como su capacidad de evaluación de las posibilidades de rendimiento propias, en atención a los condicionamientos internos y externos actuales.

La última de las citadas capacidades constituye una premisa decisiva para la aparición de auténticas vivencias de éxito y fracaso.

Por añadidura, de la relación existente entre las esperanzas de rendimiento -citadas por el nadador sobre la base de su habilidad estimativa de su propia capacidad de rendimiento y los rendimientos precedentes, pueden deducirse testimonios de cómo el deportista se deja impresionar por la vivencia de éxitos y fracasos, así como por el desarrollo total de los ensayos. El grado de su estabilidad frente a rendimientos precedentes que se apartan ostensiblemente de lo esperado, constituye un importante criterio para su capacidad de carga psíquica. Los testimonios del ensayo resultan de:

esperanzas de rendimiento

- altura y oscilaciones de las nombradas,

- la relación entre esperanza de rendimiento y rendimiento efectivo.

2.3.2. Ensayo de cálculo de Pauli y ensayo paralelo en natación

El comportamiento del nadador durante una fuerte y prolongada carga, así como su capacidad de superación constituyen unos criterios en los que puede manifestarse su carga psíquica. Un nadador que quiere alcanzar buenos rendimientos deportivos, ha de estar en situación de nadar su trecho con concentración, constancia y equilibrio.

Para los experimentos a realizar había que encontrar un procedimiento que permitiera controlar el curso del rendimiento. Un procedimiento de este tipo lo tenemos en el ensayo de cálculo de Pauli. Éste exige de las personas sometidas a observación un rendimiento constante y lo más libre de experiencias durante un espacio de tiempo de sesenta minutos, en forma de adiciones de números simples.

En nuestro caso, completamos el curso previsto del ensayo mediante un sector de tres minutos de duración, que tenía por finalidad que los deportistas se entregaran totalmente a un «sprint final» con el fin de poder captar el efecto estimulante que nace de una situación de este tipo.

Como ensayo paralelo en la natación, encomendamos a los nadadores que cubrieran a gran velocidad la distancia de 400 m y 800 m respectivamente (según la capacidad de rendimiento del deportista). De los tiempos parciales medidos cada 25 m y 50 m respectivamente, puede establecerse una curva de rendimiento parecida a la curva de Pauli, y que permite ser evaluada en consonancia.

Para el examen de la capacidad de superación añadimos al test de Pauli un sector de distancia y aleccionamos a los nadadores para que en el sprint final emplearan una vez más todas sus fuerzas.

2.3.3. Test d-2

La capacidad de concentración constituye una cualidad importante para el nadador. En especial el nadador joven precisa de ella con el fin de dirigir su atención hacia la corrección de errores, la distribución de sus fuerzas físicas, y las instrucciones de su entrenador, sin dejarse distraer por los estímulos externos de interferencia. Según muestra la experiencia, precisamente los deportistas más jóvenes son los que todavía tienen bastantes dificultades en concentrarse en una determinada actividad durante un lapso prolongado, sobre todo, cuando -como en la natación- la actividad misma transcurre de forma relativamente uniforme y ofrece en su desarrollo pocos puntos culminantes.

Puesto que cualquier persona ha de concentrarse en muchas ocasiones en determinadas cosas, cabe suponer que la capacidad de concentración es una de esas cualidades que más fácilmente son portadoras de características de generalización. Ello fue la causa de que intentáramos obtener su grado de manifestación con ayuda de un test de laboratorio.

El test d-2 pertenece al grupo de los tests de concentración y rendimiento. A diferencia del test de Pauli, no requiere unas habilidades previamente adquiridas y puede ser aplicado, por lo tanto, en deportistas de casi todas las edades.

2.3.4. Prueba de cambio de estilos de natación

Entre los principales criterios para la capacidad de carga psíquica en nadadores, interesó, ante todo, la cuestión de hasta qué punto los nadadores son capaces de elaborar estímulos psíquicos adicionales. El entrenamiento y las competiciones plantean al deportista una y otra vez la tarea de responder rápida y exactamente a las nuevas situaciones que se presentan. En esta situación desempeñan un papel decisivo la capacidad de rendimiento intelectual del deportista, su capacidad de concentración, la movilidad mental y la capacidad de adaptación en momentos de. fuerte carga física.

Para la prueba, los nadadores recibieron la orden de nadar 200 braza a velocidad máxima. Durante el recorrido, y en momentos que ellos no conocían previamente, se les comunicó en diez ocasiones, mediante un silbato y mostrándoles simultáneamente una pizarra con una letra, que debían practicar otro estilo. Era preciso que el deportista cambiara de estilo con la mayor rapidez y efectuara un número de movimientos determinado por una cifra igualmente visible en la pizarra.

Con anterioridad, los deportistas habían tenido que nadar 200 m braza sin cambio alguno de estilo, con el fin de obtener un valor de comparación para el tiempo requerido en la prueba propiamente dicha.

Como criterios de evaluación se emplearon:

-El tiempo requerido para la adaptación del nadador al nuevo estilo.

-Errores en la adaptación, en forma de falsos movimientos natatorios o número equivocado de movimientos.

-Las diferencias de tiempo entre ambos sectores de la prueba.

Los valores de observación fueron plasmados mediante un sistema de puntos.

2.3.5. Comprobación de Motivos

Dado que la elaboración de la carga depende esencialmente de las motivaciones del deportista, con ayuda de encuestas escritas intentamos descubrir las principales motivaciones de la actividad deportiva en los nadadores ,jóvenes.

Para establecer los motivos empleamos la encuesta escrita «libre», dado que en ensayos precedentes se había demostrado que en las encuestas «obligatorias» los nadadores -posible

mente condicionados por su respectiva edad- indicaban demasiados motivos. Todavía no están en condiciones de objetivar suficientemente sus propios motivos, por lo que se dejan influir en gran medida por una «oferta de motivos».

3. Posibilidades metódicas para el desarrollo de la capacidad de carga en los nadadores jóvenes

La vivencia y la elaboración de la carga dependen en gran medida de la actitud interna del deportista frente a las tareas que se le plantean en los entrenamientos y en las competiciones. La motivación de rendimiento del deportista determina en acción recíproca con sus demás cualidades psíquicas y físicas, y con los condicionamientos externos dados su comportamiento global en el entrenamiento y en la competición.

Según Puni:

...en su calidad de «impulsos ideales» (Engels, 1957, p. 51), los motivos forman parte de las más importantes facetas de la característica psíquica de cualquier actividad humana, inclusive el deporte. De los diversos motivos de la actividad humana depende en mayor o menor grado que su actividad culmine en el éxito; éste será tanto mayor cuanto mayor sea el valor social de los motivos (1961, p. 13).

La motivación de los deportistas parece ser un punto de arranque de especial eficacia en el área de los trabajos con jóvenes promesas, destinado a impulsarlos a un trabajo intenso y continuado de entrenamiento, incrementando así simultáneamente su capacidad de carga psíquica. Cuando el deportista posee unas motivaciones de rendimiento cualitativamente valiosas, estará dispuesto a superar unas cargas de entrenamiento muy altas por su intensidad y envergadura, y a esforzarse de forma tenaz y continua en mejorar sus rendimientos.

3.1. EL NACIMIENTO DE MOTIVACIONES DE RENDIMIENTO

Los impulsos decisivos que incitan al deportista a desarrollar unos motivos de rendimiento eficaces, proceden siempre de la esfera social, del más estrecho o más amplio ambiente cuyas exigencias pesan sobre él, con el que se solidariza, se compara; por la cual quiere ser reconocido y admirado.

El nacimiento de motivaciones de rendimiento sólo puede ser comprendido como acción recíproca entre las normas y exigencias sociales, por una parte, y la estructura de condicionamientos internos actuales por otra.

Los motivos siempre son incitados por estímulos ambientales provocados o casuales. Así, por ejemplo, la exigencia del entrenador de efectuar un entrenamiento duro para poder lograr una buena marca en determinada competición, puede convertirse en una motivación de rendimiento para el deportista, siempre y cuando la considere de importancia para su persona. En todo caso afecta a la estructura interna de condicionamientos del deportista; de sus cualidades, experiencias, habilidades, deseos, esperanzas, necesidades; de su valoración de la capacidad de rendimiento y desarrollo propios, así como de las relaciones estructurales dentro de la contextura de condicionamientos, depende si su valencia personal es reconocida y vivida, y si nace una motivación determinante del rendimiento y del comportamiento que estimule al deportista a un entrenamiento intensivo durante un largo período.

Ahora bien, la comprensión racional de una exigencia por parte del deportista todavía no puede equipararse al nacimiento de una motivación. En la praxis nos encontramos siempre de nuevo con deportistas que se han percatado plenamente de la necesidad de participar de forma regular en los entrenamientos, pero que, a pesar de ello, actúan en contra de su propio conocimiento de causa e intentan rehuir los entrenamientos. El deportista admite’ formalmente que el entrenador tiene derecho a exigir, pero este derecho no posee para él ninguna fuerza que le obligue a actuar.

Según los principios generales de la psicología marxista del desarrollo, las contradicciones internas constituyen los impulsos de todo desarrollo. Sin embargo, la situación de contra dicción interna no debe esperarse en modo alguno como consecuencia imprescindible de un estímulo externo, sino que de­pende del carácter específico del sistema actual de condicionamientos internos. Desde esta perspectiva, y en determinadas condiciones, la influencia pedagógica del entrenador puede resultar indiferente y no causar contradicciones internas, aunque por otros hechos sistemáticos puede dar lugar a actividades (cf. ROSENFELD, 1964, p. 24).

La influencia racional a menudo no basta para conseguir que la valencia personal de una exigencia pueda ser vivida por el deportista. Entonces debe ser completada mediante elementos dinámicos y especialmente emocionales. Entre el «comprender» una exigencia y el «vivir» su importancia personal, se extiende toda la escala de las posibilidades educadoras del pedagogo deportivo.

3.2. ASPECTOS POLÍTICOS E IDEOLÓGICOS DE LA MOTIVACIÓN DEL RENDIMIENTO

La calidad de la motivación del rendimiento se manifiesta, ante todo, en el grado en que el comportamiento de rendimiento de un deportista queda determinado por motivos que expresan el significado social de la actividad deportiva del propio individuo. Los desacostumbrados rendimientos de los que son capaces personas de alta conciencia político-moral, han quedado demostrados por los numerosos combatientes de la resistencia durante la noche del fascismo.

También el deportista lucha por una meta política, tanto si sólo se trata de un nadador joven que todavía se está preparando para rendimientos máximos y que en las competiciones representa a su grupo de entrenamiento, su escuela, su ciudad o su comarca; como si se trata del representante de su país, que se halla en el foco de la atención internacional. Por consiguiente, la preparación ideológica del deportista debe estar encaminada a transformar de tal modo su estructura de motivos, que ésta quede dominada cada vez más por aquellos motivos que expresen la conciencia de su responsabilidad social.

Una labor educadora en el sentido indicado, y coronada por el éxito, constituye al mismo tiempo una aportación a la mejora de la capacidad de carga del deportista. Porque el adquirir conciencia de la responsabilidad del individuo frente a la sociedad, en forma de micro o macrogrupos, desencadena motivos de rendimiento que estabilizan el comportamiento del entrenamiento y pueden influir positivamente en el desarrollo del rendimiento deportivo.

Si bien todavía no puede esperarse que los deportistas en edad infantil o en la fase de transición preescolar (cf. Kossakovsxi, 1969, p. 68) vivan unos motivos de determinación preponderantemente social como móviles decisivos de sus actos, en cambio queda justificada la exigencia de su desarrollo, sin que por ello se reste importancia a otros motivos, tales como la tendencia a la vivencia, a la estima, al auto afianzamiento.

También, el deportista joven está ya en situación de comprender la importancia que su rendimiento deportivo tiene, o puede tener algún día, para su propio grupo de entrenamiento o miembros individuales del mismo, para su comunidad deportiva, para la ciudad, para la comarca, o para la República entera. Y de este conocimiento de causa puede deducir valiosos motivos de comportamiento y rendimiento.

Consideramos que una labor educadora político-ideológica consecuente, adaptada siempre al nivel de edad de cada nadador, variada, interesante, impulsora de actividades, y codeterminada por los responsables de la educación, constituye una vía para la ulterior mejora del rendimiento. Así, en colaboración con entrenadores, encargados de curso y jefes de pioneros, en el período del experimento de desarrollo hemos utilizado reuniones de grupo, veladas de pioneros y otras medidas del siguiente tipo:

-Debates sobre los éxitos nacionales e internacionales de la comunidad deportiva.

-Presencia de destacados deportistas punteros en las reuniones de grupo.

-Acciones de ayuda al pueblo de Vietnam.

-Conferencias con diapositivas sobre los juegos olímpicos.

-Configuración de veladas de padres.

-Debates sobre el significado político de destacados rendimientos deportivos.

3.3. CREACIÓN DE REQUISITOS PARA LAS VIVENCIAS DE ÉXITO EN EL ENTRENAMIENTO

Como ya ha quedado indicado en el apartado 3.1., la faceta emocional desempeña un papel importante en el desarrollo de motivos de rendimiento.

Todo acto humano está acompañado de sentimientos... Con demasiada ligereza se pasa por alto que el curso y el resultado de un acto son vividos y evaluados por el propio actuante, y que los sentimientos de una persona pueden influir directamente en su actividad. Los sentimientos no son fenómenos secundarios pasivos, sino que tienen plena capacidad para influir sobre el actuante. Pueden conferir o restar ánimos, pueden incitarle a emplear todas sus fuerzas para alcanzar mejores resultados, o bien pueden paralizar su fuerza de tensión, producir indiferencia o anular sus energías (DOIL-FRESTER, 1967, p.4).

Las vivencias de éxito suelen estabilizar la confianza del deportista en sí mismo y tienen por consecuencia una elevación del nivel de aspiración. Con ello aumenta al mismo tiempo la necesidad de rendimiento por parte del deportista, lo cual debe realizarse a su vez mediante un mayor celo en los entrenamientos. De esta forma, las vivencias de éxito reciben un efecto estabilizador del comportamiento del entrenamiento, que las convierten en un punto de partida para el trabajo pedagógica psicológico, con la finalidad de desarrollar la capacidad de carga psíquica.

Los indicados efectos positivos de las vivencias de éxito solamente se producen, sin embargo, cuando el deportista vive realmente la discrepancia entre la esperanza de rendimiento y la marca alcanzada. Para ello es requisito la esperanza de rendimiento, consciente y realmente determinada y adaptada a las actuales condiciones externas y a las disposiciones internas de la personalidad.

Cuanto mejor esté en situación de enjuiciar su actual capacidad de rendimiento bajo condiciones concretas de entrenamiento y competición, y de determinarla en forma de una esperanza de rendimiento, más persistentes serán las vivencias de éxito obtenidas, siempre y cuando el deportista posea un marcado deseo de rendimiento. Si ha elaborado correctamente las condiciones dadas en la determinación de sus esperanzas de rendimiento, también se enfrentará de forma crítica al resultado real de sus rendimientos y buscará, por su cuenta, las razones de un resultado inesperado y las posibilidades de perfeccionar su rendimiento. El valor de la constante comparación de las esperanzas con los resultados reales del rendimiento está, además, en que el deportista se va acostumbrando a ocuparse por sí mismo y de forma crítica de sus propios rendimientos. En general, los grupos relativamente grandes en los entrenamientos de natación no permiten al entrenador discutir por separado con cada uno de los deportistas el rendimiento que de él se espera antes de cada cronometraje o competición. Las exigencias detalladas de rendimiento, por parte del entrenador, a cada uno de los nadadores, no deben identificarse con las esperanzas de rendimiento a determinar por el propio nadador. Porque la esperanza de rendimiento representa siempre una magnitud subjetiva, que el nadador reconoce como correcta y acorde con su estado actual.

Las consideraciones antes expuestas conducen a las siguientes exigencias planteadas a la configuración metódica del entrenamiento:

-El nadador debe desarrollar el hábito de proponerse unas esperanzas concretas de rendimiento antes de cualquier cronometraje o valoración en los entrenamientos o competiciones, y a compararlas luego con el rendimiento realmente obtenido.

-El nadador debe estar capacitado para poder hacer una evaluación real de los condicionamientos internos y externos actuales que afectan a la realización del rendimiento y para poder aplicarla al establecer sus esperanzas de rendimiento.

En el experimento para el desarrollo de la capacidad de carga psíquica se emplearon, por consiguiente, medidas del siguiente tipo:

-Descomposición de los tiempos en perspectiva, en unos tiempos en perspectiva individuales, para el plazo de dos meses, realizada por los propios deportistas.

-Fijación de unas esperanzas de rendimiento concretas por parte de los nadadores, antes de los controles de rendimiento y competiciones, así como de las esperanzas de rendimiento de grupo en las competiciones entre grupos.

-Fijación de esperanzas de rendimiento durante los controles de técnica de natación.

-Fijación escrita de todas las esperanzas .y de las marcas realmente obtenidas, realizada deportistas en libros de entrenamiento.

-Evaluación pública y regular de todos los rendimientos alcanzados, y comunicación de los resultados de las evaluaciones parciales a profesores y padres de los deportistas.

3.4. CONCURSOS Y COMPETICIONES COMO MEDIOS PARA EL INCREMENTO DE LA CAPACIDAD DE CARGA PSÍQUICA

En numerosas investigaciones sobre el área del deporte se ha podido demostrar que con ayuda de los concursos y las competiciones se pueden desencadenar unos motivos de rendimiento sumamente eficaces, que estimulan al deportista a hacer uso de todas sus fuerzas. Así, por ejemplo, ILC (1967, p. 11) demostró experimentalmente que esta afirmación está justificada para escolares de 2o a 4o curso, y HOFFMAN (1965, p: 39) hizo lo propio para escolares de 10 o a 12 o curso.

Por otra parte, debería ser ampliamente conocido el hecho de que la mayoría de los deportistas alcanza su mejor rendimiento personal en el transcurso de las competiciones. La única excepción la forman aquellos nadadores cuya capacidad de carga psíquica es insuficiente para poder superar las cargas inherentes a una competición sin una alteración del comportamiento de rendimiento.

Ahora bien, el número y la importancia de las competiciones a realizar por los nadadores jóvenes han de ser limitados y diferenciados, y no todos los deportistas pueden participar en todas las competiciones. Por regla general se escogen aquellos deportistas que se destacan por su rendimiento deportivo, por lo que para los más débiles quedan las competiciones relativamente insignificantes y menos numerosas, en las que a pesar de .todo también tienen pocas probabilidades de alcanzar uno de los primeros puestos. En los niños, ante todo, las competiciones realizadas entre grupos parciales de entrenamiento poseen unos efectos estimulantes e incrementadores del rendimiento, semejantes a los campeonatos. Por regla general, los niños se alegran cuando el entrenador, hacia el final de la clase de entrenamiento, anuncia una competición de relevos. Olvidan su natural cansancio después del entrenamiento, gritan de júbilo cuando «su» grupo logra despegarse de otro, y están dispuestos a entregarse una vez más con todas sus fuerzas. En esta situación parece especialmente valioso que todos los niños tanto los de rendimiento más fuerte como los más débiles se interesan por igual por la victoria de su respectivo grupo, que apenas notan la carga inherente a la competición, y que tienen las mismas posibilidades de alcanzar vivencias de éxito.

El empleo sistemático y frecuente de competiciones en el entrenamiento, y su evaluación, puede servir de punto de partida para el desarrollo de la capacidad de carga psíquica.

Debido a ello, transferimos el principio de la competición al entrenamiento de natación, y nos esforzamos por crear, mediante múltiples y variadas formas de competición, unos motivos de rendimiento que produzcan un reforzado deseo de rendimiento.

A1 mismo tiempo, aumentamos el número de competiciones y campeonatos mediante mediciones adicionales de rendimiento dentro del mismo grupo de natación y con otros grupos. Con ello, se quería que los nadadores jóvenes se fueran acostumbrando a situaciones de carga, con él fin de alcanzar un efecto de adaptación que creara requisitos para una elaboración positiva de las cargas psíquicas relacionadas con las competiciones. Para la realización de tales exigencias se efectuaron, entre otras, medidas del siguiente tipo:

-Competiciones individuales regulares dentro del grupo.

-Campeonatos de grupo adicionales, fuera del marco de competiciones habituales.

-Evaluaciones mensuales públicas de los rendimientos obtenidos, y recompensas mediante copas itinerantes, diplomas y viajes para aquellos deportistas que alcanzaban los mejores rendimientos o que demostraban el mayor progreso en sus rendimientos.

4.            Resultados escogidos del trabajo experimental y conclusiones fínales para el desarrollo de la capacidad de carga psíquica

Como resultado principal del trabajo experimental puede afirmarse que, gracias a la aplicación de los programas pedagógico-psicológicos indicados en el apartado 3, se ha demostrado un desarrollo más rápido de diferentes cualidades psíquicas en la mayoría de los jóvenes nadadores pertenecientes a los grupos de ensayo, frente a otros grupos de control; desarrollo que se manifiesta entre otras cosas por:

- labor de entrenamiento intensiva y alegre;

- rendimientos deportivos mejores.

Tanto la disposición al rendimiento como la disciplina en los entrenamientos mejoraron, de modo que durante el período de ensayo aumentó de forma considerable el volumen de entrenamientos de un grupo. En su mayoría, los nadadores no consideraban la alta intensidad que se les exigía como una carga, y se mostraron entusiasmados por la distinta configuración de los entrenamientos.

Todo ello condujo-de forma distinta en los diversos grupos de ensayo, condicionado por los respectivos puntos esenciales del trabajo pedagógico-psicológico- a un aumento de la disposición al esfuerzo y a una continuidad en el comportamiento en el entrenamiento, así como a una actitud optimista frente al rendimiento deportivo propio y su perfeccionamiento.

4.1. TRANSFORMACIÓN DE CUALIDADES PSÍQUICAS AISLADAS

Con ayuda de los métodos señalados en el apartado 2.3. para la comprobación de cualidades psíquicas aisladas o grupos d cualidades, pueden demostrarse los siguientes resultados del’ trabajo experimental:

-La prueba de éxito-fracaso dio por resultado un notable incremento del nivel de aspiración de los nadadores. A1 misma tiempo aumentó su capacidad para enjuiciar su propia capacidad de rendimiento, de forma que al final del período de ensayó poseían mucha mayor facilidad para tener en cuenta el efecto de los condicionamientos internos y externos actuales soba el rendimiento de la natación. Por otra parte, la mayoría de los nadadores alcanzó una estabilización frente a las vivencias de éxito y fracaso. La costumbre de fijar esperanzas de rendimiento antes de los cronometrajes o evaluaciones de rendimiento disminuyó el efecto de resultados inesperados y aumentó la continuidad de su comportamiento en el entrenamiento. Este hecho puede valorarse como manifestación de una fortalecida confianza en sí mismo, si bien no se logró eliminar cuantitativamente, del material numérico obtenido, el grado de manifestación de esta cualidad.

-El comportamiento de rendimiento de los nadadores en trayectos de 400 m y 800 m, respectivamente, no cambió de forma clara. Si bien es cierto que dentro de los grupos de ensayo los rendimientos se acrecentaron de forma bastante más clara que en los grupos de control, los nadadores no pudieron ser capacitados para nadar, de forma más regular, trayectos largos. Es probable que una tarea de este tipo exija unos ejercicios especializados adicionales para el desarrollo de la sensación de tiempo, empleando para ello controles de tiempo, marcapasos, etcétera. El curso del rendimiento, sin embargo, se mantuvo a menudo invariable, por lo que deben suponerse aquí unas reservas de rendimiento todavía inexplotadas.

También la capacidad de incremento se transformó sólo de forma insensible, y en algunos nadadores incluso empeoró, probablemente a consecuencia de la elevada actividad física durante el conjunto del trecho recorrido.

-Los resultados obtenidos por la prueba de cálculo de Pauli y el test d-2 permiten establecer que la labor experimental actúa de forma positiva sobre la capacidad de concentración de los jóvenes nadadores.

-También en la prueba de cambio de estilos se comprobó que los nadadores del grupo de ensayo se perfeccionaron mejor que los del grupo de control. Si bien esta prueba requiere todavía un mayor control y mejoras, parece especialmente indicada para conocer la capacidad de carga de los nadadores mediante estímulos adicionales durante la natación.

-Las encuestas sobre los motivos de la actividad deportiva del individuo, dieron por resultado un aumento estadístico muy significativo de aquella parte de la estructura de motivos correspondiente a aquellos que expresan la tendencia a satisfacer los intereses y las necesidades sociales.

Ello se manifiesta, entre otras cosas, por declaraciones del siguiente tipo: «Deseo que gracias a mis buenos rendimientos en natación pueda representar a la República Democrática Alemana y cosechar elogios para ella. » « Quisiera participar en los juegos olímpicos y conquistar muchas medallas para mi patria.»

Frente a ello pierden importancia los motivos individuales y personales, como «quiero convertirme en un buen nadador para poder viajar al extranjero», o «me entreno porque quiero mantenerme sano»; sin que por ello desaparezcan, lo que, por otra parte, no había sido la intención de la labor educadora.

4.2. EFICACIA DE LA LABOR PEDAGÓGICO-PSICOLÓGICA

La diversidad de los puntos esenciales de la labor pedagógico-psicológica, acentuados de forma aislada o combinada en los diversos grupos de ensayo, desembocó en una variedad de efectos sobre el desarrollo de las cualidades personales de los jóvenes nadadores.

Resultó de extraordinario éxito la combinación de los tres puntos esenciales, o bien la combinación de los puntos segundo (requisitos para vivencias de éxito) y tercero (redoblada actividad competitiva; véase el apartado 3).

En cambio, se obtuvieron unos resultados menos satisfactorios en el grupo de ensayo que exclusivamente incrementaba el número de competiciones y campeonatos.

En consecuencia, un incremento del rendimiento sólo se consigue si los deportistas comprenden correctamente la valencia personal de la situación y deducen de ella unos motivos de rendimiento que los inciten a prepararse intensivamente para la comparación de rendimientos. Lo decisivo no es sólo el número de competiciones y pruebas, sino el reflejo subjetivo de su importancia en el nadador individual.

El efecto estimulador del rendimiento que puede partir de tales formas de comparación del rendimiento depende, en todo caso, de la evaluación a fondo de los resultados obtenidos. Así, una posible evaluación pública puede provocar una más fuerte disposición al esfuerzo y a la entrega que una evaluación breve y oral frente al grupo, al término de la clase de entrenamiento.

De esta forma, la eficacia de competiciones y campeonatos se convierte en un problema de método de entrenamiento, cuya solución óptima depende primordialmente de la personalidad del entrenador y de la calidad de su labor pedagógico-metodológica, y en especial de que tenga en cuenta las leyes psicológicas del desarrollo de motivos de rendimiento.

Por otra parte parecen dignos de mención los resultados de un grupo de natación compuesto por escolares de quinto curso, y en el cual se acentuó exclusivamente el trabajo político-ideológico. Sobre los resultados obtenidos es posible demostrar que de este punto esencial de la educación pueden partir unos eficaces impulsos para el desarrollo de las cualidades de personalidad, que también pueden reflejarse positivamente en el comportamiento en el entrenamiento y en el desarrollo del rendimiento deportivo.

4.3. CONCLUSIONES FINALES DE LA LABOR EXPERIMENTAL PARA EL DESARROLLO DE LA CAPACIDAD DE CARGA PSIQUICA

Unos buenos rendimientos en natación presuponen que los deportistas ya pueden recibir altas cargas en los primeros años de entrenamiento. La observación de los nadadores ha demostrado una y otra vez unas formas de comportamiento muy variadas ante altas cargas durante el entrenamiento. Mientras que unos no mostraban signo alguno de que sentían la carga, otros ofrecían claras muestras de cansancio. Nadaban de forma irregular, en ocasiones incluso cambiaban de estilo al creerse inobservados, y aprovechaban cualquier ocasión para descansar. Tales diferencias se hicieron especialmente patentes después de la prueba de cambio de estilos. Interrogados, muchos contestaron que la tarea había sido muy agotadora y que no deseaban repetirla. Otros, por el contrario, manifestaron sin titubeos estar dispuestos a repetirla.

Cuando al término de la clase de entrenamiento se realizaba todavía una breve carrera de relevos, podía comprobarse con frecuencia un notable cambio en el comportamiento de los nadadores. En la mayoría desaparecían los signos de cansancio que habían mostrado previamente, se reanimaban y se incitaban mutuamente a aumentar la velocidad de natación, para que no se perdiera ni un segundo del tiempo disponible. Por lo visto, la competición creaba unos fuertes motivos de rendimiento, que lograban que los niños no se dieran cuenta que una vez más se les estaba sometiendo a una fuerte carga.

De aquí se deduce una importante conclusión para la configuración del entrenamiento deportivo, a saber, la de desarrollar las cualidades psíquicas, incluso los motivos, de tal forma que el nadador:

-No perciba como carga la mayor parte posible de los estímulos del entrenamiento, y que por añadidura esté en situación de:

-Elaborar los estímulos de entrenamiento vividos como carga, de forma tal que se mantenga, o incluso se incremente, su capacidad de carga deportiva.

Como muestran los ejemplos, la parte de carga elaborada inconscientemente depende, decisivamente, de la respectiva motivación. La estructuración del entrenamiento debe tener en cuenta este estado de cosas y ser una síntesis de las exigencias fundamentales:

-carga psicofísica constante y alta, y

-configuración metódica, alegre y variada.

De acuerdo con su edad, el nadador, joven es fácilmente emocionable y entusiasmable. El nadar largos trechos durante el entrenamiento puede desembocar con facilidad en vivencias de monotonía y limitar en gran medida las posibilidades de una elaboración inconsciente de la carga.

Por otra parte, el límite superior del ámbito en el que la carga todavía no se hace consciente puede ampliarse bastante con ayuda de motivos de rendimiento. Los puntos esenciales de la labor pedagógico-psicológica en el experimento de desarrollo deberán ofrecer para ello algunas posibilidades aplicables sin grandes dificultades por el entrenador.

Los resultados del experimento permiten ver que el camino emprendido -a través del desarrollo de cualidades o complejos de cualidades psíquicas determinantes del rendimiento- ha llevado a una mejora de la capacidad de carga psíquica de los nadadores. A pesar de ello, todavía quedan abiertos muchos problemas que precisan de ulteriores trabajos de investigación. Entre ellos se encuentran ante todo:

-La elaboración de métodos específicamente deportivos para el examen de cualidades aisladas o complejos de cualidades que determinan la capacidad de carga psíquica del deportista, y que tienen un carácter distinto en las diversas modalidades y disciplinas deportivas. El problema principal consiste aquí en separar del rendimiento global la parte correspondiente a cualidades físicas y psíquicas. Para ello, resulta útil partir de curvas generalizadas de rendimiento, establecidas en los correspondientes ensayos previos, y que pueden servir como puntos de referencia para la evaluación de los resultados de cada una de las pruebas.

-La transformación metódica del concepto estructural, tanto en el examen de cualidades aisladas o complejos de cualidades como en el desarrollo de los elementos de la capacidad de carga psíquica reconocidos como determinantes de la estructura.

-La elaboración de unas magnitudes, consideradas como objetivo específico de cada modalidad deportiva, de las cualidades psíquicas determinantes de la capacidad de carga psíquica, que indican con precisión el contenido de la labor pedagógica.

-La elevación al máximo de la configuración del entrenamiento, teniendo en cuenta el desarrollo de la personalidad global del deportista, inclusive de sus particularidades condicionadas por la edad y específicamente sociales.

 

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