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La Bitácora del Dr. Ucha

Psicología del Deporte en la Bitácora del Dr. Ucha.

Psicología del Deporte en la Bitácora del Dr. Ucha.

Con el propósito de brindar información para aquellos que se inician en psicología del deporte estarán apareciendo en varios post de la Bitácora recursos derivados de traducciones de diferentes autores que forman parte del torrente inicial de la psicología del dporte. En esta oportunidad se trata de La Práctica de la Psicología Deportiva: Las Clases – el Entrenamiento – la Competencia, de Sigurd Baumann. – Munich; Viena, Zurich: BLV Editorial Verlagsgesellschaft, 1986.

Prefacio

   Los conocimientos básicos desde el punto de vista psicológico representan el instrumental a través del cual somos capaces de esclarecer y de regular nuestra propia conducta y la conducta ajena, para emplearlos de forma satisfactoria y provechosa tanto en bien de  nosotros mismos como para el resto de las personas. Este libro está dirigido a quienes se encargan de la función de dirigir los ejercicios y de la juventud, a entrenadores, a profesores y a todos aquellos que se ocupan del deporte en ramas especiales de nuestra sociedad, por ejemplo, el deporte de veteranos, en el deporte con grupos de incapacitados  y en la esfera de la corrección de  conductas. De igual forma, debe decir algo a todos los deportistas, también a aquellos que se dedican a la práctica de deportes sin pensar en los rendimientos, para sensibilizarlos en cuanto a las conductas psicológicas deportivas.

    El enfrentamiento de carácter psíquico con otras personas constituye un acontecimiento lleno de vida en el universo deportivo en el que participan de manera esencial los profesores o los entrenadores. Quien ejerce sus funciones en este sentido no debe ver su tarea de una forma rígida e invariable en la creencia acerca de la necesidad de su actividad. Sino que mejor aún siempre habrán de estar dispuestos para cuestionarse a ellos mismo y para enfrentar los cambios y el proceso de desarrollo de la esfera personal y social. Estos son los aspectos que caracterizan a quienes dirigen esta actividad.

   La psicología no constituye una ciencia que suministra a los que se encuentran activos en su actividad recetas para su empleo. En el presente libro se expone que sólo se pueden obtener conocimientos sobre la base de la interacción de múltiples factores personales y del medio que nos rodea, los cuales posibilitan una orientación fundamentada o un cambio de conducta en las diferentes situaciones deportivas.

   Este marco limitado no nos permite profundizar en los fundamentos científicos de algunas afirmaciones acerca del deporte en la práctica.. Esto lo exponemos de forma consciente, para no faltar  a los puntos fundamentales de los objetivos, precisamente, el de servir a modo de contribución para los deportistas activos, a los entrenadores o a quienes atienden la actividad.

   Introducción

   Aquellos que practican con satisfacción algún deporte, lo hace con el cuerpo y con el alma. Durante la acción deportiva, los aspectos psíquicos y físicos se unen para que todo nuestro ser sea participe de esa experiencia. Conjuntamente con sus otras funciones, el cuerpo nos sirve como un sistema que elabora estas experiencias y da entrada a la información, en la cual la actividad deportiva también es un instrumento. Él es la parte (activa) de la acción para el movimiento,  que ejecuta, o la que funciona de forma  (pasiva,  y es empleada como instrumento). Sin las condiciones reales materiales del cuerpo, no podríamos pensar en la actividad deportiva. El papel que desempeña el cuerpo humano en la confrontación con el medio no se limita  solamente a su función a modo de instrumento. Al mismo tiempo, él constituye la cede y el origen de todas las experiencias, los sentimientos, y las reacciones que toman parte en las acciones. Cada movimiento encaminado a un objetivo determinado en el deporte se encuentra en estrecha relación con las experiencias psíquicas, las que regulan los impulsos y los resultados de la acción.

   El fundamento de la regulación de tipo psicológica de la conducta y la acción deportiva la encontramos en el hecho de que el cuerpo representa al mismo tiempo la condición y la función, el sujeto y el objeto de todas las expresiones de la conducta del hombre: Este se mueve y se experimenta como “objeto que se mueve”, él percibe y es al mismo tiempo lo percibido.

   Sólo sobre la base de la conciencia el hombre es capaz de comprender las complicadas relaciones entre el cuerpo, el movimiento y el medio ambiente. Es aquí donde al cuerpo le corresponde una función especial en nuestras experiencias. A pesar de que somos uno con él, de que lo experimentamos como algo que a nosotros pertenece, este no está claramente representado en nuestra conciencia. En la superficie del mismo se fusionan las fronteras entre nuestro mundo físico y el medio en el que nos desenvolvemos.

    Un sencillo experimento nos permite reconocer que el cuerpo no experimenta su separación del medio que lo rodea solamente a través de la superficie de la piel: Cerramos los ojos y nos imaginamos la forma y la imagen de nuestro cuerpo. ¿Cómo me veo? ¿Cómo lucen mi espalda, mis piernas, mis brazos, cuán grandes son estos? ¿En qué posición se encuentran estos en el momento?. ¿De no existir un espejo que nos muestre la imagen de nuestro cuerpo, la que podemos recordar, dicha imagen sería aún menos precisa. Nosotros lo percibimos como algo existente, pero no lo experimentamos como algo claramente separado del medio a través de nuestra piel.

   Cuando nos encontramos en estado de reposo, el cuerpo pierde su función instrumental. Estamos conscientes de nuestra existencia, de que él se encuentra >>ahí<<, pero  las fronteras con las condiciones externas de la situación no nos resultan del todo claras, y apenas pueden delimitarse – y diferenciarse. Sólo a través del movimiento del cuerpo tiene lugar la vivencia concreta de la posición en que se encuentra, la posición de sus miembros con respecto a los otros y la forma en que están localizados en el espacio. Es el movimiento el que precisa la idea acerca de nuestro cuerpo y lo articula al espacio que lo rodea. El cuerpo y el movimiento nos transmiten a través de su interacción la experiencia consciente de nuestra acción, para vencer las intervenciones deportivas atendiendo a nuestros objetivos y de la forma adecuada. La acción deportiva ha de experimentarse siempre de forma consciente. Así es como ella recibe los estímulos, se propone los objetivos y adquiere un sentido.

   Sin embargo, el hombre no actúa en todo momento en la plenitud de facultades de su consciencia. Precisamente en las situaciones deportivas vinculadas con las emociones  se actúa con mucha frecuencia con un porciento reducido de la misma. Las reacciones espontáneas en cuyas consecuencias no se piensa, las acciones afectivas de una medida incontrolada resultan provechosas en muy pocas ocasiones para el deportista, para el profesor o para el entrenador. El objetivo de cada acción de tipo deportivo debe ser el de permanecer todo el tiempo consciente de nuestras acciones.

   Mantenernos conscientes de nuestros sentimientos y controlarlos no significa represión. Es precisamente la conciencia de la variedad de nuestros propios sentimientos la que nos trasmite en el deporte la profunda experiencia de nuestra propia personalidad.

   Son sólo los robots los que cumplen de forma mecánica con un programa instrumental que reciben directamente desde “fuera”. Tampoco los animales están capacitados para realizar acciones conscientes ni para cumplir con acciones de carácter deportivo. Ello se encuentra subordinado a las condicionantes de los estímulos y las reacciones, atendiendo al modelo de acondicionamiento y no podemos separarlo del mundo de lo que percibimos. Sin embargo, el animal puede experimentar alegría, por ejemplo, al correr, o en la compañía de su amo, también puede experimentar miedo, ante un enemigo que lo amenaza, sin embargo, estas emociones  no se convierten en objeto de las experiencias de carácter reflexivo. A diferencia de ello, el ser humano puede sumergirse en sus vivencias de las situaciones experimentadas, a través de la conciencia, de sus puntos de vistas acerca de sí mismo y planificar y salir con éxito de forma previsora, de las situaciones futuras, regular de forma consciente sus pensamientos y sus acciones, intensificar o reducir la magnitud de los mismos.

   Experimentar de forma consciente el cuerpo y los movimientos en las actividades deportivas, dirigirlos y regularlos, ello es lo que da un carácter de legitimidad a la psicología deportiva.

   1 ¿Quién es la psicología deportiva?

  Unos las poseen, otros no<<, con frecuencia escuchamos esta afirmación fatalista cuando caracterizamos las capacidades psicológicas de un entrenador. Lo correcto en este caso es que existen entrenadores y profesores, los cuales, con la ayuda de una gran capacidad de comprensión, a través de una rica experiencia práctica, y por los conocimientos adquiridos con el transcurso de los años, se encuentran en condiciones de modificar y de regular su conducta y su idea acerca de su rol, atendiendo a las necesidades.

   El inolvidable entrenador federal de nuestra selección nacional de fútbol Stepp Herberger dice al respecto, que él aprendió ante todo, a atender y a emplear a sus jugadores desde el punto de vista psicológico. Esta era seguramente una facultad que se encontraba relacionada en alguna medida con el desarrollo de su personalidad y con sus experiencias generales en la vida. Su poder psicológico, sin embargo se basaba en mayor medida, en sus esfuerzos intensivos por conocer la personalidad de sus jugadores. Herberger no realizó además ningún tipo de experimento psicológico, sin embargo, se ocupó de una forma consciente de cada uno de sus jugadores, estudiaba sus biografías, conocía de sus tendencias privadas y sus particularidades, de sus relaciones personales y de sus conflictos privados, así como de sus miedos y de sus expectativas, de sí mismos y de su entrenador. Sobre la base de los conocimientos que obtenía sobre la base de los análisis anamnésicos, es decir, al mostrar la historia de desarrollo, le resultaba posible, tratar a cada atleta en correspondencia con su estructura psíquica.

   Herberger mostró como persona que no estaba formado como psicólogo de manera profesional, que “a los psicólogos que no habían estudiado” le resultaba también posible proceder correctamente desde el punto de vista psicológico, con la ayuda de los procedimientos metódicos, en este caso, a través de la anamnesia y de la observación, unido a la capacidad de comprensión. Otros, por el contrario, se muestran inseguros ante los problemas de carácter psicológico de los atletas que atienden. Los fenómenos del miedo o la agresión, de las dificultades en el aprendizaje producto de la falta de confianza  en sí  mismo, las causas de accidentes provocadas por motivos psicológicos, la disminución de los rendimientos en todas las esferas del deporte, los problemas de motivación, los conflictos con otros miembros del equipo, colocan a algunos deportistas sobre todo, ante grandes problemas.

   Las expectativas ante el papel de los psicólogos, las que se presentan y se presentaban en los casos de muchas personas de forma vaga y difusa, debido a que estos con frecuencia se encuentran rodeados de la atmósfera de un >>doctor para el alma<<, ha mejorado considerablemente en los últimos años. La actividad de La Comunidad Laboral de los Psicólogos de Alemania (ASP) ha contribuido de forma esencial a que vaya desapareciendo el papel de hombres de la medicina de los psicólogos, y que a los mismos se les reconozca cada vez más como  compañeros en la atención de los atletas, de la organización del tiempo libre o de la realización de cursos deportivos en esferas especiales de trabajo.

   ¿Y quién es ahora ese psicólogo deportivo? En el estado actual de la jerarquía de la preparación lo encontramos ahora en todas y cada una de las esferas del deporte. Sin embrago, debemos aclarar, si nos estamos dirigiendo a los entrenadores y a quienes dirigen ejercicios, quienes se encuentran activos en la práctica, o a los psicólogos, quienes después de concluir sus estudios superiores, como licenciados, se entregan a la tarea del deporte. La competencia profesional en este sector la adquiere por último a través del estudio deportivo, una formación como entrenador o calificaciones de otro tipo. Es él la persona de referencia que resulta realmente competente en la atención desde la perspectiva psicológica.

   Una encuesta de Allmer efectuada con motivo de Los Juegos Olímpicos de Munich en el año 1972 dio por resultado lo siguiente en relación con la actividad del psicólogo deportivo de formación:  La posición clave en el proceso de entrenamiento la ocupa el entrenador. El psicólogo informa y aconseja al primero, y sólo en casos excepcionales entra en relación directa con el atleta.

    Esta posición intermedia de este profesional se produce también en otras esferas de actividad. El profesor, la persona encargada de la dirección de los ejercicios, el encargado de la atención a los jóvenes, todos se encuentran en estrecha relación con la persona más joven o de mayor edad que se les ha confiado. Múltiples factores profesionales y personales, por ejemplo, el excelente especialista en la disciplina deportiva referida, o la relación, la que se va incrementando con la ayuda de las experiencias en conjunto, en la mayoría de los casos, no pueden ser mostradas o compensadas por los psicólogos, mientras este no entre en relación directa con el deportista. En correspondencia con las informaciones obtenidas a través del entrenador, él debería continuar transmitiendo sus conocimientos a este último, y en ciertas circunstancias, también al deportista. De esta forma se vinculan las exigencias ante los entrenadores, ante quienes se encargan de la dirección de los ejercicios y de las clases, de sacar provecho de los conocimientos del psicólogo, para poderlos emplear en las situaciones prácticas específicas de la organización del entrenamiento, de las clases o del tiempo libre.

   En los últimos tiempos, la interrogante acerca de si resulta necesario o no el psicólogo deportivo, es sometida a análisis cada vez en mayor medida por parte de las federaciones especializadas  y de los grandes clubes. Evidentemente, el aumento de la intensidad y de la multiplicidad de los problemas psíquicos, así como los conocimientos acerca de los procesos físicos y psíquicos implica que se vinculen cada vez en mayor medida los  especialistas de este tipo a los clubes y las federaciones  de forma oficial o como colaboradores. Para los planes, la selección, la organización y la estructuración de los nuevos conceptos deportivos, para las consultas dirigidas de los entrenadores y de quienes dirigen los ejercicios o para la inclusión o la integración de grupos especiales en los clubes, por ejemplo, el deporte con los extranjeros, para los veteranos o la re-convalecencia, un desarrollo de este tipo sería bienvenido.

   2 Los campos de las tareas de la psicología deportiva.

   Los orígenes de la psicología deportiva se fundamentan en la psicología para la educación. “La psicología de los ejercicios físicos  debe contemplarse como una sub-esfera de la psicología práctica de la educación” (Schulte, 1925). Durante y después de la Segunda Guerra Mundial R. Sommer, y GieBen llevaron a cabo los primeros intentos de penetrar en el universo de los ejercicios físicos desde el punto de vista psicológico. La intención básica era la del desarrollo de medias educativas para elevar la constitución y para la mejor interpretación de los altos rendimientos.

   El deportista de alto rendimiento se convirtió en medida creciente en el objeto de atención de la psicología, la que esperaba ampliar sus conocimientos acerca  de la regulación de la conducta del ser humano a partir de los estudios sobre los límites de las cargas físicas. Los propios deportistas reconocieron que sólo es posible lograr el óptimo incremento en los rendimientos cuando se tienen en cuenta los conocimientos psicológicos. Con la ayuda del dinámico desarrollo experimentado por el deporte de alto rendimiento después de 1960, se ha podido constatar una actividad más intensa  en dirección de la psicología deportiva. >>Forma parte de la esencia de la actividad deportiva el principio encaminado hacia la obtención de rendimientos. Por consiguiente, la psicología deportiva no sólo ha de investigar las regularidades, sino que también las premisas de tipo psicológicas para el incremento de los rendimientos  (Rokufalvy, 1974).

  La caracterización limitante y que tenía por objeto el deporte de alto rendimiento condujo, debido a la extensión y la ampliación a casi todas las esferas de la  rama deporte, hacia una comprensión más amplia de la psicología deportiva. El deporte masivo, el deporte de adiestramiento, el deporte de tiempo libre, el deporte con grupos de objetivos específicos (por ejemplo, el deporte con los extranjeros que no conocen la lengua alemana, con los veteranos, el deporte para la rehabilitación o la rehabilitación social) exigen de la  psicología  que se incluyan también análisis de objetivos de mayor amplitud, junto a las condiciones psíquicas que resultan determinantes para los rendimientos. Estos son el resultado de la característica de las condiciones de mayor jerarquía en la actividad de las esferas mencionadas, de los correspondientes factores característicos de la personalidad, por ejemplo, la regulación de los estímulos a través de motivaciones específicas, las necesidades entre otras, y la situación deportiva del momento con su correspondiente estructura social.

   Partiendo de su punto básico número 1, el deporte de alto rendimiento, la disciplina que nos ocupa ha de ampliar su esfera de interés y las intenciones de su acción. Por el momento, se muestra dispuesta a comprobar las posibilidades de empleo específicas deportivas de sus modelos psíquicos y fortalecer su legitimidad con la ayuda de métodos propios y de objetivos específicos deportivos, sin querer renunciar naturalmente al apoyo que le brindan su ciencia madre, la psicología y sus múltiples disciplinas parciales, como por ejemplo, la psicología para el desarrollo, la psicología de la personalidad o la psicología social, por nombrar sólo algunas. Los campos de actividad más importantes (también Gráfica número 1) de la psicología deportiva abarcados de forma breve.

 

DEPORTE ESCOLAR

 

DEPORTE DE TIEMPO LIBRE

Deporte de alto rendimiento

PSICOLOGIA DEL DEPORTE

Deporte masivo

 

Deporte Espacial

 

 

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