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La Bitácora del Dr. Ucha

Ganas de vivir. Ganas de jugar

Ganas de vivir. Ganas de jugar  

Ganas de vivir. Ganas de jugar

Sergio Reinaldo Lauseker.  (Paraguay) Psicólogo, especializado en deporte

La vida y el fútbol van tomados de la "mano" para esta gran persona, llamada Julio González Ferreira. Por tantas historias duras, adversas, tristes y dramáticas ha pasado el fútbol, que hoy, también me emociono con la otra cara de la moneda: el ejemplo de vida que nos da Julio. Así como trajo tanta alegría a su familia cuando vino al mundo un 26  de agosto de 1981, también nos trajo tanta tristeza un 22 de diciembre de 2005, cuando en busca del aroma a flor de coco y del abrazo  familiar, el jugador paraguayo del Vicenza -en aquel entonces - fue víctima de un terrible accidente de tránsito, en la carretera rumbo a un aeropuerto de Italia. Julio perdió el control de su vehículo y chocó sucesivamente contra dos camiones, y en consecuencia los médicos le amputaron el brazo izquierdo. Su carrera futbolística tendría que haber acabado en ese instante, según los médicos que lo atendieron.

Pero Julio, valeroso, gallardo y combativo, ha decidido continuar escribiendo historias y relatos de vida tan significativos, para el siguiente capítulo de su vida. La nueva versión de su libro tiene un final feliz, para una carrera que ya se anunciaba prometedora. "El joven delantero albirrojo, que contaba con 24 años en el momento del accidente, ya había conocido los honores de la medalla de plata en el Torneo Olímpico de Fútbol Atenas 2004, y esperaba ser incluido en los planes del seleccionador nacional para la Copa Mundial de la FIFA Alemania 2006. El destino decidió otra cosa" dice en un apartado muy especial que le dedica la FIFA a Julio. Futbolísticamente, tal vez Julio se tendrá que reacomodar o readaptar dentro del campo de juego, pero para la vida, para nosotros y principalmente para el deporte, Julio ya se adaptó. Y envía mensajes a todo el mundo: "El accidente que he sufrido no ha sido tan terrible, porque me ha ayudado a comprender la verdadera belleza del mundo y de la vida", declaró con entereza, "En el hospital, he visto a personas en peores estados que el mío, pero siempre sonrientes. Hoy, yo también quiero enviar mensajes de esperanza a quienes los necesitan" "No quiero que me tomen por un chalado (chiflado o trastornado), pero en un rincón de mi cerebro guardo todavía la idea loca de volver a jugar algún día". "Quiero que me traten como a cualquier jugador, que me marquen, que me pateen, porque yo voy a jugar así". "Es una emoción muy linda, muy grande para mí haber vuelto a jugar al fútbol. Será una fecha inolvidable. Es el principio de una etapa en mi carrera profesional", afirmó al término del partido, donde su club el Tacuary empató con Olimpia, el 16 de noviembre pasado. Julio, el jugador más ovacionado por el público que asistió al estadio del Olimpia, agregó: "sólo faltó el triunfo" pero sin embargo, Julio, ese encuentro deportivo fue el mejor gol de tu vida.

Un gladiador

Fuerte fue el impacto del accidente que sufrió Julio, fuerte fue el golpe emocional que nos dio cuando ingresó al campo de juego, y para demostrar a propios y extraños  que mantiene intacta su habilidad futbolística,  en menos de lo que dura un pestañeo realiza un auto pase y le regala a Roberto "El Toro" Acuña un hermoso "túnel o caño" para el deleite de todos. Si anteriormente su 1,91 de estatura imponía respeto futbolístico en el área como un buen número 9, ahora su esbelta figura ya no sólo impone respeto, sino que: admiración, orgullo, ejemplo, emoción y alegría.

Ojala el paradigma de Julio, sirva para que muchos jugadores que con el cuerpo completo que poseen, y que no hacen ni el cincuenta por ciento de lo que Julio está realizando, lo tengan como espejo y modelo. Y como si todo lo pasado y vivido por Julio fuera poco, tiempo después del accidente fallece su querida madre, la señora María Estela, ¡qué golpe! pero Julio parece estar hecho para estas cosas, porque la otra explicación del audaz resurgimiento de Julio, aparte de su voluntad de hierro, es su familia. "Cuando me percato del peligro que corrí, el hecho de poder regresar a casa, y de hablar y jugar con mis hijos es un don de Dios", dice Julio. Por las ganas de vivir, las ganas de jugar, la superación constante, la emoción y el ejemplo de vida que proyecta, es una victoria deportiva mencionar: JULIO GONZÁLEZ FERREIRA... GOL!

lauseker69@yahoo.com.ar

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